El desarrollo agropecuario argentino se dio en diferentes etapas históricas caracterizadas por distintas orientaciones y técnicas productivas que requirieron diversas estructuras relacionadas también con lo social. Dentro de ese marco, el progreso genético en el mejoramiento de ganado vacuno ocupó un lugar preferencial.
Es interesante analizar ese proceso en forma global. La Revolución Industrial ocurrida en Gran Bretaña modificó su desarrollo rural. La población se dirigió a las ciudades en busca de trabajo, donde los campos quedaron en silencio. Igualmente, continuaron con el mejoramiento de las razas vacunas obteniéndose muy buenos pedigree.
El periodista de Le Figaro Jules Huret, que visitó la Argentina en el Centenario, escribió que los británicos lo habían pensado antes que los franceses en mejorar las razas. Producir animales de buena genética para exportarlos y cruzarlos con las vacas criollas argentinas porque aquí engordaban más rápido y necesitaban las carnes argentinas. Se dijo: “Tomad nuestros reproductores…nosotros abriremos nuestras puertas a vuestros ganados y vuestras carnes frigoríficadas…”.
Alrededor del 1500 en los condados escoceses de Aberdeen y Forfar conocidos como Angus, existía un tipo de ganado rústico, mocho de pelaje negro y colorado que por sus atributos productivos se difundió rápidamente. Se dijo que la raza Aberdeen Angus era una de las más antiguas del mundo y que ya existía en el Imperio Romano.
Su nombre Angus proviene de la mitología, es un dios celta irlandés conocido también por Aengus, el joven. Es el dios de la juventud, la belleza y la poesía. Suele ser representado como un joven atractivo, de cabellos rojizos y rizados. Está rodeado de mitos y leyendas. Se lo podría relacionar con la belleza de los toros tan atractivos como los Angus.
El libro “The Aberdeen-Angus Breed”, de J. Barclay y A. Keith, cuenta que el éxito de la raza Angus comienza con los primeros intentos documentados para estandarizar el ganado mocho negro en el criador Hugh Watson,(1780/1865) de Angus, pionero y mejorador de la raza.
Empezó con su toro favorito que le llamó Old Jock que le asignó el número 1 y seis vacas negras. En 1862 se publicó por primera vez el Polled Cattle Herd Book, registro genealógico para la hacienda mocha. Luego, William McCombie de Tillyfour, (1805/1880) de Aberdeen, obtuvo grandes mejoras a través de cruces seleccionados y le siguió Sir George MacPherson-Grant de Ballindalloch, de Banff.
El condado de Banff fue la que le dio mayor aporte a la raza. Realizó una selección genética que le permitió la creación de varias líneas maternas que se asentaron en Escocia y se expandieron por el mundo. Mientras este proceso de mejoras ocurría, el general San Martín circuló por esos campos escoceses, camino a Banff a reencontrarse con su amigo James Duff, 4to. conde de Fife. Lo había conocido luchando contra las tropas napoleónicas en España, amistad que se había mantenido epistolarmente. Partió desde Londres durante nueve días.
Tal era su popularidad que los diarios locales de Aberdeen informaban de su paso. Fue un encuentro muy grato para los dos. Y en dicha ciudad fue designado “ciudadano honorario” inscribiéndose el nombramiento en The Burgess Roll of Banff. Y es así que el 19 de agosto de 1824…”el ilustrísimo y nobilísimo varón…San Martín fue recibido y admitido como ciudadano libre y cófrade de dicho Burgo…poseerá todos los privilegios que son usuales en cualquier ciudad libre…”
Impacto
El buen pedigree obtenido en estas regiones de Escocia benefició la ganadería argentina mejorando la calidad de sus carnes. Refinar el ganado obligó a alambrar los campos, a subdividirlos en potreros. A construir aguadas. Ya no más hierbas duras o pastos fuertes.
A los inmigrantes italianos se les entregaban tierras vírgenes con semillas, en alguna oportunidad instrumentos de labranzas, por tres años y después de otros cultivos, debían entregarlos con sembrados de alfalfa.
Fue un ejemplo tomado de Benigno del Carril, quien mejoró el ganado con muy poco dinero. La cruza de las vacas criollas con los buenos sementales produjo una fructífera ecuación que se vio reflejada en la economía, debido a la gran demanda de las carnes argentinas en el Reino Unido. Primero se exportaban animales en pie, luego se pasó a utilizar los barcos frigoríficos. En 1888, en el país el 80% era raza criolla, bajó a 65% en el 1895 y en 1908 sumaba sólo el 9%.
La raza Angus llegó al país de la mano de Carlos Francisco Guerrero Cueto, una familia de origen español, con grandes posesiones en el sur bonaerense conocido antiguamente como el Tuyú, hoy General Madariaga. Cuando su hermana mayor, Felicita Guerrero viuda de Álzaga, fue asesinada por un amor no correspondido, el primer femicidio aristocrático, sus tierras ampliaron los de la familia Guerrero. Carlos había hecho varios viajes analizando el progreso genético en el nordeste de Escocia.
En 1879, importó tres ejemplares Angus para su estancia Charles: el toro Virtuoso y las vacas Aunt Lee y Cinderella. Fueron registrados como los primeros Angus de pedigree en el país. Es el ganado mocho, o polled, (sin cuernos). Se caracteriza por su sobresaliente fertilidad y aptitud materna, gran precocidad sexual y productiva. Facilidad de partos y alta capacidad de crecimiento y una buena masa muscular. Se destaca por su adaptabilidad a los diferentes climas y a la calidad forrajera.
La Asociación Argentina de Angus celebró su centenario, (1920), publica una revista destinada a fomentar la riqueza ganadera de esta raza. Dentro del marco celebratorio, se editó un libro: “Angus-100 años de Liderazgo”, texto que amplía los conocimientos a través de un estudio concienzudo de la raza, su introducción y desarrollo en el país. Su autor, Juan Carlos Grassi. El mejoramiento del ganado vacuno fue una decisión efectiva que produjo el engrandecimiento económico del país.
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