Adrián Faroldi es el ingeniero agrónomo a cargo del área de multiplicación de semillas de la empresa Agroservicios Humboldt SA, que trabaja desde hace 20 años en la multiplicación de la genética de Nidera.
¿Cuáles son las claves del negocio de la multiplicación? Para el experto, la siembra, la estrategia de manejo, la cosecha y la medición del estándar de calidad de la semilla son pasos que requieren de un cuidado y atención especial.
"La capacitación es clave para ser un buen multiplicador, porque el proceso pasa por muchas etapas (planificación, elección y preparación de los lotes, siembra, monitoreo, aplicaciones, cosecha, procesamiento y embolsado) y muchos participantes, y el objetivo siempre es lograr una semilla de calidad que cumpla con los requerimientos de los controladores y el mercado", explicó.
La firma integra el Grupo CEM, conformado además por firmas dedicadas a otras actividades como la producción de pollos, huevos, elaboración de huevo líquido y en polvo y transporte. En tanto, la unidad de agroservicios se divide en cinco áreas: acopio de granos, producción de balanceados de diversos tipos, venta de insumos, agricultura y multiplicación de semillas.
"Al momento de la siembra es fundamental que contemos con un lote libre de malezas y especies similares a las que habrá que multiplicar. Además, tomamos la responsabilidad de usar sembradoras, cosechadoras, tolvas, camiones, norias y silos completamente limpios y en correcto funcionamiento. Solo así estamos seguros de no causar roturas ni contaminación en la manipulación de nuestra futura semilla", expresó.
En cuanto a la cosecha, hay que contemplar la homogeneidad del lote para ver si existe algún área para descartar. Cuando llegan la cosechadora y la tolva la tarea es limpiar ambas máquinas. "Primero se cosechan las cabeceras y los bordes del lote para eliminar semillas con posibles daños de chinches y purgar la cosechadora y tolva después de la limpieza. Ese material se descarta para semilla y se deriva al acopio", dijo.
"Una vez que la cosecha empieza, avanza el chequeo de todos los parámetros de calidad. Entre ellos, los más importantes se relacionan al porcentaje de humedad, la temperatura, el porcentaje de semillas partidas, el test de hipoclorito y porcentajes de daño de chinche y materia inerte", indicó.
"Tener control sobre esos parámetros nos garantiza el éxito a la hora de almacenar la semilla hasta la siembra de la próxima campaña". En tanto, también se controla la limpieza de los camiones y cuando ingresan a la planta de procesamiento siguen los controles.
En la empresa usaron dos nuevas variedades, como NS 5028 STS y NS 6120 IPRO para reemplazar dos grupos de madurez muy requeridos en la región.
NS 5028 se sembró el 15 de noviembre del año pasado en un lote en el que antes se había cosechado maíz. "La elección de una soja STS se basó en la necesidad de cubrir los requerimientos del mercado, porque los productores de la región piden variedades del grupo 5 con esa tecnología para poder controlar las malezas resistentes", afirmó.
En el caso de NS 6120 IPRO, la siembra se hizo el 2 de diciembre del año pasado y el cultivo antecesor fue trigo.
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