En cuatro productos claves para la mesa de los argentinos, como el pan, la carne vacuna, la carne porcina y el huevo, la incidencia de los granos sobre los precios finales no llegan a superar en ningún caso el 20%. En tanto, el peso de la carga impositiva, según los productos, va del 36 al 41,9%, mientras que hay otros eslabones distintos a la producción que se llevan hasta el 57% de participación.
Estos datos, que se conocen en medio de la presión del Gobierno sobre los precios de los alimentos, se desprenden de un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizado por Julio Calzada, Guido D’Angelo, Emilce Terré y Javier Treboux. Toma en cuenta trabajados ya realizados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina y el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
Por productos, para el pan, con un valor de 136,5 pesos el kilo, "el eslabón trigo representaría apenas el 13% de una facturación anual total de la cadena, es decir, concentraría una facturación de US$ 639 millones, de los US$4914 millones que los argentinos gastan en este producto".
En ese producto, la participación de los impuestos es del 36%, en tanto que la de otros eslabones es del 51%. "El Estado en sus diferentes estratos percibiría estimativamente US$1784 millones, mientras el resto de los eslabones se repartirían US$$2491 millones", detalla el reporte.
Respecto del caso de la carne vacuna, con el osobuco a 310 pesos el kilo, la cadena del maíz representaría solo un 7% o US$563 millones de una facturación total de US$8000 millones. Según la BCR, aquí el Estado percibe ingresos por US$2900 millones (36% del total facturado) y el resto de los eslabones US$4561 millones (57% del total).
El informe luego consigna que "en la carne de cerdo la participación del costo de los granos sería del 11% del precio en góndola (se tomó la chuleta de cerdo), con ingresos estimados asociados a la cadenas granarías por ventas al mercado interno en US$160 millones. El resto de los eslabones percibirían US$766 millones y el Estado -en sus diversas jurisdicciones- obteniendo US$527 millones erogados por los ciudadanos del país".
La Bolsa rosarina también se refiere al caso de los huevos, que tienen una venta con IVA del 21%. En este producto, el maíz tiene una incidencia del 13%, los impuestos sumados el 41,9% y los otros eslabones se llevan el 45%.
Sobre una facturación total del sector de US$1704 millones "el peso tributario sobre el precio de venta alcanzaría el 41,9%, más que la incidencia de la cadena del maíz, y más que el resto de los sectores sumados".
"Es evidente que los ciclos alcistas de commodities agrícolas difícilmente puedan considerarse la causa última del fenómeno de alta inflación sostenida en Argentina. La evolución del nivel general de precios en nuestro país responde a numerosas causas coyunturales y estructurales mucho más complejas que la mera suba en los precios internacionales de los granos. Es un fenómeno sumamente difícil de abordar", señala la entidad.
Sobre este punto, el trabajo compara lo que pasó con la inflación en la Argentina versus países vecinos. Al respecto, con un 36,1% de inflación, la inflación de la argentina en 2020 fue "tres veces la brasileña, cinco veces la chilena y 10 veces la estadounidense".
"Las subas internacionales de los granos tienen su impacto en el alza de precios, pero están lejos de ser su principal determinante", remarca el informe.
Más allá de la inflación general, el informe encontró una particularidad en el rubro de alimentos, ya que en la Argentina subieron menos que en Brasil y Chile, si se los compara contra el índice de precios al consumidor.
La BCR lo señala así: "En la Argentina la suba en alimentos y bebidas es un 17% superior al incremento del IPC general, cuando en Brasil esta diferencia asciende al 212% y en Chile a 152%".
¿A qué se debe esto? El trabajo responde: "El diferencial más bajo entre el precio de los alimentos y el índice general en Argentina obedece en parte a los efectos de las políticas públicas implementadas que recibieron la denominación de precios máximos y precios cuidados aplicadas a los alimentos. De todos modos, en enero y febrero de 2021 algunos sectores iban solicitando al Gobierno actualizaciones en los precios fijados en estos programas, ante el avance de la inflación de costos".
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