En medio del conflicto que afecta a las terminales, se realizó una reunión entre el Ministerio de Trabajo, la Cámara Argentina de Remolques (CAR) y la Federación Sindical Marítima y Fluvial (Fesimaf) que no condujo a ningún acuerdo
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Tras una reunión hoy entre el Ministerio de Trabajo, la Cámara Argentina de Remolques (CAR) y la Federación Sindical Marítima y Fluvial (Fesimaf) por un reclamo por paritarias que pide el sector gremial, “las negociaciones no avanzaron” y volvieron al inicio. Según confirmaron fuentes consultadas a LA NACION, no se logró una definición y las partes fueron citadas para un nuevo encuentro para este viernes a las 9. El cese de actividades que afecta a los puertos sigue activo e involucra a todas las embarcaciones comerciales del país.
La CAR buscaba pactar un “acuerdo de paz social”, es decir, una conciliación voluntaria que durara 15 días mientras seguían las conversaciones “de buena fe”. Las negociaciones “se pincharon” y “los gremios no aceptaron”. La medida de fuerza impacta sobre los buques granarios, petroleros, combustibles refinados y comerciales.
“Los gremios están un poco intransigentes con todo esto. Hace tres años recibían el 70% de la inflación mes a mes, y después, hasta completar el 100% de la inflación cada seis meses. Han recibido aumentos por encima de la inflación en casi un 10% en la paritaria del 2021 y un 15% adicional luego de cerrada la paritaria 2022 totalizando más de 130% de aumento solo el último año”, indicó una fuente de la CAR. “No podemos ofrecer más de lo que se ha ofrecido hasta ahora”, añadió la fuente.
“Estamos en un punto en que les decimos que si damos algo por encima de la inflación tiene que haber otro lugar, una mitigación de costos para poderles pagar ese extra”, contaron. En este momento, dijeron en la CAR, que están solicitando cosas que, si bien están en la normativa, en este momento “no se cumplen”.
Desde la cámara argumentaron que tienen costos, fundamentalmente los salariales, por encima de la inflación, mientras que los ingresos están atados al tipo de cambio y lo han hecho muy por debajo de la inflación. Esto producto de la crisis general que atraviesa el país. “Los sindicatos marítimos pretenden imponer condiciones inflexibles en reclamo de aumentos salariales muy por arriba de la inflación, que además disfrazan con conceptos ajenos a la práctica laboral de esta industria”, dijeron.
Malestar por el accionar gremial
Los sindicatos, mencionaron en el sector, exteriorizan sus pretensiones paralizando la actividad portuaria que, justamente, es la que alimenta de divisas al país y “provee la logística para el abastecimiento de combustibles, que hoy se encuentran concretamente amenazada”.
Añadieron que todo “esto para trabajadores que cumplen tareas menos de seis meses al año, pasan otros seis meses de franco pago y sin prestación de servicio alguna percibiendo dichos salarios. Privilegio que no tiene ningún otro trabajador argentino, ni sus médicos, ni sus maestros, ni sus policías ni ningún otro empleado público o privado”.
La preocupación es porque “la situación” comercial de la Argentina “se está complicando” ya que el cese de actividades “no discrimina por tamaño ni actividad”.
“Hay una afectación en el comercio general tremendo”, dijeron las fuentes. Si bien la medida de fuerza afecta a todos los puertos del país, no todos operan con remolques y hay terminales que están en actividad.
La CAR indicó que “el trabajador marítimo percibe todos los meses su salario actualizado por IPC”.
En la actividad explicaron que, en este marco, este año se negocian las nuevas paritarias del periodo 2023-2024 tratando de imponer los sindicatos la continuidad del IPC mensual y automático a sus salarios. “Es así que las negociaciones -que no son tal- se dan en un contexto de fuerza impuesta por los sindicatos que no aceptan dialogar, solo imponer”, advirtieron.
Por otra parte, añadieron que “el Estado, que debiera cumplir su labor de administrar, mediar, conciliar posiciones, y establecer procedimientos que eviten los conflictos, como en otras épocas nuevamente se alinea con los sindicatos y con sus sistemas de presión que tienden a la paralización de las actividades y al entorpecimiento de las vías navegables y del comercio exterior”.
Remarcaron también que “el Estado, representado por el Ministerio de Trabajo, lejos de conciliar posiciones, endurece aún más las mismas y lleva la situación actual acompañando a las presiones sindicales, justo en el momento en que el país necesita de divisas en este crítico momento de nuestra historia. Así paralizan nuestros puertos, quedando a merced de las acciones gremiales coercitivas, abonando al clima de caos”.
Desde la Cámara de Remolcadores dijeron que están “dispuestos a negociar en un marco de igualdad, sin tener que soportar presiones o imposiciones irrazonables, y las decisiones de la cámara empresaria se están tomando en un marco de democracia y unanimidad”, Agrearon: “Por lo que tampoco se va a admitir ataques a determinadas empresas y mucho menos a personas que son legítimos representantes de nuestro sector, como vienen haciendo los gremios, amparados por las autoridades con el ataque sistemático a empresas y a sus directivos, escogiendo cada semana a qué empresa exponer, atacar, parar. El derecho al reclamo debe tener sus límites en un país que se encuentra tratando de estabilizar sus variables.
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