En la zona agrícola núcleo siguen sin registrarse precipitaciones importantes que ayuden al desarrollo del trigo y brinden humedad para la siembra de maíz
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Durante el último fin de semana, una vez más, las esperanzas de que las lluvias proporcionaran alivio al trigo se desvanecieron. En la mayoría de la zona agrícola núcleo los registros no superaron los 10 milímetros y, en muchos casos, fueron completamente nulos. “Llovió en los mismos lugares que la semana pasada”, advirtieron los especialistas, para quienes la situación continúa siendo “complicada” principalmente en el noroeste de la región.
En este contexto, crece la preocupación de los productores agropecuarios porque ante la falta de agua comenzó a caer el potencial de rendimiento de sus cultivos ya que se van acercando a un momento donde requieren que no falten las precipitaciones. Por otro lado, como comenzó la cuenta regresiva para el inicio de la siembra de maíz y soja, en el oeste de la región núcleo se necesitan más de 100 milímetros para que las sembradoras puedan ingresar a los lotes.
“Las recientes lluvias alcanzaron a la región oeste de Buenos Aires y La Pampa, lo cual beneficiaría las condiciones de los cultivos de invierno. Sin embargo, es importante destacar que Córdoba, el oeste de Santa Fe y parte del NEA no han recibido precipitaciones en esta ocasión, impactando en la condición de los cultivos implantados negativamente”, dijo María Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En Junín llovió 3 mm, en Vedia 10 mm, en Baigorrita 26, Salto 32 mm y en Arrecifes 24 mm. Mientras en Bigand, San Nicolás, Venado Tuerto no se registraron precipitaciones.
Para Florencia Poeta, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “se agregaron algunos milímetros en la zona donde llovió la semana pasada, el sudeste de la región núcleo, y unos pocos milímetros en el noroeste, que es de las zonas más complicadas”.
Explicó que las lluvias “no cambian” el panorama tras las precipitaciones que fallaron la semana pasada. Apuntó que en la franja centro-oeste del país hay lugares que requieren entre 40 y 110 milímetros para alcanzar niveles óptimos de humedad en el primer metro del suelo. La especialista destacó que en esta área se sembró una menor cantidad de trigo y existe una mayor intención de hacer maíz, pero esto está atado a las precipitaciones que puedan ocurrir.
En esta zona, según Natalia Gattinoni, meteoróloga del INTA, las estimaciones de agua útil disponible muestran que continúan con valores por debajo del 40%. “Gracias a las últimas precipitaciones hubo un aporte al este, pero el centro y oeste sigue con valores reducidos de agua útil disponible”, comentó.
“Se siguen esperando las lluvias que son necesarias para recuperar la humedad en el perfil de suelo, que va a ser algo clave para cuando empiece el período crítico del cultivo que para nuestra región (norte de Buenos Aires) será a partir del 15 de septiembre”, sostuvo Ignacio Terrile, investigador del INTA Pergamino y especialista en trigo.
Detalló que las condiciones para la siembra inicial fueron favorables. Sin embargo, ahora que se ingresa en la etapa crítica que determinará el rendimiento, las lluvias de primavera serán de suma importancia luego de un invierno seco, con excepción de algunas regiones. “Faltó la recarga otoñal (marzo-abril-mayo) que asegura en nuestra zona un 50% del rendimiento”, explicó. En esta región, para garantizar un buen rinde del trigo se necesitarían entre 150 y 200 mm entre septiembre y octubre.
“Estamos anímicamente mal, agotados. Volvemos a la misma película que el año pasado [de sequía]”, dijo Fernando Parodi, un productor agropecuario de San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Según detalló, actualmente el perfil del suelo en la zona presenta una deficiencia de 200 milímetros en cuanto a humedad.
“La falta de humedad en el suelo es muy grande, y hoy nos encontramos con que fallaron estas últimas dos tormentas; por lo tanto, el trigo se encuentra en un estado de no avance y los potenciales empiezan a caer. El problema es que no dan agua a futuro. Tampoco tenemos humedad en el perfil para sembrar el maíz. El Niño no arranca”, señaló.
Una situación similar planteó Adrián Barrau, productor del departamento de Belgrano, al sur de Santa Fe. “Lamentablemente, estamos viendo que de vuelta el clima puede jugar una mala pasada”, dijo. “Estamos preocupados porque sigue sin llover y ya estamos en etapa de encañazón, es decir que si ahora al trigo le falta agua el rendimiento va a empezar a disminuir”, agregó.
Sin pronóstico de lluvias en el corto plazo, Barrrau señaló que la preocupación principal reside en que, al evaluar los mercados a término para diciembre [mes de la cosecha], si se consideran los costos del fertilizante, labores, fungicidas, insecticidas y el costo del alquiler, los márgenes se vuelven muy estrechos. “Si los rendimientos siguen disminuyendo los números pasarán a ser negativos”, afirmó.
En tanto, Jose Luis Roca, de Bigand, indicó: “Desde principios de julio que no tuvimos más lluvias, el trigo está sufriendo la sequía. Se necesitan al menos 100 milímetros. Los trigos están en periodo de macollaje y ya se notan los manchones de falta de agua y nitrógeno. Las perspectivas son malas porque no hay buen perfil en algunos lotes que se están preparando para la siembra de maíz. Esperemos que en los próximos 15 días haya una lluvia importante para poder sembrar”.
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