El fenómeno La Niña comienza a disiparse lentamente

Avanza el almanaque y los meteorólogos vaticinan una gradual atenuación del evento La Niña. Al respecto, el climatólogo Eduardo Sierra dice que “ya transitada la etapa crítica, el sistema climático observa una gradual normalización y dará lugar a un escenario con menos perturbaciones, aunque no totalmente exento de riesgos”.

El consultor recuerda que durante diciembre pasado y la primera quincena de enero el escenario climático tuvo su etapa crítica, con rasgos extremos de calor y sequía, por el apogeo de La Niña, el calentamiento del océano Atlántico y los persistentes vientos polares que contribuyeron a reducir la entrada de humedad, al contraponerse a la circulación tropical.

Para lo que resta del verano y la primera parte del otoño, Sierra vaticina lluvias normales o superiores a las normales para el NOA, este de Cuyo y el oeste de las regiones pampeana y chaqueña, donde La Niña tiene acción positiva. El área más afectada por la seca -centro y este de las regiones pampeana y chaqueña, y la Mesopotamia, continuará recuperándose de los efectos sufridos, aunque persistirán extensiones con déficits hídricos.

Leonardo de Benedictis coincide con el pronóstico: “el momento más álgido de La Niña ya pasó, aunque el evento se mantendrá hasta mediados de marzo por lo menos, aunque perdiendo fuerza gradualmente. Será un proceso progresivo, que permitirá generar lluvias de volúmenes menores, pero que abarcarán zonas más extensas espacialmente”, se esperanza. Más adelante, al acercarse el invierno, con un patrón climático con otra dinámica, las lluvias pueden ser un poco más abarcativas; en una época de menor evaporación, se pueden recargar los perfiles, para llegar a una primavera en mejores condiciones de humedad.

“La gran variabilidad climática observada durante el mes de enero se fue aplacando parcialmente en febrero, aunque persisten amplias zonas con déficit de humedad en la Mesopotamia y norte de Buenos Aires, entre otras, que siguen estando afectadas por la falta de humedad. El caso emblemático es Corrientes, que sufre sequía desde hace varios meses, que generaron los incendios que no dan tregua. Los focos de fuego son noticia hoy, pero los problemas hídricos de la provincia vienen desde largo tiempo”, aclara el meteorólogo.

Conforme a los criterios de

Conocé más

“Influyeron positivamente”. Evaluaron la fecha de siembra y la densidad para el maíz en ambientes semiáridos y el resultado fue categórico

“No tiene salvación”. Le cayó una terrible granizada, perdió todo e ironizó con tomarse un “buen vaso de vino”

Medidas drásticas. Crisis hídrica en Nueva York: qué significa la emergencia declarada en Whitehall