“Debemos dejar de poner foco en las diferencias, sino tratar de colaborar para buscar la mejor solución para el consumidor”. A días del lanzamiento de la tecnología de la soja Enlist en la Argentina, esa es la visión de Rajan Gajaria, vicepresidente ejecutivo de plataformas de negocios de Corteva Agrisciences, en relación con la oposición de los ambientalistas al uso de la tecnología en la agricultura.
"No es sobre las diferencias en dónde debemos construir sino pensando en las preocupaciones del consumidor y cómo colaboramos con quienes piensan diferente a nosotros, genuinamente lo que es bueno para el consumidor", dijo en una entrevista a LA NACION.
El ejecutivo reconoció que en diferentes partes del mundo la sociedad tiene una visión dispar respecto de la tecnología y en algunos casos hay desconfianza respecto de ello. "Nuestro rol es construir confianza y transparencia; explicar sus bondades y cómo mitigamos los riesgos en su uso. La industria debe hacer un mejor trabajo en escuchar, en comprender abiertamente las preocupaciones que tiene el consumidor y transparentemente compartir todo el desarrollo de esas tecnologías. Estamos tratando de liderar esa agenda de confianza y transparencia tanto para el productor como el consumidor", destacó.
Gajaria nació en Mumbai, en la India. Allí estudió ingeniería electrónica y realizó varios másters en negocios, marketing y finanzas. Hace 28 años que trabaja en la industria. A modo de ejemplo, recordó su infancia en ese país, donde más del 70% de la población vive bajo el límite de pobreza e hizo memoria sobre las dudas que existían en ese momento respecto de la vacunación para la poliomielitis y "cómo con una buena comunicación y la educación logró superarse".
En ese sentido, señaló que la compañía tiene una aspiración y una acción muy interesante de "enriquecer la vida de los productores y de los consumidores, con un sistema alimentario más resiliente y sostenible, mirando el futuro".
"Nuestra perspectiva, no tanto en la cantidad de alimentos que hay que producir, sino cómo producirlos. Ponemos énfasis en la sostenibilidad, en trabajar de cerca con el productor y, por sobre todas las cosas, en construir confianza en un consumidor cada vez más demandante de transparencias, cada vez es más curioso para entender de donde vienen sus alimentos, para entender toda la trazabilidad de los alimentos que en el día a día consume", dijo.
En este contexto, contó que los consumidores se han vuelto más exigentes y debe ser la industria la encargada de darles esa seguridad con nuevas tecnologías que "les brinde sustentabilidad y confianza; mejore la vida no solo del productor sino también del consumidor".
Actualmente, el ejecutivo es responsable de dar forma a la estrategia comercial global de la compañía, así como supervisar su cadena de suministro para la protección de cultivos y producción de semillas alrededor del mundo. Vivió y trabajó en América Latina por cinco años. A menudo recuerda que el éxito en su carrera dependió de su madre y de su mujer: "Siempre detrás hay una mujer".
En cuanto a las proyecciones globales, observó una buena perspectiva a futuro pero, al ser una industria de naturaleza cíclica que depende de los precios de los commodities, "en los próximos dos tres años, dentro de ese comportamiento cíclico se verá, a diferencia de los que se vio en los últimos cinco años, un balance de oferta-demanda un poco más apretado en línea en lo que ha sucedido en los últimos seis-doce meses, donde los precios de los commodities han subido".
"En el largo plazo hay una industria en crecimiento y los factores que impulsan ese crecimiento tienen que ver con una población creciente, una demanda creciente de proteínas y una disponibilidad de tierras para la agricultura estable o reduciéndose. En este contexto, claramente hay una necesidad de trabajar en la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos", puntualizó.
En este contexto, para la firma semillera, América Latina, especialmente Brasil y la Argentina, representa en el orden del 20 y 25% del negocio global, tanto en semillas como en la protección de cultivos pero lo más importante es que la región "es la oportunidad más grande que la empresa tiene en los próximos años en términos de crecimiento".
Tecnología
La soja Enlist, que ya cumple su tercera campaña en Estados Unidos, para la compañía tuvo un resultado más que satisfactorio. En la primera campaña, cuando la tecnología se lanzó, la premisa de Corteva era lograr un 10% de penetración del área total sembrada con soja. "Hemos conseguido un 20%. Comenzando la tercera campaña lo que creemos es que una de cada tres hectáreas de soja en el mercado norteamericano va a estar usando la tecnología Enlist", destacó el ejecutivo.
Para la empresa, la tecnología significa el lanzamiento emblema más importante en toda su historia y con un futuro "promisorio porque el productor está más preocupado en hacer una aplicación segura y sostenible".
"Además de atender las expectativas en términos de rindes, la tecnología viene a satisfacer otras necesidades que claramente hoy en la industria no está satisfecha", dijo.
Para Gajaria, algo bien distintivo del sistema es la forma "disruptiva" que posee en cuanto a un sistema de producción, donde en toda en la fase de investigación y desarrollo se ha trabajado mancomunadamente en tres áreas: la física, la biología y la química.
"En la biología lo que trae es la mejor genética disponible en soja, junto con los traits que dan la posibilidad y la resistencia al uso de un complejo de herbicidas y de tener resistencia a insectos críticos para el cultivo de soja. La genética te permite apuntar a los mayores rindes, es por eso por lo que no trabajamos en forma aislada sino que confiamos en otros colaboradores (competidores en la industria) para disponibilizar este sistema para que el productor pueda aprovechar de una oferta amplia de genética y biotecnología", apuntó.
En cuanto a la parte química, lo que se buscó es brindarle al productor una mayor versatilidad. "Venimos de 15 años de un uso indiscriminado, intenso y muy frecuente de la molécula más conocida en el agro, el glifosato. Esto ha generado muchísima problemática en malezas resistentes. Ahora está la posibilidad de usar diferentes modos de acción que permite tener un sistema más sostenible en el tiempo", añadió. Desde la física, "lo singular del sistema es que le está dando al productor la posibilidad de aplicar el herbicida con una increíble disminución del 90% en la deriva".
La Argentina
Para Axel Labourt, presidente de Corteva Agriscience para el Conosur, "en una Argentina tan cuestionada desde el punto de vista regulatorio y de la sociedad, con el tema de las aplicaciones periurbanas, la nueva tecnología permite una aplicación segura, que no derive hacia campos aledaños, que no sea volátil, en definitiva mucho más sostenible".
Según indicó en el país se siembran alrededor de 17 millones de hectáreas de soja, donde "más del 80% de ese área está con problemática de malezas resistentes a diferentes herbicidas, principalmente el glifosato".
"Los ensayos que hemos hecho en los últimos 10 años en el país demuestra que este nuevo sistema versus el sistema glifosato puede ayudar a aumentar rindes hasta un 27%", informó.
“Pero no es solamente rindes, le va a permitir al productor aplicar distintos modos acción. Tendrá una mayor versatilidad en el control de las malezas resistentes del país, donde esta problemática es incluso mayor que en Estados Unidos. Tiene un feet realmente necesario para nuestra producción agrícola en el país”, concluyó.
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