Efecto sequía: el Gobierno dijo que recibió un pedido para prorrogar embarques de trigo y lo ve “factible”

El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, anticipó hoy que los exportadores de cereales pidieron una reprogramación de las declaraciones juradas de ventas al exterior de trigo. Esto ocurre en medio del fuerte golpe productivo debido a la sequía, que bajará la cosecha del cereal de 23 millones de toneladas el año pasado a 13,7 millones de toneladas a fin de 2022, según la previsión difundida hoy por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Versus las proyecciones privadas, en Agricultura aguardan 16 millones de toneladas. Bahillo dijo que ve “factible” acceder a la solicitud del sector exportador.

“Hemos recibido ayer un pedido de la cámara de exportadores [por el Centro de Exportadores de Cereales] de autorizar una prórroga en los embarques que lo vemos factible. Es una herramienta que nos puede ayudar a lo que es una mejor planificación de la salida del cereal y contemplar, simultáneamente, la priorización del mercado interno. Eso seguramente lo resolveremos a la brevedad. Después iremos haciendo un seguimiento”, señaló el secretario de Agricultura tras una reunión donde se presentó un análisis de las perspectivas climáticas en medio de la sequía.

Tras esa declaración de Bahillo, fuentes de Agricultura señalaron a este medio que el tema presentado por los exportadores “se analizará”. Agregaron: “De esa manera, no hay presión sobre los precios y se asegura que exporten todos”. Los exportadores tienen anotadas para vender de la cosecha 2022/2023 casi 9 millones de toneladas, más de 5 millones de ellas ya adquiridas y deberían salir a comprar el resto. Hay una fuerte concentración de embarques entre diciembre y febrero de 2023.

Consultadas, en tanto fuentes de la exportación indicaron: “Bahillo nos pidió opinión si sacan una resolución de reprogramación de DJVEs [declaraciones juradas de ventas al exterior] ante la falta de trigo en base a lo que habló con la Mesa de Enlace esta semana y al pedido de FAIM [Federación Argentina de la Industria Molinera] y de la Secretaría de Comercio. Como exportadores no tenemos objeciones dado que es una situación de fuerza mayor, pero que el Gobierno debe hacerlo así porque son contratos de exportación ya comprometidos que tenemos que salir a hablar con importadores de todo el mundo”. Por la caída de la cosecha, que dejará menos volumen disponible para vender al exterior, para la Bolsa rosarina en 2023 ingresarán por exportaciones del cereal US$1575 millones menos versus 2021, a US$3025 millones.

El clima

Pese a las previsiones con fuertes bajas en la cosecha de trigo de las bolsas de cereales y comercio, en el Gobierno conservan algunas esperanzas de que no sea tan fuerte el impacto. “Más allá de las estimaciones de algunas bolsas de cereales, que son algo inferior, nosotros estimamos aún alrededor de 16 millones de toneladas hoy en números de la próxima cosecha”, dijo Bahillo. “Estamos en una situación muy compleja y crítica. No es una catástrofe, pero sí es una situación a seguir y atender. Sobre todo porque los últimos años venimos con un estrés hídrico que se agudizó a partir de este invierno, principalmente desde mayo en adelante, y la perspectiva es que el próximo trimestre siga en condiciones similares”, indicó el funcionario, que remarcó: “Recién se empezaría a recuperar a partir del primer trimestre del año próximo y alcanzaría una normalidad en el segundo trimestre”.

“Estamos viviendo una situación particular crítica con un tercero [ciclo productivo] ya con restricción de humedad, de anomalía en el volumen de lluvia, con lo cual impacta en el estado de los cultivos y en la proyección de los mismos. Por eso es un insumo muy importante no solo a la hora de tomar medidas o acciones que pretenden mitigar los efectos de la sequía, sino también para distintos actores involucrados de los sectores productivos”, subrayó sobre el análisis de la situación actual.

Consultado sobre la posibilidad de que haya una ayuda económica para los productores afectados por la sequía, el funcionario dijo que se tiene que “ir evaluando el daño y las medidas que se pueden tomar”, pero que en Agricultura “no descartan nada”.

“Emitir ahora una definición o decisión política a tomar sería poco prudente de mi parte porque considero que hay que hacer una evaluación y un seguimiento muy pormenorizado y de manera semanal de la situación”, dijo.

Agregó: “Nada reemplaza la lluvia. Nosotros, lo que podemos es palear la situación a través de la ley de emergencia agropecuaria y los otros fondos que tenemos para poder mitigar alguna situación, contemplar alguna situación impositiva o alguna medida puntual. No descartamos nada”.

Por otra parte, se refirió al retiro del presupuesto 2023 del artículo 95 que volvía a dar el manejo de las facultades delegadas por las retenciones al Gobierno. “A nosotros no nos cambia en nada porque los objetivos y las prioridades que nos hemos fijado, y los recursos con los cuales hemos estimado la ejecución del presupuesto del año próximo, no tenían en cuenta de ninguna manera un incremento en las alícuotas a las retenciones de cereales y oleaginosas”, dijo.

Asimismo, dejó abierta la posibilidad de que haya una baja de retenciones para las economías regionales. “Tengo la indicación del ministro Massa de hacer un análisis de competitividad de las economías regionales y ver cuál medida puede impactar de mejor manera para mejorarla y si tiene que ser analizar las alícuotas de retención, no tengo ningún impedimento en ese sentido”, indicó. “Tengo la misión de hacer el análisis y hacer sugerencias de distintas medidas que se podrían tomar, pero todavía no hemos hecho esa propuesta”, señaló.

El funcionario afirmó que “nada impide que la alícuota se baje”, pero aclaró: “Tampoco está en el corto plazo pensar en una disminución de las retenciones”.

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