Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, fecha establecida por Naciones Unidas. Ana Boracchia es una de ellas. Médica veterinaria de profesión, un título que obtuvo en la UBA en 1984. A sus 62 años y con toda una vida dedicada al campo, los animales y la producción ganadera, ha podido formar parte de distintos proyectos rurales que han servido para impulsar al sector ovino en la provincia de Buenos Aires. En el Día de la Mujer Rural, le contó su historia a LA NACION.
Boracchia, además de hacer las tareas en su campo ovino, asesora a productores a estimular la producción y trabaja incansablemente para posicionar la carne ovina y la lana en el mercado. Es miembro de Carbap, la Sociedad Rural de Exaltación de la Cruz, Campana, Zárate y trabaja con escuelas agrarias y colegios, donde acompaña alumnos del séptimo año en practicas rurales agrarias y clases de biología. Al interminable currículum se le suman los esfuerzos que hace junto a un grupo de productores de la provincia para que la actividad ovina sea valorada en la misma escala que lo es la de la patagonia.
"Empezamos a juntarnos con un pequeño grupo de productores de la provincia para empezar a trabajar porque había quienes abandonaban todo porque no miraban rentable la actividad. Esto fue el disparador para que junto a otras personas empezáramos a armar algo orgánico. Eso llevó a que cinco años atrás hiciéramos la primera jugada en la Exposición Rural de Palermo en un lugar que nos prestaron muy gentilmente y nos dio una vidriera impresionante", enumeró Boracchia sobre parte del camino que ha recorrido.
Su rol, además, en la Mesa Ovina de Buenos Aires, le ha dado un plus a la actividad. "Siempre compartimos los trabajos de la provincia, también acompaño al grupo de la Mesa Ovina de Villegas para hacer crecer la producción", señaló. La productora, que tiene detrás una historia familiar ligada al rubro, aseguró que una de sus metas es lograr que en la provincia la actividad pueda ser impulsada a través de la Ley Ovina, la misma que busca lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos.
Para conseguirlo, trabaja junto a un equipo de productores de la zona para que la lana que está catalogada como poco útil, acceda a mercados que sí la demandan. Según ejemplificó, por su condición ignífuga ese tejido tiene distintos usos, por ejemplo, alfombras para la hotelería, aviones, fibras para heladeras, tejidos artesanales. No obstante, en el sector son muy poco explotadas para esos fines.
Sus motivaciones están puestas en "encontrar las vías para que el productor no pierda gran parte de su producción y que la actividad se convierta en un trabajo rentable". Por su trabajo incansable y a partir de la primera exposición en Palermo, pudieron empezar a posicionar la carne ovina en el mercado. "Estamos soñando con armar un acopio de lana en la provincia de Buenos Aires, para que la esquila alcance la categoría prolana, mediante un tratamiento que se le da a la lana que se obtiene de manera determinada a través de tres cortes distintos seguido por un determinado sistema. También necesitamos más salas de faena para que el animal salga faenado a la venta y que la carne tenga características y seguridad alimentaria", subrayó.
El rol de la mujer en el campo
Según datos del Censo Agropecuario 2018 del Indec, las explotaciones agropecuarias encabezadas por mujeres se duplicaron en 16 años. De un total de 222.201 explotaciones con límites definidos, 43.399 establecimientos eran gestionados por mujeres.
En tanto, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y en el 43% de la mano de obra agrícola garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades, generan resiliencia ante el clima y fortalecen las economías.
Según indican desde la Red Mujeres Rurales, que vía "Voces Rurales" está realizando una campaña en este día establecido por Naciones Unidas, cuatro de cada 10 que viven en zonas rurales trabajan en la agricultura en América Latina, conforme a un estudio de la Cepal de 2014. En tanto, el 43% de la fuerza de trabajo rural son mujeres, pero pocas reciben ingresos por su labor.
"Nos parece fundamental visibilizar el trabajo que realizan las mujeres rurales, el valor diferencial que aportan a su labor y la increíble capacidad de apoyo, articulación y solidaridad que las moviliza. Creemos que la Red se debe fortalecer para que más mujeres estén en puestos de liderazgo y toma de decisiones, a la hora de diseñar leyes, estrategias, políticas y programas vinculados a la ruralidad, la tierra y el cuidado ambiental", dijo Paula Narváez, representante de la ONU Mujeres Argentina en un comunicado de la Red.
"Nuestra motivación fue visibilizarnos, mostrar la enorme diversidad de roles, territorialidad y entornos que representamos, luego potenciarnos, y soñar con ser herramientas transformadoras para las mujeres rurales y comunidades con entornos más vulnerables", agregó María Beatriz "Pilu" Giraudo, integrante de la Red Mujeres Rurales.
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