Hace mucho que no escribo un artículo comentando medidas del Gobierno para el agro, porque estoy cansado de repetir siempre lo mismo y seguramente al lector le pase lo mismo. El Gobierno otrora de científicos, luego autocalificados como iluminados, pero marcados por la realidad como “ineptos”, incorpora a partir de hoy un nuevo tipo de cambio a los ya existentes: oficial, linked, MEP, CCL, blue, solidario, cripto y ahora, el “agosto”.
Y lo hace con la misma soberbia, miopía y petulancia que antes hizo con los cupos de exportación, los bienes culturales, los fideicomisos, los volúmenes de equilibrio y la posible aplicación de un cargo tecnológico a las semillas de “uso propio”, al tiempo que azuza a los piqueteros contra los productores.
Hablamos de la Comunicación “A” 7556 del Banco Central de la República Argentina, del día de ayer (banco que debería ser independiente y no estar al servicio de los inventos del Ejecutivo). Pues bien, por esta comunicación, seguramente trabajada entre funcionarios del Gobierno y algunos lobistas del sector privado, se toma la resolución de aplicar durante el mes de agosto del año en curso, ciertos incentivos para que los productores de soja vendan su producto a los exportadores y/o industriales del complejo sojero y así se logre un mayor ingreso de divisas. Recordemos que quienes liquidan las divisas son los exportadores y no los productores, aunque en esto hay muchos funcionarios y periodistas que confunden por desconocimiento o adrede a la sociedad.
¿En qué consiste este incentivo otorgado exclusivamente a la soja, discriminando así a los demás granos que están sin venderse? Pues en otorgarle a los productores que vendan únicamente a exportadores con antecedentes en el complejo sojero, la posibilidad de destinar el 30% de los pesos recibidos por la venta de su soja a la compra del llamado “dólar solidario” (oficial + impuesto país + anticipo de ganancias), que hoy está, aplicando esos impuestos, a $239, frente a un dólar MEP que hoy se puede vender a $322, o sea con un beneficio de aproximadamente $83, por dólar en ese 30% del valor.
Además, se le ofrece al productor la posibilidad de que el 70% restante de los pesos recibidos los pueda colocar en los bancos en una especie de “money market” ajustado por la evolución del dólar oficial, conocido en la jerga financiera como “dólar linked” y que, como está retrasado, siempre implica una pérdida contra la inflación.
Conclusión, la zanahoria del Gobierno para incentivar la venta de soja por parte de los productores es la de darle un plus al reducido precio en pesos que hoy reciben en forma efectiva una vez que se le descuenta el derecho de exportación del 33% y la brecha cambiaria del 150%.
Una mejora que muchos calculan en un 10% del precio de la soja. Eso sí, el productor que acceda al beneficio de comprar el “dólar agosto” no podrá en los siguientes 90 días de realizada dicha operación comprar dólar MEP, ni CCL o los títulos que facilitan la instrumentación de los mismos.
Si nos remontamos al origen de la famosa frase “hacer el agosto”, vemos que está ligada desde siempre al hacer un buen negocio vinculado al agro. Lo digo, porque habrá que ver quién hace su “agosto” con este nuevo dólar: si el Gobierno, que ha perdido millones de dólares con el manejo de los cupos y volúmenes de equilibrio para el trigo y el maíz, sin que nadie les haga un reclamo judicial, pese a no haber conseguido detener la inflación; o los productores que viven siendo denostados por el Gobierno que ahora trata de seducirlos con una limosna sin despejar la incertidumbre y confusión reinante en el país por la falta de un plan económico serio y el sainete criollo de la pareja gobernante. Mi humilde opinión: “este un parche nuevo en un odre viejo”.
El autor fue Subsecretario de Mercados Agropecuarios
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