Por previsión, productores isleños de Santa Fe, luego de las últimas lluvias, comenzaron a trasladar su ganado a zonas más altas; se espera que el mayor caudal llegue entre el 20 y el 30 de noviembre próximo
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SANTA FE.- De una sequía de más de tres años a una inundación fluvial que comenzará a afectar el norte santafecino en menos de 10 días y con un pico de crecida del río Paraná que se estima arribará a la región entre el 20 y el 30 de noviembre próximo.
“Por eso, ya hay movimiento de hacienda en la zona de islas frente a Reconquista, casi en el límite con el Chaco, donde fue llevado el ganado vacuno que por la emergencia desde el inicio del invierno pasado se quedó sin poder acceder a pasturas naturales ni a fardos”, comentó Juan Carlos Rosa Uliana, titular de la Comisión de Sanidad Agropecuaria del departamento General Obligado.
Ante una consulta sobre las primeras medidas en ejecución por la advertencia que efectuó el Instituto Nacional del Agua (INA), Uliana explicó: “Estamos armando grupos para trasladar la hacienda y salir en seco, no esperar que se llene de agua y se complique más la tarea, lo cual podría terminar con la pérdida de un importante número de cabezas”.
Ya se observa el traslado a costa de varias balsas ganaderas, una especie de lanchón donde se coloca la hacienda para cruzar el río. También comenzó la tarea de un rápido censo de animales para establecer las prioridades.
No obstante, se aclaró que en el noreste santafesino, a la vera de los ríos San Jerónimo y San Javier, afluentes del Paraná, se espera que a pesar del fenómeno de la crecida “no dure mucho el nivel alto del agua”. Ello tiene una justificación: por la sequía “histórica” por el tiempo que se extendió en esta parte del país, “los arroyos y riachos están todos secos lo que ayudaría a que el agua se introduzca en ellos, se llenen y no se desborde el río, como ocurre cuando el mismo está en los niveles tradicionales para la época del año”.
Sin embargo, Uliana advirtió que “de igual manera, no hay que confiarse”, especialmente si se tiene en cuenta que la presencia del fenómeno El Niño seguirá durante el verano, lo que provocará lluvias abundantes en el sur del Brasil y noreste argentino.
En tanto, técnicos del INTA recomendaron desarrollar prácticas de manejo y sanitarias para evitar el impacto en los rodeos ubicados en la zona de islas de la provincia de Santa Fe. Al respecto, Jorge Pane, médico veterinario y jefe del INTA San Javier, cabecera del departamento del mismo nombre, 150 kilómetros al norte de la capital provincial, aseguró que la ganadería en la zona “está complicada” por la crecida del río y señaló que “casi el 80 % de los animales fueron trasladados hacia la parte alta del continente”.
En cuanto a la alimentación del ganado, el profesional aconsejó “controlar que los potreros estén libres de plantas tóxicas como el mío mío, tabaquillo o duraznillo negro, para evitar la intoxicación de los animales”. Precisó que “en caso de que las pasturas sean insuficientes, se deberá suplementar con alimentos con altas concentraciones de proteínas, energías y materia seca”.
En esta línea, desestimó los alimentos fibrosos o rollos por dificultar el transporte y tener un alto porcentaje de desperdicio al momento del consumo, mientras que ponderó los granos y subproductos de maíz, sorgo y afrechillos. “Estas alternativas permitirían mantener el estado corporal de los vientres con poca cantidad de consumo (2 a 3 kilos por día por animal) por su alto valor nutricional”, detalló Pane.
A su vez, de acuerdo con el especialista, será necesaria una categorización del rodeo para evaluar la condición corporal de los animales con una priorización de los vientres con terneros al pie. “La finalidad de este ajuste es descartar las categorías improductivas, adelantar ventas para optimizar los recursos forrajeros y de la suplementación”, explicó.
En cuanto a la venta de hacienda, Pane aconsejó descartar primero los terneros, luego las vacas viejas que no estén en reproducción y, en caso extremo, hacer tacto y vender las vacas con vientres vacíos. “La prioridad del productor deben ser los vientres reproductivos”, destacó.
Lo que viene
Por su parte, Juan Borús, ingeniero subgerente de Alerta Hidrológica del INA, estimó que la crecida, que ya se observa en el curso superior del Paraná y que también afecta al río Uruguay, se va a seguir propagando hasta “la tercera semana de noviembre”. Como se sabe, la repentina crecida del río Iguazú generó daños en el área de las Cataratas y forzó a las autoridades del Parque Nacional Iguazú a restringir totalmente el acceso al atractivo turístico.
Para Borus, “la onda de crecida se va a propagar”. “En este momento, Santa Fe capital está en un nivel de aguas medias, promedio para esta altura del año. Pero con este nivel de crecida va a pasar a aguas altas, aunque es probable que sea fugaz y después baje”, apuntó.
La primera estimación oficial coincidió en señalar que durante noviembre el aumento del caudal llegará al nivel de alerta; es decir, que frente a la costa de la ciudad capital alcanzará para entonces los 5,3 metros, si bien este martes el hidrómetro instalado en el dique dos registra 3,23, después de haber ascendido 6 centímetros desde ayer. Otros registros testigos son: Reconquista 4,05 (+9cm); San Javier 4,5 (+4cm); Paraná 3,14 (+6 cm) y Rosario 2,85 (+1cm).
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