Desde el pasado 31 de octubre, Ángeles Naveyra es la presidenta de la Fundación Barbechando, entidad que integran más de 400 productores, cámaras y sociedades rurales y sigue los temas legislativos para el agro en el Congreso
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Ángeles Naveyra habla de una manera muy resuelta y precisa de hacia dónde apunta con la Fundación Barbechando. La semana pasada fue electa presidenta y se convirtió en la primera mujer en la historia en acceder al cargo en la entidad que integran más de 400 productores, cámaras y entidades relacionadas con el sector. Desde su lugar y como productora agropecuaria cuenta que tratará de impulsar proyectos de apertura de mercados, tratamientos de leyes fiscales y restricciones que hoy tiene el agro, para que consigan tratamiento en el Congreso de la Nación.
Naveyra viene de una familia ligada al campo por parte de su padre, José Luis Naveyra, en la zona de Coronel Vidal, provincia de Buenos Aires, pero también aclara que está casada con un productor agropecuario. Se identifica productora primaria “por sangre y adquisición”, rubro al que dice lleva metido adentro, por la cercanía con la que lo vive y ahora representa dentro de la Fundación. Además, es contadora pública y licenciada en administración de empresas, carreras que le permiten ser asesora impositiva en el agro.
“Llegar a la presidencia es uno de los mayores desafíos, sin duda, que he tenido en mi vida. Me he preparado mucho tiempo para poder hacerle frente a este enorme desafío, porque logré siempre con tener ambas condiciones muy importantes para enfrentar esto que es conocer verdaderamente el sector productivo argentino desde adentro y la importancia de tener un sistema tributario que sea pro desarrollo de un país. Teniendo esos dos elementos en mi cabeza me faltaba solo conocer verdaderamente la forma de trabajar políticamente en la Argentina. Eso es lo que logré incorporar en mi vida en Barbechando, cuando empecé a trabajar no solamente como aportante desde el inicio sino también en el consejo de administración en los últimos seis años con mayor responsabilidad como secretaria en estos tres años”, indicó.
En el tiempo que va a durar su mandato, contó intentará consolidar el trabajo que ya se viene haciendo, y buscará convencer a los productores de la importancia de trabajar con la política. En su nuevo rol tratará, a través de la Fundación, tender un puente entre el agro y la política para unir visiones para la Argentina. “Tenemos que seguir en ese camino en el que se entienda que no es ser funcionario o tener un cargo. Trabajar con la política es empoderar al Congreso de la Nación porque sabemos que ahí es donde todas las políticas públicas y las reglas de largo plazo que necesitamos van a salir. Si no estamos ahí esas sillas las ocupan otros. Tenemos que amigar al campo, al productor y la agroindustria con la política y acercar a los políticos al campo, la agroindustria y producción”, mencionó.
Explicó que el productor trabaja sobre la base de la confianza, y tiene latente el temor de que lo prometido nunca suceda. “Lo da todo cuando tiene confianza porque está convencido que el trabajo lo va a sacar adelante. Lamentablemente, los distintos gobiernos a lo largo de los últimos años decían una cosa y después se daban media vuelta y hacían otras. Les decían: vamos a acompañar, a sacar estas políticas, pero daban media vuelta y aprobaban leyes que iban totalmente en sentido contrario. El productor no entiende que la política siempre va a estar en el lugar en donde tenga mayor posibilidad de ser vista, de tener visibilidad, nos guste o no es así”, sostuvo.
Poco a poco, el productor comenzó a involucrarse más en la política local con propuestas que nacen desde el Concejo Deliberante, según ejemplificó Naveyra. Así surgieron fideicomisos de caminos rurales como los que tienen en Tandil, provincia de Buenos Aires, que son manejados por productores. “Allí uno empieza a ver que se genera el cambio de la queja a la propuesta. Entonces, dejemos de quejarnos y que los caminos están destruidos y armemos algo. Salgamos de la queja y vayamos a proponer cosas”, extendió.
La flamante presidenta añadió que lo que ya está atravesando el productor primario con toda la carga impositiva es “inaceptable”. Además, mencionó que es indispensable bajar la carga tributaria del productor y generar una apertura de los mercados para que la producción pueda salir adelante. “En vez de seguir cerrando los mercados tenemos que trabajar en eliminar los derechos deportación y previsibilidad. Todos tenemos esos lineamientos más que claros. Nuestra propuesta es vayamos más allá de eso con propuestas concretas al Congreso. Ya todos saben que la carga tributaria es inviable, armemos proyectos de ley, trabajemos con los legisladores en un cronograma, por ejemplo, eliminación de los derechos deportación”, sostuvo.
Recordó que Barbechando fue la primera institución que hace dos años trabajó, armó y preparó un borrador de proyectos de ley que ponía plazos concretos para tratar estos temas, incluyendo unos artículos del código aduanero que hoy son los que dan potestad al Poder Ejecutivo que ya no deberían existir. “Los impuestos salen por el Congreso y la Cámara de Diputados es quien tiene que definir los impuestos. Basta de delegar facultades al Poder Ejecutivo, y para eso es clave la unidad de nuestro sector, tenemos que hablarle a la política con una mirada unida”, mencionó.
La Fundación abrió el comité ejecutivo, que no es el mismo consejo administrativo, donde trabajan la diaria e invitaron instituciones del agro y la industria para trabajar los proyectos y las políticas públicas que van a acercar al Congreso. Ese comité definió la agenda de las políticas públicas más importantes. “El primero es contemplar la no intervención de mercado y la previsibilidad para el sector productivo, una ley que no le permita a un funcionario de cuarto nivel cerrar un mercado de exportación un domingo porque así le pareció. La eliminación de los derechos de exportación. Una ley de seguros, tomando lo mejor de los países que tienen buena política, que le permita al Estado mitigar los riesgos de una sequía como nos pasó en la Argentina. Además, de todo lo referido a la ley de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), y una ley de propiedad intelectual, que va más allá de llamarla ley de semilla, para que las mejores tecnologías del mundo vengan a la Argentina y nos ayuden a mejorar la producción”, sostuvo.
Empoderamiento
Naveyra será la primera mujer presidenta de la Fundación y recuerda que hace 30 años la mujer en la sociedad no tenía espacios en la toma de decisiones y desde hace 20 años comenzó a hacerlo. “Las mujeres cada vez más nos animamos a dar ese paso extra que significa estar de repente en una reunión de 20 personas, donde 19 son hombres. Estoy muy acostumbrada a estar rodeada de varones y nunca sentí que era una limitante, pero cuando comencé a involucrarme a nivel de direcciones, me di cuenta de que muchas veces en algunos ambientes la presencia de una mujer lleva al hombre a estar en un estado de alerta. Lo festejo si eso permite enfocarnos más en los temas a tratar y dejar de lado situaciones que se daban comunes que las mujeres no estaban presentes, eso se está acotando”, contó y aseguró que un lugar sin una mujer no es lo mismo, al igual que un lugar sin un hombre: “no es lo mismo”.
“Celebro enormemente porque cada vez veo más mujeres que se animan. Tenemos todo y tenemos ese plus de ser madres, que es el arma secreta es la que tenemos que salir a usar en los lugares de decisión, porque eso hace la diferencia. Esto va a seguir, no lo dudo ni un minuto. El empoderamiento femenino viene con fuerza”, completó.
Antes de finalizar la charla, recordó su historia familiar y cómo su abuelo sorteó los lotes por papelitos que sacaron de una galera los más pequeños de la familia. Así y con el tiempo se gestó una sociedad de uno de los hermanos con su padre para armar una empresa familiar de la que hoy es asesora en temas contables y tributarios.
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