Según un informe, la reducción con una nueva ley del 10 al 5% de la mezcla de biodiésel en el combustible generó una brecha de 880.000 metros cúbicos; diputados cordobeses pedirán aumentar el corte al 20%
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CÓRDOBA.- En medio de un faltante de gasoil que no se soluciona y que afecta a las actividades productivas de todo el país, no solo por la escasez sino por el sobreprecio que se paga, desde distintos sectores apuntan al Gobierno por haber reducido el corte con biodiésel tras la nueva ley de biocombustibles sancionada el año pasado. Ahora, en tanto, algunas fuentes oficiales sostienen que lo triplicarían de 5% al 15% para los próximos dos meses.
Mañana, el bloque de diputados de Córdoba Federal, que responde al gobernador Juan Schiaretti, presentará un proyecto de ley para elevar al 20% la mezcla del biodiésel -su materia prima es la soja- en el gasoil, como alternativa ante la crisis.
Desde Energía y la Jefatura de Gabinete insistieron en que se solucionaría el faltante con más importaciones, pero hasta ahora no llegan los refuerzos. A las destilerías no les conviene comprar afuera por el precio internacional, no les es rentable.
Como paliativo, YPF decidió cobrar un valor diferencial para el gasoil a los demandantes extranjeros. Julián Rojo, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, afirmó a este diario que esa demanda externa no explica lo que está pasando. Reconoce que creció en provincias de frontera “pero también en las no limítrofes”.
“La producción local de gasoil baja desde 2016 y hoy es menor a la de 2010 -repasó-. Además, se importó poco y la mayor parte para consumo de las centrales térmicas. La escasez es resultado de una mala política energética; con nula programación y desarbitraje de precios respecto de los internacionales”.
En este contexto, un trabajo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, señaló que el faltante de gasoil es de alrededor de 800.000 metros cúbicos: “Si tomamos en cuenta lo que efectivamente se agrega al gasoil –un 4%- y lo que antes se debía agregar –un 10%-, la diferencia es del orden de 880.000 metros cúbicos de biodiésel, considerando que además hay algunos segmentos de consumo de gasoil, sobre los que no se efectúa corte alguno, como el que se usa para minería”.
La primera ley de biocombustibles -la sanción se impulsó en la presidencia de Néstor Kirchner- estableció la obligatoriedad de incorporar un mínimo de 5% de biodiésel al gasoil; el porcentaje fue creciendo hasta hasta alcanzar el 10%. La ley sancionada el año pasado recortó la mezcla al 5%. La nueva norma la impulsó el kirchnerismo y terminó recibiendo algunos apoyos de legisladores de la oposición de provincias del norte. En el momento que se presentó la iniciativa el conductor del bloque oficialista en Diputados era Máximo Kirchner.
“La Argentina violó el principio de progresividad previsto en el Acuerdo de París y en el Acuerdo de Escazú –ratificados ambos por leyes nacionales-, en la Ley Nacional Ambiental, etc., o sea, abiertamente violó a la Constitución Nacional”, dijo en el escrito Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles.
Molina aseguró que la industria argentina del biodiésel está en condiciones de abastecer más porque utiliza actualmente 40% de su capacidad de producción, que es de 4,4 millones de metros cúbicos por año: “Se debe a la reducción del corte y a la imposibilidad de exportar a Estados Unidos por sanciones que aplicó hace algunos años ese país a la Argentina”.
Insistió en que el sector está en condiciones de abastecer más de 200.000 metros cúbicos mensuales, “con lo que se normalizaría el mercado”. Respecto al precio, admitió que no es más barato que el gasoil que se comercializa en las estaciones de servicio pero sí es “competitivo” con el del importado, al que sustituye. “Además, se paga en pesos, en un momento en que el país enfrenta una enorme restricción en su sector externo”, agregó Molina.
Cambios
La Secretaría de Energía puede elevar el corte y, además, instrumentar un programa de sustitución de importaciones de gasoil. Debería modificar el impedimento de vender biodiésel al mercado local a los productores que se dedican a la exportación del producto o de sus insumos principales.
Por esa restricción quedan afuera Aceitera General Deheza, Bunge, Cargill, Cofco, LDC, Molinos Agro, Vicentin y Viterra. Molina precisó que de los 200.000 metros cúbicos mensuales que podrían incorporarse adicionalmente, se perdería cerca del 40%, por lo que debería modificarse la norma. “Hay que promover un mecanismo legal para que la mayor demanda de biodiésel pueda ser abastecida de manera universal, competitiva y transparente, evitando la concentración de mercado”, añadió y planteó que otro de los problemas a atender pasa por el “largo plazo de pago que unilateralmente” imponen a los productores de biodiésel que les vende, “fundamentalmente YPF”.
Apuntó que la empresa “paradójicamente vende metanol, insumo indispensable de aquel combustible renovable, en contado anticipado, y paga el biodiésel en un plazo medio de entre 45 y 60 días, hecho que obliga contratar onerosas coberturas en el mercado de dólar futuro”.
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