En la región productora al norte de Santa Fe hubo daños en lechuga, rúcula y otras verduras debido a las intensas precipitaciones y fuertes vientos de la semana pasada
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SANTA FE.- Las últimas lluvias siguen siendo beneficiosas para el trigo, algodón o soja. Pero no para los pequeños productores del cordón hortícola, al norte de esta capital. En la zona comprendida por los distritos de Recreo, Ángel Gallardo, Monte Vera y Arroyo Aguiar, entre otros, las precipitaciones de la semana pasada, que superaron los 130 milímetros, con algunos 220 milímetros, generaron daños en las pocas hectáreas dedicada a lechuga, achicoria, cebolla de verdeo, espinacas, acelga, zapallitos verdes, remolachas, puerros, brócoli, rúcula y tomate perita, según detalló a LA NACION el titular de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe, Guillermo Beckmann. “Hay al menos entre 10 o 12 productos de la quinta afectados”, agregó.
Según se sabe, en el cordón hortícola del Gran Santa Fe hay 330 productores chicos, que trabajan entre 2 y 10 hectáreas. Hay unas 1600 hectáreas destinadas a producciones hortícolas.
“Todos ellos trabajan muy bien la tierra. Lo que está sembrado es una prueba de ello. Y además, lo que sale al mercado permite abastecer al mercado local”, indicó Beckmann.
Ante una consulta, el productor relató lo sucedido en los últimos días. “El lunes precipitaron entre 120 y 150mm, todo ello en pocas horas y además con el importante agregado del viento. Por eso, lo que se esperaba ocurrió: se dañó toda la verdura, especialmente rúcula y lechuga, que son los productos que caracterizan a esta zona”, subrayó.
En una recorrida por los distritos al norte de la capital santafecina se advirtió que las quintas se inundaron. “Por eso alertamos: hemos perdido entre el 30 y el 40 por ciento de la producción”, aseveró Beckmann en diálogo con este diario.
Ante una consulta sobre la falta de lechugas en ferias y verdulerías de la zona, el titular de la Sociedad de Quinteros justificó lo sucedido porque “las lechugas aparecieron con barro en sus hojas y eso las deteriora. Lo peor fue el viento, que rompió (tejidos) media sombra e invernaderos”, amplió. Más adelante, Beckmann recordó que “nuestros insumos son en dólares. Eso tiene gran implicancia en nuestro negocio. Acá, antes éramos productores de tomates. Hoy, lejos estamos de poder hacerlo”, añadió.
“Lo que está sucediendo en nuestro sector no tiene lógica. Por ejemplo, hoy (por este viernes) aumentó 35% el canon que debe pagar el productor para llevar su verdura al mercado local. Un puesto de 3x3 tiene que pagar 35.000 pesos por las horas que ofrece sus productos”, indicó.
El relato siguiente de Beckmann tiene lógica: “A todas luces éste es el mercado más caro del país, porque si miramos los valores, un tercio de cada producción va destinado a pagar estos impuestos. Si por un local de 3x3 se tiene que abonar 35.000 pesos, no hay dudas que (el de Santa Fe) es el mercado más caro del país”.
“No se deja crecer al sector productivo”, resaltó el productor. Y amplió: “No variará demasiado el precio porque todavía queda mucha producción. “Comprobamos mucho daño en las media sombras, el viento rompió muchas protecciones en los invernaderos, por las ráfagas fuertes, aunque no hubo granizo. El impacto se sentirá en los próximos días pero no se debería sentir tanto en el tema precio”, apreció el productor consultado.
Luego, se le preguntó a Beckman si estima que va a faltar mercadería en los meses de enero, febrero y marzo, lo cual es preocupante también para el consumidor de la región.
“Entendamos que el problema no es sólo la lluvia sino también la pérdida de rentabilidad que venimos teniendo los productores, porque los insumos son en dólares: se rompieron las medias sombras, no hay semillas ni plantines. Hasta ahora veníamos más o menos bien porque se vendía toda la producción, y en lugar de sembrar una hectárea, se producía tres cuartas, y se podía mantener la demanda a bajo precio. Pero con esto, si no recomponemos nuestro sector, los precios aumentarán dos o tres veces porque la verdura la van a tener que traer de otro lado. El otro gran perjudicado es el productor que le va a llevar dos meses para recomponerse, mínimo”, explicó Beckman.
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