En Argentina Visión 2040, especialistas hablaron sobre cómo debe actuar el país ante los nuevos desafíos en materia de tecnologías, trazabilidad, medio ambiente e innovación
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La adopción de tecnologías en el sector agropecuario, motivada por la demanda de información y de trazabilidad que exige la población, se convirtió en uno de los ejes centrales en el seminario Argentina Visión 2040, realizado ayer. Sin embargo, también surgió el debate sobre cómo la Argentina se está quedando atrás en temas centrales de la industria.
De acuerdo con Ignacio Peña, fundador y CEO de Surfing Tsunamis, la Argentina tiene que “crear puentes, tecnologías que van a cambiar las industrias”.
“La Argentina se aferra a Vaca Muerta, un proyecto que no tiene ninguna chance de éxito. Deberíamos estar exportando 15 mil millones de dólares al año por Vaca Muerta y, en vez de esto, estamos importando en valores que están destruyendo la moneda, nuestra reserva. Es un fracaso absoluto, es un ejemplo de abrazarse al pasado”, puntualizó en el marco del evento organizado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Adblick Agro y Argensun, que se desarrolló en la sede del Gobierno porteño.
El experto agregó que todavía es posible tener un futuro de abundancia con la revolución en bioregeneración. “Esta revolución tecnológica es la más poderosa de toda la historia. Y vemos el impacto de dónde viene, los saltos de mejora en la calidad de vida. Estas tecnologías ofrecen un salto como nunca se ha visto, lo vemos en el transporte, con vehículos autónomos. La Argentina se está quedando atrás. En los próximos 18 meses vamos a ver un despliegue en masa de vehículos autónomos en el mundo, y nosotros nos seguimos abrazados al pasado”, afirmó y comparó al país con el resto del mundo que está lanzando cohetes al espacio para proveer de internet a la población y a los campos: “Y nosotros estamos discutiendo cómo resolver la inflación, están surgiendo decenas de startups de fusión nuclear, pero nos abrazamos al gas y al petróleo”, describió.
“Hay que apostar a la innovación, abrazar los cambios. Podemos dar un salto cuántico en el futuro. Pero para ser una nación innovadora hay que apostar para poder construir las industrias del futuro. Necesitamos motores de crecimiento con posibilidades de crecimiento en energía. Los negocios del futuro van a impactar en el precio de la tierra y las exportaciones, por lo que hay que crear un futuro mejor”, puntualizó.
A su turno, Néstor Sibaja, de la firma Business and Organizational Transformation, añadió que es fundamental liderar desde un protagonismo sin complejidad, el trabajo y la diversidad. “Es decir, solo no puedo. Hay que tratar de ser más innovadores. Somos transformadores y hay que tener un protagonismo distintivo en el agro, jugar un poco y transformarlo con el futuro, abrazar agentes de información”, indicó. En ese sentido, sostuvo que existe la necesidad de armar agenda y abordar temas urgentes.
“Estamos ante una agenda turbulenta, incierta, novel, antigua. Se necesita mucha gente para amalgamarnos, una dinámica mensual, anual”, indicó y agregó que es necesario abrirse, adaptarse y tomar nuevos proyectos que vayan en torno a la cocreación. “Es hora de cambiar el rumbo y de cambiar nosotros”, manifestó.
En tanto, José Gobbée, principal at The Context Network, hizo hincapié en el desafío en cuanto a la demanda de alimentos para los próximos años, ya que hay 2000 millones de personas que están entrando a la clase media que van a las grandes ciudades y consumen proteína animal. Indicó también que hay 140 millones de chicos que pasan hambre actualmente y otros 700 millones de adultos en la misma situación.
“Ahora el foco está puesto en cómo hacer un modelo sustentable para traer con la tecnología la respuesta a todos estos problemas. El consumo en los próximos años va a estar en Chindia: China e India”, afirmó sobre los mercados donde habrá oportunidad para los alimentos.
“Desde los 70 y principios de los 80 entró la conciencia ambiental, nos empezamos a dar cuenta que consumimos el 70% del agua dulce y que el 20% de gases de efecto invernadero las emitimos nosotros. Esto no es para preocuparse, sino para ver la oportunidad. Un consumidor nuevo está midiendo no solo el commodity, sino que le demos toda la información, trazabilidad, porque quiere saber cómo se produce, dónde y cómo impacta al medio ambiente”, amplió y dijo que ahora la clave está en producir a bajos costos volúmenes con más calidad y variedad.
Además, señaló que se necesitará cubrir la demanda del consumidor con innovación, y a la tecnología se suma gran cantidad de nuevas inversiones que están ingresando al agro. “Los jugadores del sector que se están dando cuenta en los últimos años están siendo los ganadores en aplicación de tecnologías y en armar sus empresas a dónde están ingresando todas estas inversiones”, puntualizó.
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