Según el Ieral, con la oleaginosa y el maíz ese indicador cayó 18% interanual en términos de bienes y servicios que pueden comprar
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CÓRDOBA.- Más allá del aporte de divisas del campo, el impacto sobre la economía de una buena campaña agrícola depende del valor relativo de los granos, de las operaciones e inversiones que harán los productores y de las compras que realizarán de cara a los cultivos de la próxima campaña. Aunque el campo recupera volúmenes y divisas este año, el efecto derrame será menor por el retroceso de los precios internacionales.
Un trabajo del economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea, Franco Artusso, analiza el poder de compra de la soja y el maíz en el primer trimestre de este año respecto a iguales períodos de otros en relación a diferentes productos.
Entre enero y marzo pasado, los precios en la plaza granaria de Rosario promediaron los $290.000 la tonelada para la soja y $167.000 para el maíz (precio FAS en pesos constantes de marzo 2024); en iguales meses del 2023 esos números ajustados por inflación dan $352.000 y $203.000, respectivamente, con lo que el poder de compra de los granos cayó 18% interanual en términos de los bienes y servicios que integran una canasta básica como la que mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Buena parte de esa pérdida se explica por la dinámica de los últimos meses, cuando los precios de los granos fueron quedando atrás de la inflación y cayeron entre 30% y 33% entre diciembre y marzo 2024. “No hay elementos como para inferir que esta secuencia pueda revertirse en los próximos meses -señala Artusso-. Las cotizaciones futuras de los granos en el mercado interno siguen atrás de la inflación esperada por el REM del Banco Central, escenario que de concretarse implicaría mayor deterioro en términos de bienes locales”.
A partir de los valores futuros de los granos y de las expectativas de inflación del REM, la soja y el maíz se ubicarían en $220.000 y $130.000 por tonelada en Rosario, 30% y 20% menos que en la campaña anterior, respectivamente. Si esta hipótesis se diera, los valores entrarían en el podio de los peores registros de las últimas 22 campañas, solo siendo superados por los precios en los ciclos 2014/15 y 2016/17. La comparación de largo plazo resulta algo más desfavorable para la oleaginosa, que se encuentra 25% por debajo de su promedio histórico, mientras que el maíz da 15%.
En la comparación respecto de ladrillos, el reporte toma como base el precio del metro cuadrado en Córdoba que promedió US$530 en el primer trimestre, 25% menos interanual, uno de los más bajos de los últimos cinco años. Por eso, pese a la caída del precio de los granos de los últimos meses, la relación no es tan mala. Se requirieron tres camiones (de 30 toneladas de soja cada uno) y cinco de maíz para construir 50 m2 en Córdoba.
La soja se ubicó prácticamente al nivel de su media de las últimas dos décadas (3,1 camiones), y el maíz quedó mejor que su media que era de 6,2 camiones. La relación fue muy similar al promedio del año pasado en el caso del maíz, pero algo desfavorable para la soja, ya que necesitó 12% más que en 2023. Comparando con 2022, en ambos casos fue 12% más desfavorable.
En el segmento que compara el poder de compra con la maquinaria agrícola, se toma un tractor doble tracción de 150 HP3 que rondó los US$153.000 en el primer trimestre del año, 2,5% menos que un año atrás pero en los niveles más altos de los últimos años. Así la relación entre los dos términos es la peor de los últimos ocho años, muy similar al 2017: se necesitaron 16 camiones de soja y 28 de maíz para comprar el tractor. El promedio 2016 – 2023 es de 13 y 23, respectivamente. El momento más favorable de los últimos tiempos fue en 2022 (11 camiones de soja y 19 de maíz).
Si la comparación es con el gasoil, durante el primer trimestre con un kilo de soja o uno de maíz se pudieron comprar 0,33 y 0,19 litros de gasoil, respectivamente. El sinceramiento de los precios de los combustibles que se registra con el actual gobierno implica que el poder de compra de la soja y el maíz perdieran 40% y 30%.
Cuando se toma una perspectiva más amplia, se encuentra que la relación de precios no ha sido mala durante este primer trimestre: en 2022 – 2023 se llegaron a comprar 40 litros de gasoil con un quintal de soja y 21-22 litros con un quintal de maíz. Solo en 2006 - 2008 hubo valores similares.
Si la comparación es con el promedio de los últimos 19 años, 31 litros por quintal de soja y 15 litros por quintal de maíz, la situación mejora, en el primer trimestre de este año se estuvo 7% arriba en soja (dos litros más) y 25% arriba en maíz (cuatro litros más) respecto de ese promedio histórico.
Lo que viene
Artusso repite el ejercicio con la urea (fertilizante), cuyo precio de importación cayó 18% entre diciembre y marzo, aunque aún persiste una brecha importante con lo que pagan los productores debido al impuesto país (17,5%), otras cargas tributarias y, “probablemente, la falta de normalización del régimen de importaciones”.
“La consideración -apunta el economista- sirve como referencia de la pérdida de poder de compra que causan los impuestos y otras distorsiones, así como también de cuál podría ser el efecto futuro de la liberación total de este mercado”. Durante el primer trimestre del año con un quintal de soja o de maíz pudieron comprarse 45 y 26 kilos de urea (a precios del productor), respectivamente.
El poder de compra de los granos resultó inferior al 2023 y fue uno de los más bajos de los últimos ocho años; tanto soja como maíz se ubicaron 30% abajo de sus respectivas medias del período, encontrándose unos 16 kilos abajo la soja (65 kilos urea / quintal soja) y unos 12 kilos abajo el maíz (38 kilos urea / quintal de maíz).
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