Se trata de una pequeña desmotadora de algodón que, según expertos del INTA, puede ser útil para quienes hacen producción artesanal o de baja escala
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SANTA FE.- Una minidesmotadora de algodón, diseñada y construida en el ámbito del INTA Reconquista, al norte de esta provincia, se convirtió en las últimas semanas en una herramienta de alto impacto para los productores y otros segmentos de la cadena artesanal de este cultivo, en la cuenca algodonera tradicional, que integran las provincias de Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe.
“La máquina, que ya realiza operaciones en la zona, es trasladable y adaptada a las necesidades de la producción de pequeña escala. Posee una tecnología que mejora las condiciones y la eficiencia de trabajo y, además, reduce el tiempo y esfuerzo requeridos en la transformación artesanal de la fibra bruta para la obtención de hilo de algodón de alta calidad”, sostuvo en diálogo con LA NACION la investigadora en algodón del INTA Reconquista, Antonela Cerijo.
El resultado obtenido por esta iniciativa entusiasma a los profesionales del instituto como también a quienes integran la Red de Mujeres Algodoneras, que reúne a artesanos, productores de la denominada agricultura familiar y comunidades aborígenes de una amplia región, que además de las provincias citadas también se desarrollan en Corrientes y Tucumán y que tienen repercusión en comercializadores de la provincia de Buenos Aires.
Ello se traduce en los proyectos en carpeta. “Nuestro próximo objetivo es hacer una cardadora de algodón, con lo cual iríamos avanzando en el ciclo productivos porque nos permitiría realizar el ‘peinado’ de la fibra destinado a facilitar el hilado”, añadió la experta.
Ante una consulta sobre el origen de la iniciativa, Cerijo comentó a este diario que “el proyecto se inició en octubre del año pasado, ante la demanda que recibíamos por parte de todos los actores de la Red Mujeres Algodoneras, ya que desde el instituto se brinda apoyo técnico a grupos hilanderos, artesanos y productores de la llamada agricultura familiar. Cada uno se aboca a lo que tiene conocimiento. Unos trabajan en producción primaria ecológica, otros en alimentos porque cada productor produce lo que consume”, destacó.
La profesional indicó que “en el caso del algodón, la fibra se vende a hilanderías artesanales. En este caso, uno de los puntos clave era desmote porque la fibra, que se cosecha en bruto, hay que separarla ya que la fibra final es la que se hila. Los pequeños productores tenían que hacerlo a mano y ello significaba un cuello de botella por el tiempo que demanda. Ahí estuvo el Inta Reconquista para lograr esta máquina”, amplió.
“Lo que se logró es una desmotadora adaptada a las necesidades de las familias productoras. El año pasado nos presentamos en la convocatoria, expusimos el proyecto y resultamos adjudicados. Se completó el diseño, luego el desarrollo, la adaptación y la construcción de la máquina. Cuando estuvo concluida probamos la capacidad de procesamiento y resultó buena. Igual resultado tuvimos en el testeo de la calidad de fibra. La minidesmotadora procesó hasta 70 kilos de manera continua, razón por la cual señalamos que se ajusta a las necesidades de los productores”, subrayó.
Más adelante, Cerijo comentó que “a la máquina se la hizo adaptada para un fácil traslado ya que por sus dimensiones cabe en la caja de una camioneta, no pesa tanto y eso la hace trasladable, porque la idea es ir en cada momento de campaña donde la necesiten los pequeños productores”.
Según la explicación de la investigadora, el desmote manual insume 1 hora por cada 100 gramos de fibra y se realiza en momentos de descanso de las tareas domésticas. “Así, con el proceso de mecanización mejoramos 10 veces el proceso en su eficiencia de tiempo y posibilitamos la continuidad de la producción”, dijo.
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