Mientras entidades ruralistas expresaron sus reparos a la medida del tipo de cambio a $230, los exportadores avalaron la medida
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Luego de que el ministro de Economía, Sergio Massa, presentara ante referentes de la cadena agroindustrial el nuevo dólar soja, que tendrá un tipo de cambio de $230 para intentar fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA), se conocieron reacciones dispares en el sector. Mientras algunos actores avalaron la medida, que comenzará el próximo lunes y regirá hasta el 31 de diciembre próximo, otros la criticaron. Las entidades gremiales del campo no estuvieron en la presentación de la medida.
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales (Ciara-Cec), Gustavo Idígoras, consideró: “Vemos a esta nueva condición como una mejora que, aunque sea temporal, tendrá un impacto directo en el precio de la soja en el mercado interno”. Además, resaltó “que la decisión de venta de soja está siempre en manos del productor, y será él quien decida cuándo vender, entendiendo que en esta oportunidad el tipo de cambio va a durar únicamente hasta finales de diciembre”.
Sobre el posible impacto, agregó que “el flujo estimado de ingreso de divisas para todo el complejo cerealero-oleaginoso durante el mes de diciembre estaría en 3000 millones de dólares”.
Explicó también que hasta tanto no se eliminen los derechos de exportación, las alícuotas deben lograr la igualdad tributaria, es decir, un exportador de soja y un exportador de productos industriales de la soja deben pagar los mismos impuestos por la tonelada de soja comprada.
“Esta medida temporal ilustra que el Gobierno tiene que trabajar una política pública que reduzca de forma permanente la alta carga tributaria de la cadena de soja, dado que cambios circunstanciales en el tipo de cambio no modifican la capacidad de crecimiento y desarrollo. Por eso propiciamos un único tipo de cambio como política permanente”, resumió Idígoras.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), se mostró escéptico por la medida. “La nueva edición del dólar soja la toma el Gobierno para beneficio propio y no va en línea con lo queremos los productores, que es un tipo de cambio único y recibir el precio internacional del producto. En nuestra economía generan distorsiones que perjudican a los productores ¿por qué la soja sí y las producciones regionales o la carne no?”, reflexionó.
“No sabemos cómo va a funcionar este nuevo esquema cambiario, pero a juzgar con lo que pasó en septiembre con las operaciones en la cadena comercial entre canjes de insumos, alquileres de campos y precios en los mercados, nos preocupa porque siempre aparecen los vivos que se aprovechan de las oportunidades en nuestro perjuicio. Siempre decimos lo mismo, la instrumentación es la parte más importante de la política pública. Habrá que analizar la letra chica de los anuncios para saber si realmente le van a llegar a los productores”, agregó.
En un comunicado, Federación Agraria Argentina, que preside Carlos Achetoni, indicó: “Desde Federación Agraria Argentina reiteramos que este no es el camino a seguir y que continuar multiplicando los tipos de cambio atenta contra el sector y la economía en general. Que las políticas de parches son eso: parches que implican algún beneficio a unos pocos y complican a la mayoría. De acuerdo a la experiencia que advertimos en el anuncio de la primera edición de este programa, que luego lamentablemente se constató en la realidad, vemos que sólo sirvió para seguir concentrando, beneficiando a actores que no somos los productores, menos aún a los pequeños y medianos que directamente ya no tenemos soja para vender”.
En este contexto, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), con base en Córdoba, Javier Rotondo, expresó: “Jamás avalaremos este tipo de manotazos que tienen fines recaudatorios y que lo único que buscan es oxígeno a una economía devastada por la propia impericia del Estado de atacar la inflación y por los vencimientos que tiene con los organismos internacionales de crédito”.
Posturas
El dirigente también agregó: “Esto desnuda, como lo dijimos en la primera versión del dólar soja, que atacando la cuestión de fondo, esto es el desdoblamiento del tipo de cambio y disminuyendo la presión fiscal vía la disminución de los derechos de exportación, eso sería un círculo virtuoso sustentable en el tiempo”. Para Rotondo, la medida es “un negocio para que pocos actores dentro de la cadena se vean beneficiados” y la calificó de “pan para hoy, hambre para mañana”.
En tanto, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Horacio Salaverri, también fustigó la medida. “La medida del dólar es un parche, no está tomada viendo al sector agropecuario, tiene que ver solo como una medida macroeconómica para recuperar divisas. Indudablemente, no resuelve, para nada, el problema de fondo que es la brecha cambiaria, que se está haciendo en términos económicos totalmente insoportable”, dijo.
“En la anterior versión con el dólar soja se engañó a los productores porque muchos que vendieron con el dólar soja, que no hicieron absolutamente nada ilegal, se vieron perjudicados después porque se los castigó con distintos beneficios de los cuales no pudieron tomar parte [como el encarecimiento de créditos para quienes tuvieran más de 5% de stock], por haber vendido con el dólar soja. Ha sido un engaño”, añadió Salaverri.