En plena campaña 2021/2022 se advierte un fuerte incremento de precios de fitosanitarios y fertilizantes, y una ajustada disponibilidad en el comercio; mejora el panorama para los cultivos que pueden producir biocombustibles
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Pareciera que la pandemia de Covid 19 va quedando atrás en algunos países y entonces, igual que cuando se retira una inundación, comienzan a verse las diversas secuelas que provoca el fenómeno. Muchas de éstas tienen su origen en China, pero afectan al mundo en diversas ramas de la economía.
Entre los fenómenos que sufre el gigante asiático figuran los problemas energéticos, ambientales y logísticos, fenómenos que tienen impacto directo en la producción agropecuaria.
Respecto de las cuestiones energéticas, Sebastián Calvo, CEO de Surcos, dice que “China tiene problemas graves”. Recuerda que su sistema energético depende en gran medida del carbón, un producto que importaba de Australia. Por un problema diplomático durante la pandemia aún no resuelto, dejó de abastecerse de ese proveedor y debió recurrir a otras fuentes, lo que encareció el precio del producto, un comportamiento que se observa también a otros combustibles.
“La escasez de carbón en China genera un problema muy serio la industria química productora de fertilizantes y fitosanitarios, ya que el 70% de las materias primas para la formulación de estos últimos venían de ese país”, resalta Calvo.
“Todas las terminales multinacionales se abastecían de las fábricas chinas y que flaquee la producción genera un inconveniente global para la producción y comercialización de fitosanitarios y fertilizantes”, añade.
Además, hay un problema particular con la materia prima necesaria para la producción de glifosato: el fósforo amarillo, un mineral que se extrae de las minas de China. “La única forma de extraerlo es con un alto requerimiento de calor. Y en el invierno chino, el gobierno restringe el acceso a la electricidad a estas actividades y privilegia el abastecimiento de los hogares, lo que impacta en toda la cadena de fabricación de glifosato”, señala el directivo. Por esa razón, cuesta conseguir la materia prima para la formulación del herbicida.
El segundo problema que enfrenta China es el ambiental: la contaminación con emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero que producen las innumerables fábricas en el territorio es motivo de preocupación por parte del gobierno, que desarrolla severas acciones para reducirla, lo que deja fuera de combate a algunas industrias. “Hace poco hubo una violenta explosión con incendio en una fábrica que obligó acentuar los controles en las industrias”, complementa Calvo.
Para empeorar la situación, está prevista una serie de eventos sociales sucesivos hasta abril de 2022 que ponen el foco en el tema ambiental y aumentan la presión sobre la necesidad de reducir la contaminación en el territorio chino.
El tercer problema es probablemente el más conocido: el logístico. “Conseguir buques para transporte de agroquímicos hacia la Argentina es cada vez más difícil; las navieras no pueden dar un plan de viajes porque cambia cada dos o tres días por las demoras para descargar contenedores en los puertos, paradas inesperadas, escasa disponibilidad de barcos, etc. Un buque tardaba 35-40 días desde China hasta la Argentina en épocas normales; el viaje ahora se alarga a 40-45″ diferencia Calvo.
El resultado práctico de estos fenómenos, más otros que afectan a otros países como la escasez de gas, es que el precio de la urea, por ejemplo, se catapultó a US$/t 1000 en la Argentina. “Todos los fitosanitarios están subiendo de precio”, observa Calvo, quien dice que “las materias primas para fabricarlos aumentaron de 40 a 70%, de acuerdo al producto”.
“Hay embarques que se suspenden o se renegocian los valores. Es una cuestión que genera muchos problemas porque esa mercadería ya estaba comprometida”, lamenta el CEO.
Aumentos
Como resultado de estos fenómenos, los agroquímicos han aumentado de precio en el mercado doméstico y muestran tendencia a que ese proceso continúe. Enrique Bayá Casal, titular de la agronomía homónima, informa que el Metolaclor pasó a mediados de este mes de 7,80US$/l a 10, con expectativa de seguir subiendo; el Paraquat subió de 3,30US$/l a 4,20; el Cletodim estaba a 7,40US$/l y se fue a 9,20. “El glifosato de 540 gramos de principio activo subió de 4 a 9,5US$/l al público y su precio está para seguir subiendo porque siguen los problemas de producción en China”, proyecta el empresario.
Respecto de la probable duración de esta situación, Calvo dijo que “hay quienes estiman que por lo menos durará hasta abril de 2022, cuando finalice el invierno en el hemisferio norte”. Para esa fecha podría pensarse en una gradual recuperación de la provisión, no así en una reducción del precio de los agroquímicos.
Aceites
La contracara de esta situación negativa para la producción se da con los precios en suba de las oleaginosas que tienen capacidad de producir biocombustibles.
