Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), tras la sequía las ventas al exterior de harina de soja finalizarán el año con una merma del 21%, a 21,1 millones de toneladas, mientras Brasil pasará a colocar en el mundo 21,5 millones de toneladas
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Después de 25 años, la Argentina dejó de ser líder en la exportación mundial de harina de soja. Brasil la relegó a un segundo lugar. En rigor, el impacto de la sequía llevó a una caída en la producción argentina de este subproducto, mientras que el país vecino registró un volumen récord de cosecha de la oleaginosa y, en consecuencia, de producción de harina de soja. En un año sin afectación climática en la producción, se trata de un producto que suele aportar más de 12.000 millones de dólares al país. Es el principal producto de exportación.
Así lo reflejó en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) que detalló que, como consecuencia del fenómeno climático, por primera vez desde 1997/98 “el país perderá el puesto como principal exportador mundial de harina de soja y será superado por Brasil”.
“Las exportaciones de nuestro país totalizarían 21,1 millones de toneladas para el ciclo en curso, representando una caída del 21% en relación con el volumen exportado durante el ciclo previo y las exportaciones del país vecino ascenderían a 21,5 millones de toneladas, superando a la Argentina por 0,4 millones de toneladas. En la campaña 2010/11 el 17% de la producción se localizaba en nuestro país, este porcentaje disminuyó al 13% para la campaña 2020/21 y al 10% para la campaña en curso”, destacó el documento.
En este contexto, el estudio expresó que, mientras que la producción local totalizó 30,3 millones de toneladas para la campaña 2021/22, este volumen disminuyó un 22% para alcanzar apenas 23,6 millones de toneladas durante el ciclo actual, ubicándose como el volumen producido más bajo desde 2004/05. “Sin embargo, la recuperación proyectada en la cosecha de la oleaginosa para la próxima campaña generaría un crecimiento en la producción local cercano al 14%”, afirmaron.
Vale recordar que desde los 90 el país era el principal vendedor de harina de soja en el mundo, a pesar de ocupar el cuarto puesto en la producción global en este subproducto. De hecho la harina de soja se destaca como el principal producto de exportación argentino, que a diferencia de China, Estados Unidos y Brasil, “el consumo interno en Argentina es escaso en relación con la producción total, por lo que permite un importante saldo exportable”.
“En el caso de la harina de soja, la Argentina se destaca como el cuarto productor mundial, solo se encuentran por encima China, Estados Unidos y Brasil y el quinto puesto lo ocupa la Unión Europea. Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), se estima que estos cinco principales productores concentran más del 80% del volumen de harina de soja producido a nivel global”, indicaron.
“Si bien esto demuestra que la producción global ha crecido a un paso más acelerado que la producción a nivel local, también hay que destacar el fuerte recorte de la producción argentina para la campaña actual como consecuencia de la sequía”, agregaron.
La entidad recordó que la Argentina cuenta con uno de los complejos agroindustriales de molienda de oleaginosas más importantes del mundo, ubicado en la región del Gran Rosario, para el procesamiento tanto de soja como de girasol.
“La harina de soja, por un lado, se destaca por su utilidad como insumo para producir alimento balanceado para animales y concentrados proteicos, mientras que la harina de girasol normalmente se vende como insumo forrajero para la producción de carnes y leche”, señalaron en la BCR.
Harina de girasol
Por otra parte, en cuanto a la producción de harina de girasol, el informe indicó que “la Argentina nuevamente se destaca entre los principales productores del mundo, solo por detrás de Rusia, Ucrania y la Unión Europea, en tanto en quinto puesto se encuentra Turquía”.
“Estos cinco principales productores, en conjunto, concentran el 88% de la producción mundial, donde la Argentina tiene una participación del 7%. No obstante, a diferencia de lo que sucedió con la harina de soja, la producción de harina de girasol en nuestro país registró un aumento del 11% durante la campaña en curso, sin sentir los efectos de la sequía”, informaron.
Para poder entender, dijo la BCR, el por qué “es necesario remontarse a febrero de 2022, cuando comenzó el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania; considerando que ambos países concentran más del 50% de la producción mundial de la oleaginosa y; los precios tanto del girasol como de sus subproductos se dispararon luego de iniciada la guerra, incentivando la producción local”.
En cuanto a las exportaciones de harina de girasol, se observa que la Argentina ocupa el tercer puesto en el ranking de exportadores a nivel global, con un volumen estimado de ventas al exterior de 1 millón de toneladas para 2022/23. “Si bien este volumen muestra un ascenso del 2,5% en comparación a la campaña previa, nuestro país aún se encuentra lejos de las exportaciones de los principales productores mundiales, Ucrania y Rusia, los cuales se estima que para el ciclo actual alcanzaron exportaciones por 4,1 millones de toneladas y 2,2 millones de toneladas, respectivamente”, cerraron.
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