Así lo señaló la decana Adriana Rodríguez, que se mostró preocupada por la pérdida de “profesionales altamente calificados”
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En medio del conflicto del Gobierno con las universidades, desde la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) alertaron sobre la creciente renuncia de docentes e investigadores en la institución, principalmente debido a la desactualización salarial. Así lo aseguró la decana de la institución, Adriana Rodríguez, quien señaló que ya hubo al menos 30 renuncias, lo que llevó a muchos jóvenes profesionales con posgrados a abandonar sus puestos y buscar oportunidades en universidades en el exterior o en el sector privado.
En este contexto, en diálogo con radio La Red, la decana enfatizó que la universidad está perdiendo a “profesionales altamente calificados que sostienen la investigación y el desarrollo tecnológico”. Actualmente los sueldos no superan los 900.000 pesos mensuales.
“Estamos muy preocupados por el retraso en la actualización de los salarios de docentes y no docentes, que incluso se encuentran por debajo de los de la administración pública nacional. Esta situación ha llevado a que, en nuestra facultad, cerca de 30 docentes jóvenes con doctorados y experiencia en investigación hayan renunciado en lo que va del año”, dijo.
Agregó que en la mayoría de los casos se han ido a universidades del extranjero. “Muchos de ellos han hecho algún intercambio o un posdoctorado o parte de su formación en el exterior, entonces existe una relación. En cualquier otra universidad del exterior, ya sea en el continente americano, Estados Unidos, o Europa, les pagan tres o cuatro veces más, y son personas muy valiosas”, afirmó.
Rodríguez también señaló que otra parte de los docentes de la Fauba se ha trasladado al sector privado. “El problema es que ahora es difícil rellenar esas cátedras porque esos docentes jóvenes formados con posgrados y trayectoria en investigación llevan tiempo en formarse; es una apuesta a mediano plazo, no es algo inmediato”, afirmó. Añadió que “entre cinco y seis años es lo que lleva” formar un docente con ese nivel.
Rodríguez explicó que los salarios, aunque nunca fueron elevados, al menos permitían vivir dignamente. “Antes los salarios no eran maravillosos, pero quien elegía quedarse en la universidad pública al menos podía vivir dignamente”, dijo. Explicó que actualmente un profesor titular con dedicación exclusiva, después de 30 años de carrera, cobra alrededor entre un millón y medio a dos millones de pesos.
El problema más crítico, según Rodríguez, es para los docentes más jóvenes, que aún no han alcanzado los rangos superiores debido a la falta de concursos y presupuesto. “Esta franja, de entre 35 y 40 años, está formando su vida y su familia, y cobra menos de 800.000 pesos, quedando por debajo de la canasta básica”, describió en La Red. “Es una situación muy dolorosa porque la facultad pierde recursos humanos, que es su recurso más valioso”, agregó.
A la renuncia de los jóvenes profesionales se suma la jubilación de varios profesores titulares, quienes, si bien continúan vinculados a la facultad como profesores consultores o eméritos, ya no pueden estar al frente de cátedras. “En Agronomía el 43% de los docentes tienen dedicación exclusiva, lo que significa que muchos de nosotros nos dedicamos a la investigación. En la Facultad de Ciencias Veterinarias es similar”, comentó Rodríguez. Destacó que “más del 50% de los docentes reciben sueldos por debajo de la canasta básica, por lo que es imposible competir”.
Rodríguez criticó también la falta de diálogo en la situación actual entre el Gobierno y las universidades. “Creo que está mal explorado el diálogo en esta situación. En la universidad estamos acostumbrados a dialogar con todos los sectores y respetar a los que piensan diferente para llegar a acuerdos, pero esto no está sucediendo ahora”, aseguró.
La situación financiera también ha afectado el desarrollo de los programas académicos. Este año, Fauba tuvo que reducir algunas actividades esenciales para la formación de los estudiantes. “Por ejemplo, casi todas nuestras materias tienen viajes de estudio, pero como estamos en plena ciudad de Buenos Aires para hacer los prácticos debemos viajar”, explicó Rodríguez. “Este año dejamos de hacer algunos viajes a zonas extrapampeanas porque los costos de combustible y transporte se volvieron muy altos”.
A pesar de los ajustes, la facultad logró realizar todos los viajes, aunque a destinos más cercanos dentro de la provincia de Buenos Aires. “Es una pena que los estudiantes no puedan conocer otras regiones del país, pero el costo es muy alto”, concluyó.
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