Los expertos dicen que los momentos de crisis pueden entenderse de dos maneras diametralmente opuestas. La inmensa mayoría de la población se inclinará por la desesperanza producto de la incertidumbre. Por otro lado, estará quien se siente a revisar qué se puede hacer con el cambio de panorama y las nuevas reglas del juego.
Por un lado estarán los desganados y, por el otro, los que vean un hilo de oportunidad. Ese planteo nos pone por delante el Covid-19, que tiene a un tercio del planeta en aislamiento social obligatorio y esto, sin dudas, tendrá consecuencias que difícilmente podamos cuantificar hoy en términos económicos.
Lo que sí podemos estar seguros desde la Argentina es que la situación económica, productiva y laboral va a ser radicalmente peor a la que teníamos seis meses atrás.
Me pregunto qué podemos hacer desde el sector agropecuario para intentar dar un paso hacia adelante en la situación actual. Antes de que llegara la pandemia a nuestro país, habíamos hecho un cese de comercialización para visibilizar el estado crítico que se encuentran cientos de explotaciones agropecuarias por la alta presión impositiva. A las claras está que ese paro no surtió el efecto esperado. No movió un ápice la posición del gobierno y no porque no hayamos tenido razón, sino porque la situación del país era tan crítica -lo era antes de la pandemia, imaginemos hoy- que no entrabamos ni en el top 5 de "problemas a resolver" por el gobierno nacional.
Independientemente a la posición que hoy tengamos, que seguramente dependerá de donde nacimos y a qué rubro nos dedicamos, el que opine lo contrario estará viendo otra película. Con esto no estoy diciendo que el reclamo es ilegitimo o desmesurado, estoy diciendo que es atemporal e inoportuno.
Ahora bien, con las cartas arriba de la mesa, ¿Qué podemos hacer como sector para dar vuelta la taba? ¿Cómo podemos seguir agregando valor con las condiciones actuales? ¿Y si nos animamos a poner un molino en tiempos de tormenta para aprovechar el viento que sopla?
Parece un buen momento para ponerse a pensar como sector qué escenario vamos a tener cuando salgamos de esta cuarentena obligatoria. Seguramente tendremos en el plano internacional un mundo que demande alimentos en grandes cantidades y, por consiguiente, una mejora de los precios de los commodities.
En el plano nacional, tendremos un país con mayores niveles de desempleo y un gobierno necesitado de planes genuinos de reactivación económica. Ellos saben, mejor que nadie, que tienen poco hilo en el carretel. Necesitamos producir más y mejor.
Me pregunto qué pasaría si desde el sector agropecuario utilizáramos nuestras redes (las rurales, los grupos de whatsapp de productores, el gremialismo, etc) para construir una propuesta integral que ofrezca "creación de puestos de trabajo" y sea financiada por una porción de los impuestos que el mismo sector genera. ¿Que respuesta tendríamos? No lo sé, habría que sondear la idea con el ministro de Agricultura Luis Basterra, pero seguramente la elevaría al presidente Alberto Fernandez.
Lo que sí estoy seguro es que, en estos momentos, tenemos la obligación moral de ir con propuestas que agreguen valor por encima del perímetro de nuestro sector. Estoy convencido que esto también es lo que está esperando la sociedad de nuestra parte. Tenemos con qué, organicémonos y avancemos.
El autor integra la consultora Grupo Cencerro
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