Cuando tenía 12 años, Juan Oscar Pérez, de la zona rural de Venado Tuerto, dijo haber vivido una experiencia con “seres”. Su caso recorrió el mundo y ahora formó parte de un documental en History
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“Hay quienes podrían poseer un legado que los transporte a un lugar increíble, incluso, sin desearlo ¿Quiénes son estas personas?”, así es como el canal History presenta la historia de Juan Oscar Pérez, un gaucho y trabajador rural de Venado Tuerto que, de niño, a fines de los años 70 dijo haber sido testigo de un suceso OVNI. Su relato recorrió el mundo, formó parte de un documental, llegó a medios internacionales y ahora el canal propiedad de A&E Networks emitió su relato como uno de los “encuentros cercanos más extraordinarios de la historia registrada”. A pesar de la fama que le dio contar su vivencia, para el venadense se trató de una experiencia traumática que marcó su vida y le convirtió en un ser solitario y atormentado.
“Yo quería hacer otra cosa, a mí me encanta pintar y dibujar, pero después de los 12 años me cambió la vida, lo que me pasó es algo que hasta el día de hoy no puedo entender”, dijo Pérez en diálogo con LA NACION.
El hombre contó que cuando tenía 12 años y vivía con sus padres y sus dos hermanos en la estancia “La Victoria”, ubicada a siete kilómetros de Venado Tuerto, en una madrugada de fuerte neblina cabalgaba por el campo en busca de la tropilla, cuando se topó con lo que él creyó era una casilla de tractoristas. “Yo había escuchado que iban a traer tractores para arar los campos y como los quería ver de cerca obligué a mi caballo, que se había empacado, a acercarnos”, relató.
Cuando se aproximó y pudo ver con más detalle aquel objeto, se dio cuenta de que estaba frente algo extraño. “Era como una casilla, pero con una cúpula alta redonda, quise entrar. Se prendieron como unas luces de muchos colores y como el caballo tenía miedo lo até a una escalera enorme que salía, que recuerdo que era gris y estaba muy fría”, relató. Así fue como Juan ingresó a esa especie de nave donde conoció a lo que él llama “dos seres” que le cambiarían la vida.
“A partir de ahí anduve muy mal, no podía entender lo que me había sucedido, vivía con miedo y preguntándome por qué me había pasado eso a mí. Cuando lo contaba se reían, no me creían, entonces decidí callar”, confesó. Hasta que años más tarde el caso llegó a oídos del psiquiatra rosarino Néstor Berlanda, quien se puso en contacto con Juan y, tal como el cuenta en el documental de History, durante años trabajó a partir de regresiones mentales para intentar reconstruir y comprender lo que había ocurrido aquella noche.
El especialista, que también participó en el video recientemente emitido, le dijo a El Ciudadano que después de arduos estudios “se descartaron patologías psiquiátricas en Juan y que no había sufrido un brote psicótico en su adolescencia cuando aseguró haber visto una nave espacial”.
Sin embargo, él seguía sumido en el miedo y en la soledad. “Siempre anduve escapando. Es algo que hasta el día de hoy no puedo entender”, contó a este medio.
Su vida tuvo un nuevo giro cuando apareció el cineasta argentino Alan Stivelman, que quiso mostrar su historia y convertirla en el documental “Testigo de otro mundo”, con la ayuda del famoso astrofísico Jacques Vallée, en 2018. Con su caso convertido en película, Juan se hizo famoso y su historia legó a publicarse en diarios de otros países como El País y El Mundo de España.
Este año, a principio de julio volvió a ser noticia cuando History Channel emitió un breve video contando su historia en el que participan, además de Juan y el psiquiatra, Débora Goldstern, la escritora y columnista de “código oculto” y Silvia Perez Simondini, directora del Museo del Ovni Victoria.
El venadense, que actualmente vive de la caza y de la cría de pequeños animales, contó a LA NACION que recibió el llamado de un periodista del canal propiedad de A&E Networks que le consultó si podía contar su historia. “Me dijeron que si bien había muchos casos de este tipo, el mío sobresalía”, aseguró.
“Un día de verano vinieron al campo, tuvimos que ir a un terreno de atrás más tranquilos porque como siempre en el campo tenían problemas con el ruido de los animales porque los chancos gritaban y las gallinas cacareaban”, contó. Y entre risas agregó: “Igual después tuvimos que esperar a que caiga la helada porque también tenían problemas con los grillos. Uno que vivió toda la vida en el campo sabe que cuando cae el rocío los insectos vuelan y se callan”. Las cámaras se prendieron y una vez más contó su historia.
El encuentro
En el documental junto a Bernarda dan detalles del encuentro con lo que él llama “seres”. Cuenta que al ingresar a esa especie de casilla quedó frente a frente de uno ellos. Lo describe como alguien “muy grande”. Este desconocido estaba manipulando una especie de mesa en la cual había abierta “como una pantalla” en la que se proyectaba como una especie de mapa con triángulos y círculos.
En otro momento cuenta que la puerta se empezó a cerrar y él, por miedo a que su papá lo rete si el caballo se escapaba, se tiró de la “casilla”. Pero, como no se podía subir al caballo, le pidió ayuda al “ser más pequeño”. Detalló: “Yo le pedía que me alzara”. Al soltarse, el caballo salió corriendo.
Contó lo que le pasó al llegar a la casa: “Me pasé la mano por el brazo y, cuando miro, tenía como un tajo, como un labio para afuera, pero en lugar de salir sangre salía agua como una picadura de una víbora. Estuve mucho tiempo con la lastimadura abierta hasta que de un momento a otro se fue”. Su caballo murió al poco tiempo de ese suceso.
LA NACION