La presente campaña agrícola 2018/ 19 se desarrolla con variaciones muy importantes respecto del estado de los cultivos y las condiciones climáticas que estos enfrentan. Con más de seis millones de hectáreas sembradas, la producción de trigo superó los valores acumulados durante la campaña anterior con un nivel de producción de 19.000.000 de toneladas.
Los cultivos de verano, que en conjunto alcanzarían los 26 millones de hectáreas, en cierta proporción del área han sufrido atrasos debido al exceso de lluvias al momento de la siembra, mientras que aquellos sembrados tempranamente están ingresando en los períodos claves para la definición del rendimiento.
En este momento, las explotaciones agropecuarias alcanzan su pico de complejidad. Cosecha, siembra y controles de diferentes adversidades ocurren simultáneamente y hacen necesaria una atención especial para proteger la productividad. En este sentido, la planificación y el monitoreo harán la gran diferencia.
Las variables, iniciales a considerar como genotipo, necesidades de fertilización o fecha y densidad de siembra, en general ya han sido definidas y serán el primer escalón en la definición del rendimiento, pero de aquí en adelante, será muy importante evitar pérdidas de productividad durante todo el ciclo de los cultivos.
Considerando que las pérdidas de productividad debido a las diferentes adversidades alcanzan valores que van desde el 50 al 80% del rendimiento potencial (Oerke, 2006), el correcto manejo de malezas antes y después de la siembra y el monitoreo para prevenir impactos negativos por enfermedades e insectos serán las variables claves para proteger cada kilogramo de rendimiento. Así, el monitoreo constante toma especial relevancia, y el uso de las tecnologías disponibles podrá hacer más eficiente cada minuto de los profesionales del agro.
En la actualidad, contamos con varias herramientas digitales que nos permiten aumentar nuestra capacidad de trabajo medida en hectáreas, o el número de variables que un mismo profesional puede manejar sobre cada hectárea, lo cual nos ayuda a tener predicciones cada vez más exactas sobre el comportamiento de los cultivos y actuar de manera preventiva.
Diferentes aplicaciones digitales para relevar presencia de malezas, enfermedades e insectos, y su reconocimiento por inteligencia artificial; combinados con información sobre suelo, clima y comportamiento de híbridos y variedades nos permiten hoy ganar escala y/ o detalle en los monitoreos de lotes, dando un soporte muy importante para la toma de decisiones respecto de un mejor manejo del cultivo que nos permita maximizar la productividad.
Teniendo en cuenta que el agro es el responsable por el 70% del ingreso de divisas por exportaciones es clara la importancia de la actividad para la sustentabilidad económica del país. Nuevamente será clave el papel de todos los actores de la cadena agroindustrial para alcanzar máximos rendimientos y eficiencias en los procesos productivos. Mediante el uso de todas las tecnologías disponibles, nos acercaremos aún más al máximo potencial productivo del sector.
El autor es gerente de Investigación y Desarrollo de BASF