Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) mostró que las ventas al exterior en el período noviembre de 2023 y octubre de 2024 crecieron 29,3% en dólares y un 23,4% en toneladas
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Tras haber sufrido el impacto de tres sequías seguidas y de varias heladas tempranas que afectaron los niveles de producción, con un gran poder de recuperación y resiliencia, en los últimos doce meses, entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, las economías regionales tuvieron un incremento de las exportaciones, versus el período noviembre de 2022 y octubre de 2023, del 29,3% en dólares y de un 23,4% en toneladas. Alcanzaron los US$8777 millones y los 7,1 millones de toneladas, respectivamente. En ese periodo, el precio promedio de exportación de las economías regionales argentinas se ubicó en US$1233 por tonelada.
El dato surge del Monitor de Exportaciones de las Economías Regionales (MEER), elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que destacó que en el análisis de la entidad se mostró, además, que ese mes presentó una alta volatilidad de los precios internacionales así como también aperturas de nuevos mercados para colocar los diversos productos y subproductos de estas economías. Para CAME, en valor se trata de “el monto más alto desde enero de 2023″.
Una de las producciones que registraron un fuerte salto en sus ventas al exterior fue el complejo azucarero, que durante el período de noviembre 2023 y octubre 2024 tuvo un crecimiento del 629,8%, alcanzando unas 456.115 toneladas exportadas y que trajo divisas por unos US$322,6 millones. Esto significó un 411,4% más que en el período previo (noviembre 22-octubre 23).
“La relación precio/tonelada aumentó 42,7%, estableciendo un precio promedio de US$707,2. A diferencia de lo sucedido en el período 2022-2023, el aumento tanto en dólares como en toneladas se debe al buen año climático, que se tradujo en mayor oferta, debiéndose exportar los excedentes”, indicaron en CAME.
Según comentaron, los principales destinos de exportación de este complejo fueron Estados Unidos (US$191,1 millones), Chile (US$90,6 millones) y Canadá (US$21,9 millones); es decir que en estos tres países se concentró el 94,1% de las operaciones del complejo.
Máximo Bulacio, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu), entidad adherida a CAME, explicó que en los últimos años hubo una seca muy fuerte, pero gracias a la tecnología, variedad y genética, los cultivos tuvieron una alta producción. “La sequía destruyó gran parte de la producción primaria y redujo fuertemente el stock por lo que los precios se mostraron muy elevados porque es un mercado inelástico. En el 2010 y 2011 ya habíamos tenido situaciones similares, donde el precio estaba en 44 dólares. Este año llegamos aproximadamente a 42 dólares por bolsa de 50 kilos de azúcar común tipo A que corresponde al producto vendido dentro del mercado argentino, diferenciándose del azúcar crudo de baja calidad que se exporta en barco a granel para posterior refinado o transformación en alcoholes o combustible”, dijo a LA NACION.
Contó que los dos años anteriores no era conveniente desde el punto de vista de precio exportar porque el valor en el mercado interno era mucho más elevado que en el externo; sumado a que en el doméstico el producto se encontraba relativamente estable. Pero la carencia de este producto en el último año en el mundo por una reducción del stock, hizo que se empezara a traccionar las ventas afuera, con la condición favorable de que a fines del año pasado en la Argentina (Tucumán, Salta y Jujuy) comenzó a normalizarse la producción e hizo que el precio local empiece a tender a la baja, por el famoso mercado inelástico.
“Se pudo aprovechar todo ese remanente para incrementar la exportación, gracias a varias reuniones con gremios cañeros y con el Instituto de Promoción de Azúcar y Alcohol de Tucumán, para definir los números de toneladas que se deberían exportar. Llegamos a un mínimo de 500.000 toneladas y hoy ese número se está cumpliendo con 456.115 toneladas exportadas al mes de octubre”, destacó.
Para el ejecutivo, son varios los factores que ayudaron a que crezcan las ventas del producto afuera del país. Si bien las retenciones era un escollo considerable, lo que más afectaba al sector era la brecha cambiaria, donde el 80/20 del dólar agro de los productos complicaba las cosas: “En su momento, fuimos con Cactu a hablar con el Gobierno para plantear a ver qué se podía hacer en ese sentido y además por la enorme burocracia de trámites que había para exportar”.
Otro complejo con mayor crecimiento fue el algodonero que alcanzó los US$198,4 millones y un aumento del 159,2% y, donde sus principales destinos de este complejo fueron Pakistán (US$75,3 millones), Vietnam (US$51,3 millones) y China (US$ 24,1 millones), que concentró el 75,9% de las operaciones.
La explicación de Marcelo Falco, director de la Asociación Argentina de Productores Algodoneros (AAPA), por la expansión de las exportaciones del producto no es “un crecimiento real en sí mismo”.
“La comparación es de los últimos 12 meses con los anteriores. Y, en la última etapa del último gobierno de Alberto Fernández, así como en otras economías también, se retuvo mucha mercadería, esperando algún cambio más favorable en el tipo de cambio de la exportación. Y no se exportó prácticamente nada, sobre todo en ese año y medio de Sergio Massa, como ministro de Economía. Y obviamente, después de la devaluación, toda esa mercadería retenida salió con otra velocidad”, afirmó a LA NACION.
Perspectivas futuras
Para el año que viene, Bulacio anticipó un panorama favorable al menos para la actividad que lleva adelante su sector. Con muchas variables que inciden y hacen que fluctúe altamente el valor de la producción, el consumo de azúcar a nivel mundial se mantiene constante hacia arriba.
“Las legislaciones en el mundo sobre aumento del corte en combustibles con bioetanol están en marcha y traccionando en la producción, por lo que en el mercado externo los precios van a estar estables. En tanto que en el mercado interno dependerá de la cantidad de azúcar que derivemos a alcohol. Si aumentamos la participación del 12 al 15%, en lugar de tirar azúcar al mercado, estamos tirando biocombustible, lo cual generamos más consumo y rentabilidad y mejora las posiciones de exportación. Hay una buena perspectiva para el año que viene, siempre y cuando haya altos niveles de responsabilidad porque en nuestra actividad todo se mueve por convenio y por cumplir lo que se pactó. Hay factores externos que muestran que se puedan desarrollar nuevos mercados, pero para eso necesitamos una promoción gubernamental importante para llegar hasta esos países y tener un resultado positivo”, finalizó.
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