El Congreso Mundial de la especie, realizado la semana pasada en el país, amplió el conocimiento sobre estos rodeos de carne y leche que resisten las condiciones más adversas
Allá, en los lugares más inhóspitos y marginales del nordeste argentino, en las condiciones más adversas, con pastizales impenetrables, terrenos anegadizos e inundables, donde nada parece prosperar en agricultura y ganadería hay algo que le da vida a la región y propone una alternativa productiva. Es el búfalo, ese animal robusto que al que no le hacen mella el calor, el agua, insectos o alimañas. Se trata de una especie productora de carne comparable en calidad con la bovina, con cualidades como la de tener 30% menos colesterol, 55% menos calorías y 11% más de proteína, y de leche, óptima para la elaboración de quesos especiales y mozzarella. Su carne, en pequeños volúmenes, se comercializa en el mercado interno en restaurantes y en nichos del exterior, entre ellos la cuota Hilton, de la que recibió una adjudicación de 200 toneladas (ver aparte). Su potencial de crecimiento en sus rodeos es alentador y permite pensar que su hábitat no se limita sólo a las zonas marginales, sino que puede desplazarse hacia áreas más aptas para la ganadería.
Actualmente, el país tiene 100.000 cabezas, principalmente en Formosa, Corrientes y Chaco. "Pero hay muchas zonas sin explotar en esas provincias y en el sur de Entre Ríos y en el delta del Paraná. Son entre 8 y 10 millones de hectáreas en las que podríamos dar cabida a tres millones y medio de búfalos sin ningún inconveniente", dijo Federico Romero, presidente de la Federación Internacional de Búfalos (IBF, por sus siglas en inglés) y del IX Congreso Mundial de Búfalos que se realizó esta semana en el hotel Panamericano, en esta capital.
Así, se podría igualar el rodeo que tiene Brasil, hasta ahora con el mayor stock en América del Sur, seguido por Venezuela con 350.000 cabezas, y Colombia, con 130.000.
Del cónclave, organizado por la IBF y por la Asociación Argentina Criadores de Búfalos, participaron más de 500 personas de 35 países, entre ellos de la India, que tiene el rodeo más numeroso, con cien millones de cabezas, la mitad de las existencias mundiales, informó Marco Zava, presidente del Comité Organizador.
Uno de los conceptos salientes es que el búfalo se complementa con el vacuno. Según Romero, el ganadero bovino tiene búfalos y más del 90 por ciento de los productores bubalinos tiene vacunos. "Ocurre que el búfalo va al campo inferior, al terreno anegado, al estero o a la isla. En su medio, el búfalo no tiene competencia de nadie", dijo Romero.
Javier González Fraga, propietario del tambo La Salamandra, a 14 kilómetros de Luján, en la provincia de Buenos Aires ofreció otro punto de vista. "Hay que superar esa idea de que el búfalo sólo es para campos marginales. También compite con beneficio en las zonas buenas con el ganado vacuno. No hay que creer que cuando la tierra es buena es para el ganado vacuno y cuando el campo es malo es para el búfalo. Esa es una de las ideas que vamos a superar", dijo a LA NACION.
Puso como ejemplo los buenos rendimientos en su tambo. "Produzco cerca de 900 litros de leche por día; depende, obviamente, de la estación. Son 340 búfalas, 130 adultas, la mayoría en ordeño en este momento del año", señaló.
Además, en sociedad con otros productores, engorda búfalos en el sur de Entre Ríos, en el delta del Paraná. "Los pastos son naturales, pero copiosos, y tenemos animales terminados a los 20 o 22 meses, cosa que no se logra cuando uno les dedica campos marginales", apuntó.
En tanto, para el productor Armando Cadoppi, la producción de búfalos ya no es una oportunidad, sino que es una alternativa real.
Cuenta que en 2000 se formó el grupo de trabajo de productores de búfalos del delta del Paraná, en las islas del Ibicuy. "En 2003, logramos que el Senasa reconociera la carne de la especie bubalina apta para el consumo humano y la diferenciara del vacuno. Comenzamos la comercialización de carne en el país en 2003 (se destina a restaurantes en pequeñas cantidades) y en 2007 hicimos la primera exportación de carne de búfalo de América del Sur a Alemania.
