Además de un mayor uso del canje contra entrega de granos para la compra de insumos, en los distribuidores que venden estos productos se están haciendo más operaciones sin cerrar el tipo de cambio
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La expectativa sobre una fuerte devaluación después el 10 de diciembre próximo profundizó una usual modalidad en el sector agropecuario. Históricamente, los productores y sus proveedores de fitosanitarios y fertilizantes, por ejemplo, apelan al canje de granos por estos insumos por la relación que lograron forjar durante años. Sin embargo, la crisis actual y la necesidad de establecer un precio de referencia para estos productos ha llevado a repensar las formas de hacerse de la mercadería para la campaña 2023/24 sin que ninguna de las partes se vea afectada. Entre otras cosas, no solo se está generalizando el canje, sino haciendo operaciones sin cerrar el tipo de cambio. “Dólar abierto”, la llaman.
Como se mencionó, se está generalizando el canje de granos para los que tienen mercadería disponible o por cosechar. De esta forma, los diferentes distribuidores han apelado al “remito”, sin precio, y con un acuerdo comercial entre el proveedor y el agricultor. “Nadie quiere pesos, los distribuidores buscan cobrar con dólar remixado, algunos piden pagos a enero, pagos contra cosecha, con la idea de resguardar el capital”, explicaron en la industria.
Se acepta entregar granos disponibles, hacer el canje de las toneladas de fertilizantes por otras tantas de granos, porque “es la única forma de que se fije” un precio de manera tácita con un resguardo. De esta forma se define el precio de los granos dolarizados contra el precio de los insumos que también están en esa moneda. “Es la única manera de que el productor se asegure un precio. Otra manera de asegurarse un precio es contra soja a futuro, por caso, soja a mayo de 2024, de esa manera evita el pago en pesos que es lo que no quiere el vendedor [del insumo]”, ejemplificaron.
Para Diego Napolitano, prosecretario de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba), lo primero que se quiere asegurar el productor es el precio, debido a que estos productos son muy volátiles con respecto de la cotización del tipo de cambio. “Se están haciendo operaciones sin cerrar el tipo de cambio. Se envía la mercadería, sin precio, no se envía la factura. Nosotros nos manejamos con el dólar divisa que está en $359,50. En la normalidad te vendo un producto a un dólar, y en la factura abajo dice para cancelar la factura se tomará el tipo de cambio de dólar divisa a la fecha. Hoy se está vendiendo a largo plazo, dólar abierto, que será la cotización del momento de pago, que es a largo plazo, para evitar que me pagues antes con un dólar atrasado”, explicó.
Con el canje, explicaron en el sector, el vendedor queda dolarizado, no cobra en pesos y tiene granos disponibles que siguen la cotización internacional. “Si se produce la devaluación, también la aprovecha el vendedor: es una cobertura para no vender en pesos”, afirmaron en la industria insumera. El importe de la factura queda abierto, es decir, no se ejecuta la facturación hasta definir el tipo de cambio. En algunos casos se puede cobrar recién en enero 2024 o puede pasar que se ejecuten con la cosecha de granos gruesos [maíz y soja] de otoño 2024.
Una aclaración que hacen los privados es que, como la AFIP necesita una validación electrónica, no puede autorizar a emitir una factura sin precio. Entonces, algunas apelan a entregar la mercadería con remito.
La dinámica consiste en enviar la mercadería con un remito, un documento que funciona como comprobante de entrega y tiene vigencia hasta que se factura la mercadería y se ejecuta el pago. “Te entregan mercadería sin precio, con un remito. Te dan un valor de referencia y después te dicen que no tienen precio de los proveedores y hasta que no les pasen ellos no facturan”, explicó Diego Rodríguez, un asesor agrónomo y productor agropecuario.
“Si te hacen factura estás obligado a pagar lo que dice la factura. La mayoría de las facturas están en pesos, atadas al valor del dólar oficial. Si mañana la quiero cancelar la cancelo al dólar oficial”, añadió el agrónomo. Lo que está pasando en este momento, dijo, es que el dólar blue está bajando y nadie quiere vender. “Mientras el blue estaba subiendo no pasaba nada, pero ahora el blue que está en $895 para la venta, los que compraron dólares hace un mes están con los dólares en la mano y el dólar sigue bajando. No hay nadie que quiera vender, como está movido el mercado, nadie quiere perder”, agregó.
Hay casos, explicaron en la industria que se acuerdan operaciones en dólares dentro del remito, pero el monto se factura en pesos se fija en función del tipo de cambio del día anterior del vencimiento de la factura.
Según explicaron, la operatoria de la emisión de la factura con precio a acordar en pesos “es legal” y se viene haciendo de esta forma desde hace muchos años. “Ese punto es la fortaleza del sector agropecuario, en financiamiento, sin eso no trabaja. Porque hay productores, por ejemplo, que perdieron todo con la seca, y hay empresas, distribuidores o tarjetas que financian los insumos a cosecha. Es decir, que los paga después de la cosecha. Eso se puede hacer porque se vincula la operación al dólar. Es la única manera de hacerlo. Compras y tenés un precio al dólar, pero al convertir ese precio de dólar a pesos tenés la incertidumbre argentina en seis meses. Dentro de todo, el sistema de financiación es muy sano, porque sabés que el cereal lo vas a vender al dólar del momento y los insumos los pagás a los dólares del momento y se usa el tipo de cambio oficial”, explicaron.
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