Antisistema, antipartido, antiglobalización, antimedios, antiestablishment, políticamente incorrecto, repudiado por sus dichos y actitudes.
Electo presidente del país más poderoso del mundo. Votado por una mayoría que se hartó de la clase política y de una desigualdad obscena que se acentuó desde la crisis de 2008. Una desigualdad que atenta contra el crecimiento de la economía.
Vox populi, vox Dei. Los votantes dieron un giro hacia lo desconocido para recuperar el sueño americano. El pueblo habló a través de las urnas, ¿y ahora qué? Es la pregunta que todos nos hacemos. Como afectará está elección a nuestro país.
Aumenta la incertidumbre por lo que las decisiones se ralentizan y la cautela impera. Solo pensar en la amenaza de una economía global más cerrada, de una guerra de monedas, de un aumento del costo del dinero y de cambios en la política americana, tanto interna como externa, transforma el vaso medio lleno en medio vacío.
Sin subestimar los vientos de cambio, no hay que asustarse ni alarmarse. Frente a este contexto, hay que seguir potenciando las fortalezas del país. El ecosistema agroindustrial argentino está retomando su senda de crecimiento cuyo techo está lejos de ser alcanzado.
Frente a un contexto adverso, el agro revalida y fortalece su rol dinamizador de la economía. No dependemos de terceros. Dependemos de nosotros mismos para seguir generando valor agregado, divisas, mayor producción y más puestos de trabajo. La respuesta al cambio y a la incertidumbre está en nosotros.
El autor es CEO de Los Grobo