En cuanto al precio, recordó que la última vez que exportó fue a 12.500 dólares la tonelada (un valor intermedio entre los valores que se pagan por cuota Hilton y no Hilton).
"En el sistema que implementamos en nuestro establecimiento La Filiberta obtuvimos una ganancia de más de 500 gramos por día y logramos, saliendo de terneros de 180 kilos, hacer ciclos de 15/17 meses con una ganancia de 250 a 300 kilos y llegar a uno novillo de 450 kilos listos para faena, con lo cual cortamos a la mitad los ciclos que en la zona se tiene con vacunos, y también acortamos el ciclo que se establece en otras regiones", explicó.
Pero Cadoppi tiene una preocupación. "Hay un punto que no nos tenemos que olvidar de reclamar: para exportar, pagamos el 15 por ciento de retención, cuando el búfalo es declarado una especie distinta de la vacuna y tendría que tributar el 5 por ciento", señaló.
Tiene su lugar
Es indiscutible que el Nordeste es un lugar ganado por la especie bubalina. "En las provincias de Corrientes y Formosa, cada especie fue ganando su territorio. Por supuesto, el más renegado fue el búfalo, pero hoy tiene un potencial de crecimiento", dijo Cecilio Alejandro Martínez, gerente de Agronor, Cabaña Alegría, del Grupo Relats con campos en ambas provincias.
La empresa comenzó su actividad en Corrientes en 2000, con 500 madres. "Hoy tenemos 3500 animales en producción en una zona que es básicamente bañada por los riachos Pilagá y Brach, en Formosa. Son campos duros, pajonales y bastante bajos. No obstante, si le pudiéramos dar un lugar mejor al búfalo, también va a producir mejor", acotó el productor.
Aunque las comparaciones son odiosas, aquí son inevitables para explicar las ventajas de la especie. "Un ternero de destete vacuno pesa 170 kilos en promedio, contra un búfalo que está pesando entre 250 y 260 kilos. Es decir que la conversión de pasto a carne en el bubalino es excelente en comparación con el vacuno. Son animales prácticamente de la misma edad", ejemplificó Martínez.
Para José Eloy Agosti, criador de Mercedes, Corrientes, con un rodeo de 500 cabezas sostiene que el búfalo, al aprovechar pastos mucho más difíciles, le saca una ventaja enorme al vacuno, porque con tres años o tres años y medio se logra un animal que se puede vender como pesado de entre 480 y 520 kilos, cosa que en esa zona, sobre campos naturales, con un vacuno no se logra ese peso en ese tiempo.
No obstante, Agosti dice: "El terreno del búfalo empieza donde termina el de la vaca; esto resume que el búfalo no es competitivo con la vaca; hay que explotar otros campos que con las vacas no teníamos bien explotados". Pero también reconoció la adaptabilidad del bubalino a campos de mejores aptitudes.
Bernardo Maglietti, del establecimiento Santa Ursula, de Raúl Maglietti e Hijos SRL, en Tatané, a 30 kilómetros de Formosa. Se trata de un tambo extensivo a campo natural, con algo de pastura implantada para la recría de los terneros. El rodeo es de 800 cabezas Se hace un solo ordeño por día, de 5.30 a 8.30. Después, la cría sale con su madre al campo. Al mediodía se aparta la madre del ternero para que junte leche para el próximo día.
"La leche la enfriamos y cada dos o tres días se la lleva a las plantas procesadoras. Se elabora queso de pasta semidura, natural y saborizados, y una mozzarella artesanal", agregó.
Cuenta Maglietti que comenzó con su padre y hermanos la cría de búfalos hace ocho años. "La idea fue utilizar e ir poblando las zonas marginales del campo e incrementar su productividad", señaló.
Y agregó: "[Hoy] no sólo cubrieron las zonas marginales, sino que también están en las zonas de altura con estos rodeos y de a poco van ganando terreno, como una manera de revalorizar la tierra".
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