Era un adolescente cuando su padre, Edmundo Polo Zaldívar, concertista de guitarra y cantor muy conocido, que sabía de la amistad de Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones, lo mandó castigado a una estancia de la familia Viale de Argüello, en Río Tercero. Allí practicó los rudos trabajos del campo, se hizo en madrugadas y desmontes, alternando con paisanos y peones del centro cordobés. Ya era el muchacho un gran guitarrista: había debutado niño en Radio Cultura y actuado como cantor solista en el Teatro Pueyrredón de Flores (1925). Sus composiciones iniciales fueron la zamba "Nunca, nunca" y el gato "Tabaré". Vuelto a Buenos Aires, formó su primer conjunto: Los Cantores del Tiempo e Ñaupa. En 1940 ingresó a LR1 Radio El Mundo y tocó con el bandoneonista Ciriaco Ortiz. Siguieron su Conjunto Folklórico Indoamericano, con el maestro Carlos García al piano, y en 1950 su desempeño como profesor en la Escuela Nacional de Danzas.
Edmundo Zaldívar (h.), a quien rendimos homenaje en el centenario de su nacimiento, vio la luz en Palermo el 9 de octubre de 1917. Su célebre carnavalito "El humahuaqueño", llevado al disco por su autor en 1955, constituye una pieza destacadísima de la música argentina. Según Néstor Pinsón, la melodía fue inspirada en el traqueteo y freno del tranvía. La popular canción llevaba versos del poeta salteño Jaime Dávalos y se convirtió en favorita de innumerables intérpretes, desde el brasileño Roberto Carlos hasta la griega Naná Mouskouri: "Llegando está el carnaval / quebradeño, mi cholita. // Fiesta de la Quebrada / Humahuaqueña para cantar".
La trayectoria del maestro Zaldívar es verdaderamente extensa. En los años cincuenta viajó a Europa. En 1965, Sadaic lo premió por su mundial carnavalito. También actuó en radio y televisión junto a sus hijos en el conjunto Los Zaldívar. En 1969 integró el elenco de El Viejo Almacén y en 1973 ganó en el Festival de Cosquín. Fue un precursor de las peñas criollas, donde tuvo el agrado de presentar a dos extraordinarios músicos argentinos, luego famosísimos: Ariel Ramírez y Eduardo Falú.
De su unión artística con Aníbal Troilo (Pichuco) quedaron las grabaciones que, entre 1953 y 1955, realizó el Cuarteto Troilo-Grela con Kicho Díaz en contrabajo y Zaldívar en guitarrón, instrumento que dominaba, al igual que el charango, el arpa, la quena y el sikus. En una escena de la película Vida nocturna (1955), protagonizada por José Marrone, Zaldívar y Troilo realizaron una magnífica creación del vals criollo "Palomita blanca".
Este genial ejecutante y compositor, estudioso y difusor de los cantares argentinos, murió el 7 de febrero de 1978 a consecuencia de complicaciones cardíacas. Al día siguiente escribió LA NACION: "Verdadero apasionado por la expresión nativa, solía afirmar que «folklore hay uno solo y es el que representa nuestra tradición y nuestra cultura popular nacional»". Dentro de su extensa producción, que incluye algunos tangos, pueden citarse las canciones "Alto Paraná" y "La carreta tucumana", la milonga "La tapera" y el vals "Me acuerdo del pago".
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