Darío Magi sufrió, entre otros importantes daños, la pérdida de más de 1000 metros de cables de un tendido eléctrico clave para el trabajo de ordeñe
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Un fuerte temporal de viento, granizo y precipitaciones azotó en la mañana de ayer al centro bonaerense, en especial a la ciudad de Saladillo y alrededores. Pasadas las 9.20, de un momento a otro el cielo se puso negro, el día se volvió noche y enseguida la tormenta, con fuertes ráfagas de viento, provocó la voladura de más de 70 techos y una caída importante de postes de energía eléctrica.
Darío Magi es un pequeño productor tambero de la zona y fue uno de los tantos afectados por el temporal. Junto a su mujer, lleva adelante la actividad láctea desde hace mucho tiempo. En su establecimiento, que se encuentra a unos pocos kilómetros de la ciudad, también posee 15 cerdas madres y produce al año unos 240 lechones.
En diálogo con LA NACION, contó que ayer por la mañana, al ser domingo, decidieron ordeñar un poco más tarde de lo habitual. “Estábamos afuera y de pronto el día se puso negro, se levantó un fuerte viento y todo comenzó a volarse. Fue ahí que le dije a mi señora que disparemos para adentro porque era peligroso que nos quedemos afuera. Cuando la tormenta pasó, salimos y nos encontramos con un panorama desolador”, dijo.
“El viento se había llevado todo. Cientos de postes se habían caído y más de 1000 metros de cableado de luz eléctrica estaban en el suelo, que nos impedía conectar la ordeñadora para nuestras 25 vacas que tenemos en el tambo”, detalló.
Pero Magi no solo perdió la electricidad: más de 30 plantas se cayeron y el molino grande que tiene en sus 84 hectáreas quedó totalmente destruido. Si bien no se murió ningún cerdo, se volaron las parideras. Asimismo, los silos se aboyaron, los comederos de hacienda aparecieron a más de 350 metros y las bebidas a más de 400 metros.
“Ni bien bajó la intensidad de la tormenta fuimos a ver la situación en que se encontraba todo: el gallinero que tenemos estaba tapado de unos árboles que se cayeron y las parideras de las chanchas habían desaparecido”, señaló.
Ante la necesidad de no dejar de ordeñar, el productor hizo un llamado a la solidaridad, a través de la Federación Agraria Argentina (FAA), de la que es socio. “Aprovechamos para hacer un llamado a la solidaridad a los productores de la zona para alguien pueda prestarle un generador trifásico en esta emergencia ya que sería de mucha utilidad”, destacó en un posteo FAA.
Hoy por la mañana bien temprano, gente de la municipalidad se comunicó con el productor y le dijo que pase a buscar un generador eléctrico. Si bien pudo ponerlo en marcha cerca del mediodía y ordeñó cinco vacas, luego el generador no aguantó y quemó la llave térmica que conecta la ordeñadora. “Todo es una lucha”, se lamentó.
Magi aseguró que no es el único que la está pasando mal y que sufrió daños. “A otros productores vecinos, la tormenta les llevó los techos de las casas y aquellos que tenían cosechadoras en los galpones se le cayeron árboles encima. Aparecieron monotolvas con grandes daños materiales. Hay chancherías de la zona donde se le murieron todos los lechones”, comentó.
“Nuestro trabajo es más sacrificio que beneficio, sobre todo para los pequeños productores. Ya veníamos mal con el cierre de exportaciones que nos partió al medio, donde estamos subsistiendo con el mango justo y ahora encima este problema climático. Es muy triste y muy difícil todo”, finalizó.
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