Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción 2023/2024 se ubicará en 137 millones de toneladas en medio de la recuperación climática; en valor habrá exportaciones agrícolas por US$35.800 millones
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Los mapas que reflejan la disponibilidad de agua en el suelo muestran notables mejoras en los últimos meses, más allá de algunos excesos hídricos, lo que se traducirá en una buena cosecha según lo indican distintas proyecciones. En esa línea, de acuerdo con la última estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la cosecha 2023/2024 alcanzará las 137 millones de toneladas, una suba del 65,2% versus el ciclo agrícola pasado donde el volumen se derrumbó por la sequía. Será la segunda producción en importancia de la historia luego que la campaña 2018/2019 aportara 140,8 millones de toneladas, el mayor registro conocido.
Además, las exportaciones agrícolas saltarán en valor de 25.300 millones de dólares a US$35.800 millones, una recuperación de US$10.500 millones. En este caso será el tercer registro de la historia luego de los US$41.500 millones de 2021/2022 y los 39.500 millones de dólares de 2020/2021, ciclos de altos precios, aspecto que influye en las divisas. El proyectado nivel de ventas al exterior en dólares significa un espaldarazo de la producción al gobierno de Javier Milei que, al margen de las críticas por la suba de las retenciones, celebra en general la desregulación económica y el fin de las trabas para exportar. En volumen, el crecimiento exportador de cereales y oleaginosos pasará de los 60,4 millones de toneladas del último ciclo golpeado por la sequía a los 99,7 millones de toneladas.
Los cultivos de invierno, como trigo y cebada, este año enfrentaron dificultades desde el inicio de su ciclo debido a la falta de humedad durante la siembra. Esto resultó en áreas sembradas por debajo de la campaña anterior, con caídas del 14% y 12% para trigo y cebada, respectivamente. A pesar de esto, la producción de trigo creció casi un 25% con respecto al año anterior, a 14,5 millones de toneladas, mientras que se espera que la producción de cebada trepe en más del 35%, a 4,9 millones de toneladas.
Las proyecciones para los cultivos de verano, como soja, maíz, girasol y sorgo son optimistas. La entidad destacó que, aunque las lluvias se demoraron, finalmente llegaron reponiendo el agua en los perfiles y permitiendo estimaciones positivas para la producción. En este contexto, la BCR proyectó la producción de soja en 50 millones de toneladas (20 millones de toneladas se registraron con la sequía) y la de maíz en 56 millones de toneladas (36 millones se recolectaron la última campaña). Para el girasol se estima en 4,3 millones de toneladas y el sorgo en 2,4 millones de toneladas, mientras que otros cultivos aportarían 4,9 millones de toneladas.
Con la recuperación de la producción, la entidad rosarina destacó que “el agro vuelve a ser un generador clave de divisas genuinas”. Las estimaciones indican que las exportaciones del sector alcanzarán las casi 100 millones de toneladas en la campaña 2023/24, un 65% más que el ciclo anterior.
“Para el ciclo comercial 2023/24 se proyectan envíos al exterior de granos cereales y oleaginosos por un total de 63 millones de toneladas, con el maíz posicionándose como el principal grano de exportación (40 millones de toneladas). No obstante, cabe mencionar que también se vislumbra una fuerte recuperación en la exportación de los demás granos, con el trigo posicionándose a la cabeza con 9,5 millones de toneladas, el triple de lo alcanzado en la 2022/23″, indicó la BCR.
“En cuanto al envío al exterior de subproductos y aceites, para la 2023/24 se espera también un aumento en los despachos en términos de toneladas, con casi 30 millones de toneladas de exportaciones de subproductos y 6,7 millones de toneladas de aceites (un aumento del 45% en ambos casos)”, agregó.
En las exportaciones en valor, el complejo de la soja liderará con más de US$20.000 millones, superando los US$13.700 millones de 2023. Además, se dará una notable recuperación en el maíz con un aporte de US$8300 millones. En tanto, el complejo de trigo duplicará su desempeño anterior, generando envíos por US$2400 millones.
“De esta manera, la exportación de granos y subproductos del agro representaría cerca del 45% del total de los US$75.000 millones proyectados a exportar en total desde el país para el próximo año 2024″, subrayó la BCR.
El aporte del clima
La notable mejora en las proyecciones de la producción es consecuencia de la llegada de las lluvias a las principales regiones agrícolas. En diálogo con LA NACION, Natalia Gattinoni, investigadora del área de Agrometeorología del Instituto de Clima y Agua del INTA, comparó mapas que ilustran la disponibilidad de agua en el suelo en las zonas agrícolas con el año pasado.
“El año pasado, gran parte de la región pampeana, en esta misma época, presentaba niveles por debajo del 40% e incluso 20%. Esto fue especialmente crítico para los trigos en la etapa final de su desarrollo y para la siembra de cultivos de verano, la cual tuvo importantes retrasos porque cuando el porcentaje de agua disponible en el suelo desciende por debajo del 40% se generan condiciones limitantes para el desarrollo de los cultivos”, sostuvo.
Sin embargo, la situación actual presenta un cambio alentador, ya que la región pampeana exhibe porcentajes de humedad por encima del 50% llegando incluso al 70% con respecto al máximo disponible.
“Principalmente el evento de lluvias que se dio el anterior fin de semana dejó acumulados muy importantes que superaron en la región pampeana los 60, 80 e incluso 100 milímetros en el norte de Buenos Aires. Esto es un aporte fundamental para mejorar la humedad del suelo y continuar la siembra de cultivos de temporada, así como el crecimiento de los cultivos ya implantados”, destacó.
Estas lluvias, resaltó, no solo benefician los cultivos, sino que también contribuyen a la recuperación de las napas, que hasta hace poco continuaban muy por debajo de los niveles adecuados en la región pampeana.
Respecto a los pronósticos, estos son alentadores. “El verano lo vamos a transitar con un fenómeno El Niño que se espera vaya debilitando su intensidad para el otoño, es decir marzo y abril. Se prevé que tengamos chances de precipitaciones entre normales y superiores a las normales en región pampeana”, dijo.
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