La Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Reconquista, Santa Fe, pasó a fallo el expediente de la concursada cerealera Vicentin; debe decidir si homologa una propuesta de pago
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SANTA FE.- A cuatro años del inicio del concurso preventivo de acreedores, el 10 de febrero de 2000, en los Tribunales de Rosario, luego derivado a un juzgado Civil y Comercial de Reconquista, el futuro del grupo agroexportador Vicentin comienza a definirse, porque luego de escuchar a todas las partes que expresaron y contestaron agravios, el 1° de este mes la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Reconquista pasó a fallo el expediente del caso de la cerealera. La firma cayó en default con una deuda total superior a los US$1500 millones. Los acreedores recibirían en torno del 30% de su acreencia.
Vale recordar que en septiembre pasado Fabián Lorenzini, juez del concurso, había rechazado el acuerdo de la concursada con el paquete mayoritario de sus acreedores, y abrió el período de salvataje, lo que se conoce como cramdown, decisión que la Cámara dejó en suspenso para estudiar el expediente y tomar una definición, la que se conocerá a mediados de marzo. Así, la cuenta regresiva de 45 días para el veredicto comenzó el 1° de febrero.
Según las normas vigentes, en ese lapso hay 10 días para cada juez y 15 días para deliberar entre los tres jueces para resolver un dictamen. Todo esto comenzó a acelerarse luego de la reanudación de la labor judicial tras la feria de enero.
“Hay un sincero optimismo. Se espera que la Cámara (de Apelaciones) falle a favor de la aceptación de la propuesta. Hay optimismo en la conducción de la empresa. Además, hay conformidad de casi todas las partes, bancos, acreedores, de productores chicos, tenés tres empresas que te garantizan la continuidad. La expectativa es que este caso llegue a buen puerto”, completó una fuente de Vicentín que dialogó con este diario. Esas firmas mencionadas son tres interesados estratégicos en quedarse con el 95% del control de la cerealera: Bunge Argentina, Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
En tanto, los querellantes que representan a los pequeños productores y cooperativas en el juicio penal contra Vicentín, presentaron la acusación para el juicio oral en el que imputa a los directivos de la firma los delitos de “defraudación y asociación ilícita”.
La acusación es la segunda de tres que deben cumplirse previo a la audiencia preliminar en la que se encaminará el proceso hacia el juicio oral y público, que –en principio- tendría lugar en 2025.
En operación
Pero, mientras esto sucede en medios judiciales, el grupo Vicentin reactivó las operaciones a fasón, ya que, según informes que elaboraron cercanos a la empresa, y a los que tuvo acceso LA NACION, desde hace unos meses se viene procesando semilla de girasol. “Hasta el último fin de semana de enero se procesaron entre 350.000 y 400.000 toneladas. Esto ocurrió en la planta de Ricardone”, departamento San Lorenzo, 143 kilómetros al sur de esta capital, según explicó un vocero de la firma.
La fuente sostuvo que “esa planta está operativa desde el 26 de diciembre último y es una de las más grandes del país para la producción de aceite. Pero, además, en las dos plantas que Vicentin posee en San Lorenzo (al norte de Rosario) se prevé procesar 100.000 toneladas de soja en febrero, cuya mitad fue traída de Paraguay”, agregó la fuente.
Ante una consulta de este diario, la fuente de Vicentin estimó que “en marzo se procesarán otras 100.000 toneladas de soja y en abril unas 350.000/400.000 toneladas”, consecuencia lógica de la campaña agrícola que se espera.
“La empresa ya tiene soja acopiada para iniciar la producción de aceite, un insumo clave para alimentar la planta de biocombustibles que tiene la empresa Renova dentro del mismo predio industrial. El esquema de stock de materias primas también está bajo el régimen de fasones”, sostuvo el vocero.
Como informó este medio oportunamente, las plantas de Vicentin que procesan girasol y soja en Ricardone y San Lorenzo, respectivamente, frenaron sus operatorias a fines de agosto de 2023. Sin embargo, el “cash flow” de la firma le permitió abonar los sueldos a 850 trabajadores.
En tanto, en Avellaneda, en el norte santafecino, los procesamientos de bioetanol y soja continúan desarrollándose normalmente.
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