Productores de la región que recorren la muestra se sorprenden por cómo, pese al contexto económico, los productores locales siguen buscando mejorar en su actividad
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Entre las voces que se escuchan en las tribunas de la emblemática pista central de la Exposición Rural de Palermo resuenan las de los criadores extranjeros que viajaron para apreciar la genética bovina argentina. Los elogios y reconocimientos hacia el trabajo de los ganaderos locales son constantes, especialmente por apostar a la actividad a pesar del contexto económico complejo.
“Es un milagro que con la situación complejísima que vive este país se siga logrando semejante calidad y producción”, afirma Raúl Irarzábal, que viajó desde Uruguay para presenciar la muestra. Actualmente, Irarzábal produce en Soriano, aunque previamente tenía su actividad en Flores y Río Negro, en el vecino país. Año tras año, asiste a la exposición y no duda en recorrer también algunas muestras en el interior del país.
“Hace 30 años, el Angus en Uruguay era muy chico, no había una competencia como la que hay actualmente. Por eso, veníamos a la Rural para ver buenos ejemplares”, comenta y agrega: “Estuve en Estados Unidos varias veces, pero el Angus de la región está acá en la Argentina”, dice.
Sentado en la tribuna de la pista central, el uruguayo comenta: “Este jurado está haciendo un trabajo bárbaro, pero si entra otro y acomoda los animales al revés, yo creo que no hay diferencia”.
Desde su experiencia en el campo y con una larga trayectoria en la ganadería, el criador expresa su asombro ante la capacidad de los productores argentinos para mantener su producción a pesar de la situación compleja que se vive. “Soy un admirador de los productores y de toda la Argentina porque hay que ver cómo está este país, y sigue funcionando, sigue mirando hacia adelante. El día que esto cambie, Dios mío, potencia”, agrega.
Como tercera generación de ganaderos, cuenta que se convirtió en un apasionado de la actividad al comprender los beneficios que ofrece. “Estoy vinculado al Angus desde que abrí los ojos”, explica.
“Cuando tú te das cuenta de la ventaja de la raza sobre el resto, ahí te hace fanático. Es una raza maravillosa para producir carne en estas regiones, y yo me dedico a eso”, indica, entusiasmado.
El brasileño Luis Felipe Casool viene a Palermo todos los años en busca de la excelencia en las razas ganaderas. “Me apasiona el Angus genuino, por lo que soy un fiel usuario de la genética argentina debido al excepcional trabajo que realizan los criadores locales. Busco ejemplares moderados de tamaño, precoces y que reúnan todas las cualidades esenciales de la raza, que para mí son muy importantes”, afirma. Hace 30 años su familia comenzó a criar Angus y él reconoce que fue quien más incentivó a trabajar aún más en la raza. El criador tiene un plantel de 30 toros con genética argentina en el país vecino.
Además, tiene una empresa de genética con la que importa semen y embriones de la Argentina a Brasil, además de asesorar a cabañas en el país vecino. “Desde hace 30 años que acompaño Angus en la Argentina y cada año observo cómo su consistencia genética se fortalece aún más. Esta evolución constante nos da mucha confianza porque sabemos que al usarla en Brasil, obtendremos resultados similares”, detalla.
“Para importar de la Argentina a Brasil hay que tener paciencia”, dice Casool, que sufre en primera persona las trabas burocráticas de los Ministerios de Agricultura tanto de Brasil como de la Argentina. Según detalla, mientras que desde Estados Unidos a Brasil se lleva la genética en un mes, el proceso desde la Argentina puede llevar entre tres a seis meses.
Por otro lado, remarca su admiración por el compromiso de los productores argentinos, ya que a pesar del contexto económico complejo son personas muy involucradas y comprometidas y tratan de buscar el progreso. “Sabiendo la situación económica, no tengo dudas de que vienen a Palermo a mirar Angus de muy buena calidad”, concluye.
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