La campaña de siembra de maíz y soja de EE.UU. viene mostrando atrasos considerables por excesos de lluvias y llega ya a límites donde se espera que una importante área de estos cultivos dejará de ser sembrada y participará del programa de seguros agrícolas vigentes, en este caso Prevent Planting, o se sembrará en forma muy tardía comprometiendo los rendimientos.
Independientemente de la reducción de área sembrada que pueda finalmente registrarse, el tema central es cuál será el rendimiento promedio de maíz y soja en 2019 partiendo de la estimación oficial del USDA de casi 11 t/ha para maíz y 3,3 t/ha para soja en un año donde según datos oficiales nunca se habían registrado atrasos tan considerables en las fechas de siembra.
Un trabajo realizado por Farm Bureau en 2017 se preguntaba cuántos años más podía continuar la bonanza climática para el maíz y la soja en EE.UU. que produjeron rendimientos por arriba de las tendencias esperadas por el USDA durante seis años consecutivos (incluido 2018). La campaña 2019 parece definitivamente cortar esta bonanza.
Faltando mucho todavía aún por definirse en el ciclo de los cultivos (julio-agosto son meses claves) queda claro que seguramente no se podrá cumplir con la meta de 365 millones de toneladas de producción de maíz y los casi 118 millones de soja planteados por el USDA en su Outlook de febrero de 2019.
Tomando como hipótesis benigna una reducción de la producción de maíz y soja del 10/12% en EE.UU. como resultado de la menor área sembrada en ambos cultivos y menores rendimientos por el atraso en las siembras y un menor logro en la calidad de los cultivos, esto implica que ese país reducirá casi el 90% de su saldo exportable de maíz estimado en 48 millones de toneladas para poder mantener sus consumos internos.
La reducción en la producción es casi toda la producción de maíz de la Argentina en 2019. Esto debería generar sin dudas mucho ruido en el mercado. El mercado de maíz en Chicago subió un 18% en las últimas dos semanas y esto recién empieza.
El precio de soja aún no ha reaccionado en Chicago a las contingencias climáticas, quizá limitada por la guerra comercial con China que la condiciona directamente. Septiembre y octubre serán seguramente meses claves para el mercado granario.
Sin duda una suba fuerte del precio del maíz 2019 en EE.UU. promoverá la suba también por ¨arrastre¨ de la soja y el trigo (los trigos de primavera sufren también los excesos de agua en los estados del norte del cinturón maicero) y esto conforma a futuro un nuevo escenario.
Si esta hipótesis se cumpliera, estaríamos frente a un cambio de tendencia en el precio de las commodities agrícolas para los próximos años, que estaban presionados a la baja por cosechas récord fundamentalmente en Brasil y EE.UU. en los últimos 5-6 años. La magnitud del cambio no lo sabremos hasta el final de la campaña, en noviembre de 2019.
Sin desear el mal a nadie, si esto ocurre estamos frente a una nueva oportunidad de mejorar nuestros ingresos de divisas por exportaciones en las próximas campañas y en parte de la actual.
Gustavo Oliverio es coordinador de la Fundación Producir Conservando. Joaquín Oliverio es ingeniero agronómo y vive en Arkansas (EE.UU.)
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Gustavo Oliverio y Joaquín Oliverio