“El encarecimiento mundial de la energía, por una alta demanda generada por la reactivación económica pospandemia, se enfrenta con una oferta insuficiente, ya que los países de la OPEP no acordaron aumentar la producción de petróleo. Por esa causa, los precios de este producto y del gas han estado subiendo ininterrumpidamente”, observa Carlos Pouiller, analista de granos de AZ-Group. “Cuando pasa esto, tienden a subir los commodities agrícolas que tienen relación con los biocombustibles, concretamente algunas oleaginosas”, agrega.
Por esa causa, hubo una suba generalizada del precio de los aceites, que se reflejó en el girasol, por ejemplo, que aumentó 200US$/t los últimos 45 días en Rotterdam, para llegar a 1450U$S/t CIF en ese puerto a mediados de este mes. El FOB puertos argentinos del aceite siguió esa tendencia, lo que se trasladó a la capacidad de pago de la industria.
Hay que aclarar, sin embargo, que en el repunte del precio de los aceites también influye una caída muy fuerte de la cosecha mundial de colza, por la sequía que sufrió Canadá, el principal actor del mercado. “En la campaña que se acaba de cosechar alcanzó una producción de 13,4mill./t vs 19,5 del año pasado; las exportaciones de colza canadiense se estiman el 5,8Mill./t vs 10,5 del ciclo previo. Este fenómeno provocó una suba muy fuerte del aceite de colza hasta 1800US$/t, con un aumento de 400US$/t en los últimos tres meses”, y eso contagia al resto de los aceites, destaca el técnico.
Pero no son todas rosas en el horizonte de los aceites. La producción mundial 2021/22 de girasol, por ejemplo, se recuperará hasta 56Mill./t -un posible récord- vs 49 Mill./t del año pasado. Además, en la Argentina se espera una cosecha levemente superior a la del ciclo previo, del orden de 3,5/3,7 Mill./t. La oferta exportable de aceite repetiría las 750.000 toneladas de 2020.
Mientras tanto, por la escasez mundial, la industria ofrece forwards para marzo de 2022 en torno de los 500US$/t, “un valor para aprovechar porque si se recupera la oferta mundial de aceites, los precios bajarán en la Argentina”, proyecta Pouiller.
Dilema por las dosis
La disponibilidad de insumos en el norte de Buenos Aires es normal; las novedades se dan con los precios, que subieron significativamente” afirma el consultor Gerardo Chiara. El asesor Julio Lieutier coincide: todos los costos de producción han aumentado: “además de la urea a 1000U$S/t, los fertilizantes fosforados cotizan a 900U$S/t y el producto con nitrógeno líquido, a 655; lo mismo pasó con los fitosanitarios. Estos inconvenientes se suman a los provenientes de otras industrias, que se traducen en falta de repuestos, cubiertas y vehículos”.
Frente al encarecimiento de los insumos, uno de los interrogantes por resolver en esta campaña es de la dosis de fertilizante nitrogenado por aplicar. La duplicación del precio, más la suba de otros costos, deteriora el margen bruto del maíz, por ejemplo. Entonces, con un diagnóstico de necesidad de fertilización en la mano y los nuevos precios, ¿se mantendrá la dosis de, por ejemplo, 160kg/ha de nitrógeno empleada el año pasado o se reducirá?
Chiara contesta que entre los productores va a haber bastante cautela en la oferta de nitrógeno que ofrecerán al cereal y probablemente algunos bajen unos 20kg/ha sobre lo que estaba presupuestado al principio de la campaña”.
Claves
- Existencias ajustadas de insumos. Las restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno determinan que se trabaje sin stocks. “En campañas anteriores había existencias para abastecer una campaña completa en los depósitos del comercio, pero este año no están y la suba de precios en China impacta de lleno en la Argentina, donde lo que se importa se vende de inmediato”, explica Enrique Bayá Casal, titular de un comercio del ramo
- Sin vuelta atrás. Se estima que todas las compras de fertilizantes y fitosanitarios que se realicen en 2021 serán con precios altos, porque los problemas de producción de materias primas no se resolverán en pocos días
- Sin vuelta atrás II. En China, el gobierno impuso normativas muy severas para limitar la contaminación que generan las industrias. Fábrica que no se subordina a las nuevas reglas, es cerrada de inmediato por las autoridades, lo que está restando oferta de productos manufacturados
- La financiación se complica. disponibilidad justa de fitosanitarios en nuestro país determina que también se hayan ajustado los plazos de financiación, que se han acortado en muchos comercios, sobre todo para los insumos con stock más escaso
- Compras preventivas. En un contexto enrarecido, con precios en franco ascenso, no habría que descartar la compra de algunas partidas de los productos necesarios para aplicar en poscosecha y para la siembra de granos finos
- Compras preventivas II. En el comercio reciben consultas para algunos insumos de la campaña 2022/23 por parte de quienes, sobre todo, quieren asegurarse el producto frente a un contexto interno que se prevé cada vez más complicado
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