En el departamento Castellanos, en Santa Fe, las precipitaciones superiores a los 170 milímetros de los últimos días han resentido la actividad
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SANTA FE.- Las lluvias de esta semana, que ahora sí parecen haber terminado con la sequía que derivó en una verdadera catástrofe para el sector agropecuario de la región, y que especialmente precipitaron en el oeste santafecino, también genera problemas que resultan difíciles de disimular. Los registros, que fueron superiores a los 170 milímetros en el departamento Castellanos [una de las principales cuencas lácteas], pueden complicar el desenvolvimiento de los tambos en el centro de la cuenca lechera más importante del interior del país, que también suma a los establecimientos radicados en el este cordobés.
“En la zona de Sunchales, con la lluvia caída entre el miércoles y hoy (viernes), con promedios de más de 160 milímetros, pero con un fenómeno meteorológico que viene durando varios días, ha comenzado a resentirse la actividad en los tambos. Es porque la acumulación de agua complica la conectividad entre los que producen y los que tienen que ir a retirar la leche. Lluvias como las señaladas cortan los ripios (mejorado de los caminos) porque las canalizaciones están aunque faltan otras por hacerse. En consecuencia, sería necesario avanzar con el ripiado”, comenzó explicando ante la consulta de LA NACION el productor Guillermo Miretti, de la cabaña La Luisa, con tambos en Ataliva, zona próxima a Sunchales.
El reconocido cabañero, uno de los más premiados desde hace muchos años por sus ejemplares de la raza Holando en diferentes ferias del país, añadió categóricamente: “Los consorcios (camineros) tienen que comprender que a los ripios hay que mantenerlos” porque “camino ripiado que no llegue al equipo de frío termina cerrando el tambo y en definitiva la zona termina con menos tambos”.
“Hay que tenerlo en cuenta: teniendo buena conectividad, buenos ripios, teniendo salida sin inconvenientes, las cosas funcionan en los tambos. Claro que tranqueras adentro todos sabemos que tenemos que darle más confort a las vacas y que tenemos que invertir, aunque sabemos que hay cero crédito para producir en el país”, lamentó.
Por su parte, el director de Lechería de la provincia, Abel Zenclusen, aclaró que “todavía no hay una alarma generalizada en la zona donde las lluvias fueron más abundantes, como la región centro oeste. Es que todos los canales estaban secos como también las zanjas. Toda la lluvia de intensidad en poco tiempo provoca inconvenientes. Sí hay mucho barro y por lo tanto aparecen los pantanos. Pero no hay aún pérdidas registradas”, añadió ante una consulta de este diario.
El Niño
Cuando todo indica que las precipitaciones de las últimas dos semanas de mayo están poniendo el punto final a tres años de sequía, con un impacto en la economía regional y nacional, los hidrólogos advierten que se observa un contexto que podría derivar en una situación totalmente opuesta: abundantes lluvias y crecida de los ríos troncales de la cuenca del Plata. Es decir, la zona agroganadera que integran las provincias del centro de la Argentina, pasará de La Niña al Niño sin escalas.
“Se observa un calentamiento del Pacífico ecuatorial, contra las costas de Perú y Ecuador, en la banda ecuatorial que va de los 10 grados de latitud norte a los 10 grados de latitud sur. Y está previsto que el calentamiento se desplace hacia el oeste y cubra todo el Pacífico ecuatorial”, sostuvo Juan Borús, del Instituto Nacional del Agua (INA).
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