Al finalizar su mandato, el presidente de CRA piensa continuar su labor dirigencial más alla del gremialismo
Dirigente frontal que no le escapa a la polémica, Dardo Chiesa reconoce que a veces "se me sube la mostaza y me paso". Sin embargo, con una larga trayectoria en la representación de los productores el presidente de CRA también sabe jugar con los contrapuntos. "Hoy el dirigente que tiene puesta la ficha en la trinchera esta cocinado y no va a ningún lado. Una cosa es que des las batallas y otra cosa es que consigas algo", afirma. En la relación con el gobierno admite que hace equilibrio entre marcar el rumbo en forma crítica y no ser calificado de opositor.
-¿Cuál es su mayor fortaleza como dirigente?
-Mi fortaleza es que me preocupa mucho escuchar a la gente y cuando reclamo trató de comunicar de la mejor manera posible lo que ellos dirían. No me gusta el dirigente que comienza a interpretar las situaciones. A mí me pusieron aquí para decir lo que mis representados dirían. En segundo lugar diría que armo equipos de trabajo, no creo en el lobo solitario, en el tipo que va sólo.
-¿Y la debilidad?
-Me cuesta mucho delegar y tengo la tendencia de cargarme con mucho trabajo. Tomo los temas y los sigo yo como propios. A veces pongo a la institución en situaciones que me transformo en irremplazable.
-Arma cuellos de botella
-Exacto.
-¿Después de la presidencia de CRA tiene decidido meterse en política?
-Yo después de CRA quiero seguir siendo útil. No soy de los que dicen, "me vuelvo al campo". Entiendo que uno llega con una formación y una visión de los problemas del sector que debería transitar algún camino para llevarlos adelante. La política es un tema complicado, a mi desvela desde hace tiempo porque cuando buscas un lugar en política generalmente viene de algún partido que te llama y quedas encorsetado en el partido.
-¿Tiene una afiliación política?
-Yo estoy afiliado al justicialismo. De actuar en política en el futuro, participaré en el justicialismo. En un momento el justicialismo pampeano no representaba nada de lo que yo pensaba para el sector y entonces di el paso atrás y me guardé en mi casa. No soy de los que se cruzan de vereda. Tengo una lealtad. En su momento era gobernador Rubén Marini y tome esa decisión. Pero cuando ellos me necesitaban yo estaba allí, manteniendo el respeto y la participación. Mucho del discurso que dio Marín en el recinto con la 125 fue letra mía..
-Este año, ¿qué papel le ve desempeñando a la Mesa de Enlace?
-Yo creo que la Mesa de Enlace tiene que posicionarse porque muestra la unidad del sector. Particularmente en CRA no podemos mirar para otro lado porque en todos lo lugares que vamos nos piden la unidad de la Mesa de Enlace. No es fácil la convivencia entre las entidades porque representamos distintos tipos de productores y hay algunos principios históricos que son contrapuestos. Pero hay que encontrar la forma de convivir en lo que nos ponemos de acuerdo.
-¿Entonces?
-El rumbo tiene que estar en la necesidad de tener una política agropecuaria porque ahí necesitas el peso político de las cuatro entidades. Deberíamos ir con una posición unificada a pelear, por ejemplo, por una reforma impositiva que baje los costos. Es un reclamo genuino para todas las entidades. Así se deberían definir los tres o cuatro puntos de política que tendríamos que ir a pelear y que son los mismos puntos que terminan armando la macro.Para ese trabajo esta la Mesa de Enlace.
-¿Observa que el resto de las entidades comparte esa vocación de trabajar en forma conjunta ?
-No, pero no quiero hacer nombres.
-¿Cómo piensan revertir la baja participación de los productores en las rurales locales?
-Además de mejorarle la convivencia con el Estado deberíamos darle a los productores soluciones de negocios. Recién cuando pasa algo grande como la 125 la gente participa. La participación ocurre cuando tenemos problemas concretos, graves,
P¿ La baja participación puede tener relación con la baja renovación de dirigentes?
-Es como el huevo y la gallina, no sabes que es antes. Si la baja renovación de dirigentes es la causa o en realidad la consecuencia porque hay poca gente que se quiere meter.