De familia de agricultores en Tucumán, los hermanos Martín decidieron, luego de tres años difíciles por la sequía y ante el contexto político y económico desfavorable para el campo, incursionar en la venta de la bebida con una marca propia
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SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- “Transformar una idea en un sueño y un sueño en realidad”. Después de tres años de sequía en la región, y ante un contexto político y económico desfavorable para el sector, Osvaldo Martín buscaba hacer algo distinto en una vida de lleno dedicada a la producción agropecuaria. “Estaba cansado; quería hacer otra cosa que no tenga nada que ver con el campo”, dijo a LA NACION en la última edición de ExpoApronor, que se realizó en tierra tucumana y fue organizada por la Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor).
Así, tercera generación de productores, se le ocurrió explotar para un negocio un hobby de su hermano Gonzalo, que solía hacer cerveza en la casa. Hoy, los hermanos Osvaldo, Gonzalo y Karina Martín producen Legado M, una cerveza artesanal fabricada en un galpón del campo familiar en La Ramada de Abajo, Departamento Burruyacú. Venden el producto en barriles y latas en el NOA.
“Mi vida había estado dedicada al campo, del negocio de la cerveza sabía poco y nada”, dijo el productor mientras en sus manos sostenía una caja llena de pochoclo para entregar a los clientes del local que montaron en la exposición. Su vida ahora se divide entre la producción agropecuaria y el negocio de la cerveza porque la familia continúa con la agricultura y la ganadería.
Una vez que tenían la idea, los Martín se embarcaron en un viaje alrededor de la Argentina para hacer un estudio de mercado. “Nos encontramos con que la cerveza artesanal había escalado en varias provincias, pero en Tucumán estaba mucho menos desarrollada”, contó.
El nombre que eligieron fue Legado M. Así, quisieron hacer un reconocimiento a la familia que, al apostar siempre a la producción, les había enseñado el valor del trabajo. La “M” corresponde a la primera letra del apellido paterno y materno. “Es un homenaje a nuestros ancestros” explicó. Para los Martín, en el campo está su identidad, sus raíces y el futuro.
“Mi esposa, que es arquitecta, nos diseñó un galpón que es como un container en el campo, a 40 km de Tucumán”, dijo el productor. Allí producen siete tipos de cerveza, la American Amber Ale, American Pale Ale, la Sweet Stout, Blonde Ale, Session Ipa, Honey y Scottish. También ahí es donde nació el logo: una liebre. Ocurre que, al estar la fábrica ubicada en la zona rural, alrededor de ella es común ver este tipo de animales por la noche.
Según indicaron, trabajan con barriles de 50 litros que distribuyen para bares que venden cerveza tirada y eventos privados. Eso representa un 90% de la producción. El porcentaje restante es de cerveza en latas.
Los hermanos también realizan eventos privados con choperas y participan de ferias y exposiciones regionales con un food truck que alquilan. Osvaldo expresó que venden unos 8000 litros por mes. En total, trabajan con 35 bares de San Miguel de Tucumán y el interior provincial. Las latas se comercializan para locales gourmet.
“Como todo es muy difícil vender, competir contra las grandes empresas. Uno compra los insumos en dólares y vende en pesos; entonces, se achica mucho el margen de ganancia. Igual es un negocio al que podemos seguir haciendo crecer”, señaló. Los insumos que compran para la elaboración son malta, lúpulos, levaduras. A la miel que lleva el estilo honey se la adquieren a un productor local.
Esta nota se publicó originalmente el 4 de abril pasado
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