Se trata de una parte de los $34.354 millones que recaudó con un incremento de las retenciones para que se venda a un menor precio a las panaderías
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El Gobierno recaudó $34.354 millones para nutrir el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), el mecanismo creado para compensar a los molinos por la bolsa de harina de 25 kilos que entregan a las panaderías, y destinó $14.796 millones. Estos datos surgen de un pedido de acceso a la información pública que hizo LA NACION. Para que el FETA tenga dinero, el Gobierno subió en marzo pasado las retenciones a la harina y el aceite de soja de 31 a 33% y ahora, con el regreso de esas alícuotas al 31% para esos subproductos, lo seguirá solventando con parte de lo recaudado por el dólar soja (I y II), según ya había trascendido, como informó este medio.
Hasta octubre pasado, de acuerdo con los últimos datos proporcionados por la Agencia de Acceso a la Información Pública, el fondo creado en marzo de 2022 a instancias del entonces secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, estaba integrado por 23 molinos y solo uno luego había efectivizado una baja.
Los primeros molinos en ingresar fueron Molino Cañuelas Saficia, Molino Florencia SAU [vinculado a los dueños de Molino Cañuelas] y Molisud SA. Para el primer pago, el Estado desembolsó en “anticipos” a estas tres empresas $1.394.546.259,89 para subsidiar la bolsa de 25 kg de harina 000 que llega a las panaderías a $1531, la bolsa de 0000 a $1837, la harina tapera a $1990 y la semolín por $1990.
En este contexto, para cubrir estos primeros desembolsos el Estado había recibido por entonces $5.921.754.286 por la suba de las retenciones a la harina y el aceite de soja. Como se dijo, en total llegó a octubre con un monto de $34.354 millones.
Tanto con el primer desembolso, como en el resto del año, Molino Cañuelas se llevó la mayor parte de los fondos: primero cobró un anticipo de $1.107.136.503,69 y a noviembre se había quedado con $8.352.122.165,69. En tanto, Florencia en total acumuló a noviembre $2.211.718.877,38. El resto, $248.975.971,62 fue a parar a Molisud, una empresa de la familia Malán, de Jacinto Arauz, en La Pampa.
Un mes más tarde desde la creación del FETA, allá por junio, se conoció la denuncia penal de diputados de la Coalición Cívica contra Feletti por supuestas irregularidades con el manejo de este fideicomiso. También apuntaron contra Molino Cañuelas, que se defendió de la incorporación en la denuncia.
En ese momento, luego se adhirieron al FETA Morixe Hnos SACI, Harinas Bajo Hondo SACI, Rosaser SA y Agrícola del Plata SA. Junio fue uno de los meses que menos ingresos tuvo el fondo, solo detrás de agosto cuando hubo un stop de pagos. Según los datos informados por el BICE, se recibieron $3.058.265.873,00.
El caso de un molino
A principios de julio pasado, Molinos Tassara había solicitado el alta al FETA, pero según los datos aportados a este medio, la empresa había dado marcha atrás en pleno proceso de tramitación. No obstante, ese mismo mes esa empresa percibió $53 millones por compensaciones, en septiembre otros $46,7 millones y en octubre $37,1 millones. En noviembre había instrucciones de un desembolso por $9,8 millones. Por citar un caso similar, Molinos Harineros Clabeq solicitó también la baja cuando estaban en proceso de tramitación en agosto y no tuvo desembolsos por compensaciones, aunque continúa figurando en el listado del Gobierno.
Otra particularidad es que Lagomarsino SA y Molino Concepción SA se sumaron al mismo tiempo, con algunos días de diferencia. Sin embargo, el primero cobró en el mismo mes que se unió al FETA $185.712.207,98 por anticipo. En total, percibió hasta noviembre último $707.477.587,98. A Concepción lo hicieron esperar: recién en agosto pasado cobró el primer y único desembolso por $22.621.608,22, aunque, según la Agencia de Acceso a la información, había un monto por $36.244.638,00 con instrucción de pago.
El fideicomiso se sostuvo a pesar de un fuerte rechazo de buena parte de la molinería y, por entonces, el poco interés de las empresas por adherirse. No obstante, ese interés se despertó de manera repentina en agosto, cuando 10 empresas solicitaron el alta. En agosto, en medio de la designación de Matías Tombolini en la Secretaría de Comercio no se ejecutaron pagos de compensaciones a ningún molino, excepto a una empresa a la que no le habían hecho el anticipo: Concepción.
El economista llegó con la idea de “armar una hoja de ruta” con molineros para hacer una supuesta modificación que nunca pudo llevar a cabo. Intentó, por entonces, negociar con los panaderos para que las compensaciones fueran a parar directamente a los 66.000 locales en el país, y que los desembolsos se hicieran contra factura, pero la idea que se iba a poner en marcha el 1 de octubre del 2022 no tuvo éxito.
¿Quedan fondos?
En la víspera de Año Nuevo, los empresarios molineros adherentes a esta herramienta estaban preocupados por la continuidad del FETA y que las compensaciones devengadas fuesen cobradas. Tras la vuelta de las retenciones a la harina y el aceite de soja al 31%, la Secretaría de Comercio comenzó una carrera contrarreloj para encontrar los fondos que continuarán subsidiando en 2023 la harina.
Pero, de acuerdo con los datos, hasta noviembre del 2022 el Gobierno había repartido en total $14.796.860.199,97 por compensaciones a los 23 molinos. En ese mes, también tenía un saldo a favor de $19.557.536.510,03. De acuerdo con fuentes consultadas por LA NACION, el ministro de Economía, Sergio Massa, dio “instrucciones internas para que se le asignen más fondos que saldrían del tesoro”. Esto, en el caso de que falten recursos.
Con la colaboración de Florencia Rodríguez Altube (LN DATA) y Mariana Trigo Viera (OL Creativa)
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