Por el paro en los puertos y plantas de industrialización por parte de un gremio aceitero y los recibidores de granos , los exportadores calcularon que se frenó la carga de mercadería por más de US$382 millones. La medida de fuerza finaliza este miércoles a las 6 de la mañana, pero los sindicatos seguirán con asambleas en los puertos donde haya buques.
Según fuentes del sector de la exportación, en los puertos hubo 28 barcos que no pudieron cargar maíz, trigo, harina y aceite de soja y malta. "El impacto (sobre la actividad) del paro nacional son US$382,7 millones", calculó una fuente del sector.
Con la baja de las retenciones al complejo soja que dispuso en octubre pasado el Gobierno, los exportadores anotaron una gran cantidad de harina y aceite. Es mercadería que deben embarcar antes de fin de mes. A modo de ejemplo, hasta mediados del mes pasado llevaban declarada la venta de más de 3,6 millones de toneladas del complejo soja por más de US$1900 millones.
La medida de fuerza la dispuso la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara) y la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (Urgara).
Los gremios argumentaron, entre otros puntos, que el sector empresario retrasó la revisión de un acuerdo salarial. En tanto, desde las empresas apuntan a que entre los pedidos los gremios colaron reclamos por "bonos especiales extravagantes, superiores al 176%".
"Nosotros ya dimos un 25% y ahora ofrecemos la inflación hasta noviembre y lo que diga el Indec de diciembre", señaló una fuente industrial.
En un comunicado de rechazo al paro, la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) indicó que el sector ofreció en el inicio de la pandemia de coronavirus un aumento del 25% "para ser revisado una vez que la inflación medida por el Indec superara ese porcentaje".
"Los sindicatos aceptaron ese criterio pero cuando se abrieron las revisiones pusieron sobre la mesa nuevas demandas, con datos de inflación irreales, y pedidos de bonos especiales extravagantes, superiores al 176%", apuntaron los exportadores.
Por su parte, en un comunicado Urgara dijo que la medida de fuerza tuvo un "alto acatamiento" y le respondió a las empresas. El gremio negó haber pedido un 176% de aumento (con el bono señalado por los exportadores). Dijo que eso es "una mentira que no resiste análisis". También desmintió que las cámaras "se tienen que endeudar en mil millones de pesos para hacer frente a nuestras demandas; en realidad solo en el sector sojero las ganancias por la suba de precio del cereal fueron de 900 millones de dólares".
Por otra parte, el sindicato expresó que siempre estuvo dispuesto a negociar. "En todo momento Urgara manifestó su voluntad de negociación. Comprendimos siempre la situación económica del país y contribuimos a la paz social. Acatamos dos conciliaciones obligatorias y llevamos adelante dos conciliaciones voluntarias a la espera de un ofrecimiento serio por parte de los empresarios, ofrecimiento que nunca llegó, lo que constituyó una falta de conciencia y de respeto para con los trabajadores que trabajaron durante toda la pandemia", indicó el gremio.
"Demoraron cuatro meses para la revisión del anterior acuerdo. El 25% otorgado en mayo de este año correspondía a la paritaria anterior, mientras que este año el ofrecimiento fue cero", agregó.
En este contexto, los exportadores dieron a conocer lo que ingresaron de divisas en lo que va del año. Hasta noviembre pasado trajeron US$18.583.581.963. Se trata de US$2912,5 millones menos respecto de igual período de 2019.
Influyeron en esa performance, entre otros elementos, "factores como las medidas de fuerza de los sindicatos, las oscilaciones en los precios de los commodities, harinas, aceites y sus derivados industrializados causado por la pandemia mundial del Covid-19". Según los exportadores, también afectaron "las dificultades operativas por la bajante persistente del río Paraná; los vaivenes climáticos en el Hemisferio Norte y las demoras en las operaciones por la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios en el proceso de exportación, además de las demoras logísticas en el tránsito hacia los puertos y plantas procesadoras a comienzos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO)".
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