Por la baja en el consumo de pochoclos en los cines, debido al cierre de locales por el coronavirus, productores de maíz pisingallo, que se usa para hacer el pochoclo, se enfocaron en el mercado hogareño. Así lo confirmó el presidente de la Cámara de Maíz Pisingallo (Campi), Sergio Casas, quien señaló que la venta del pop-corn "callejero" en tanto cayó al 0% desde que empezó la cuarentena obligatoria. En rigor, este maíz también se vende a comerciantes ambulantes que preparan pochoclos que se distribuyen en los parques, plazas, supermercados y centros comerciales.
Si bien compensaron la caída de las ventas en las salas de cines con el consumo dentro de las casas, no fue suficiente para ubicar toda la producción.
"Nos hemos enfocado al consumo local hogareño, sin ser un gran mercado comparado con la exportación. La Argentina fue fuertemente perjudicada por la situación actual (de la pandemia) y nuestro mayor mercado para el maíz es el exterior", aseguró Casas.
La Argentina exporta todos los años más de 200.000 toneladas por entre 100 y 120 millones de dólares. Es el primer exportador mundial. Lo siguen Estados Unidos con 100.000 a 120.000 toneladas anuales. Después se ubica Brasil con 40.000 a 60.000 toneladas exportadas, dependiendo de la temporada.
El maíz pisingallo es una economía regional con producciones que van desde el sur de la provincia de Buenos aires, Córdoba, Santa Fe, hasta Salta. "Somos una industria muy pequeña, sin embargo somos los primeros exportadores a nivel mundial", resaltó Casas.
Para el mercado interno se destinan unas 6000 a 9000 toneladas de pisingallo que se reparten entre cines, venta ambulante, centros comerciales, entre otros. "Hasta 2014, se enviaban 260.000 toneladas al mundo, ese fue el último gran registro de exportaciones. Fue en los años en los que Brasil no era un competidor fuerte, pero año tras año empezó a competir con nosotros", dijo Casas.
La cámara mantuvo reuniones con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) para impulsar el consumo interno, además de la exportación. "Hablamos de hacer una originación inteligente y planteamos la necesidad de originar lo que el mercado interno y externo requiere porque los excesos de producción destruyen más (el mercado)", aseveró.
Desde la Campi aclararon que, si bien hubo una baja en las ventas, el sector productor pudo colocar la producción en el mundo.
La Argentina le vende a más de 110 países entre los que figuran Australia, Japón, dos mercados grandes e importantes en la industria, Europa, el norte de África y otros mercados de América Latina. "Pocos productos tienen tanta diversidad de mercados", agregó.
En el sector, compuesto mayoritariamente por pymes, afirman que "el país necesita vender trabajo argentino al mundo". Agregaron que "se tiene que producir en calidad con respecto de lo que el mercado interno y externo exigen".
En esa línea, Alberto Marchionni, productores del sector, destacó que desde el comienzo de la pandemia su compañía ha visto disminuidas sus ventas a los países que exporta. "Se dio por el cierre de los cines, teatros y parques. En general se ha bajado en forma considerable, además, la Argentina tiene un consumo muy bajo con respecto de otros países", afirmó.
"Disminuyeron sensiblemente, aunque aún no hemos ponderado con exactitud el porcentaje de la caída", precisó.
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