A los 37 años, Javier Ezcurra se convirtió en el responsable de elegir los grandes campeones Angus más joven de la raza
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Antes de poner un pie en la pista central de la Exposición Rural de Palermo, Javier Ezcurra se acomoda el cinturón y pronuncia algunas palabras para sí mismo porque atesora recuerdos de su infancia: cuando tenía siete años, su padre se enojaba porque él le robaba la Angus Journal para recortar las fotos de los toros y las vacas, acomodarlas sobre una mesa por categoría y jugar a hacer la jura. Eso que hacía se volvió realidad en la exposición. A los 37 años, se convirtió en el más joven en jurar la raza Angus en la tradicional muestra.
“Es el sueño del pibe estar dentro de esta pista con tanta historia”, dice Ezcurra, a quien aún le cuesta creer que sobre sus hombros recayó la elección de los dos grandes campeones de la raza Angus de esta muestra.
“Creo que aún no soy consciente de lo que me está pasando. Anoche miraba los videos de la primera jornada y a mis adentro me decía: ese soy yo”, confiesa el joven, que heredó el amor por la actividad de su padre, que sentado en la tribuna lo miraba con atención. Antes de que entre a la pista le dio su corbata, la que tenía puesta cuando él fue jurado en 1980 y 1990. “No me animé a usarla”, afirma su hijo.
Pasaron 17 años de su primera jura, en Dolores, cuando él tenía 20 años. “Me acuerdo tener a papá atrás mirándome con Ignacio Corti Maderna; para mí dos fenómenos y maestros”, comenta. El otro “gran maestro” para el joven es su hermano, Juan, compañero de trabajos y una gran compañía . “Para mí es una felicidad enorme poder compartir esto con mi familia”, expresa.
Para Ezcurra, llegar a Palermo es apoyar el pie en el final de la escalera. En 2018 juró la Exposición de Otoño, al año siguiente una Nacional. También pasó por una muestra en Esteio, Brasil, y la exposición de Prado, Uruguay.
En las votaciones de los criadores para la elección del jurado en 2018 para Palermo salió segundo y al año siguiente el resultado se repitió. “Medio que tiré la toalla y pensé que si no se daba era por algo; ya vendrá”, dice. En 2021 resultó ganador. Si bien el año pasado no se hizo Palermo por la pandemia, le tocó ahora estar en la pista.
“Sabía que me tenía que preparar mucho porque era mi momento. Una emoción enorme”, cuenta.
Desde hace seis años viaja a Estados Unidos a elegir toros. “Son cosas que te van nutriendo para poder ir capacitándote. La única forma es hacer kilómetros y ver la mayor cantidad de vacas y toros para poder ir armando una línea y, sobre todo, porque de cierta forma esto marca lo que los criadores comerciales tienen que usar”, manifiesta.
Ezcurra es asesor genético de cabañas y empresas ganaderas. No todas están ligadas a las exposiciones, sino que hay algunas de producción comercial en la Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.
Su historia con Angus viene del Meridiano del Sauce, una cabaña pionera y tradicional. Son más de 100 años los que la familia lleva criando la raza. “Mi pasión es sacar animales a las pistas”, cuenta.
Para el jurado, la pista no puede estar muy lejos de lo que necesita el campo en genética. “Es la punta de la pirámide y esto tiene que desparramar. Por eso es fundamental que sean animales funcionales que caminen, que sean de un tamaño acorde a lo que nosotros necesitamos”, explica.
Casado con dos hijos, remarca el respaldo de su familia. “Los últimos dos años fueron duros porque con la pandemia y las cuarentenas me ha tocado estar más de un mes afuera y ellos me apoyan”, reconoce.
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