"En plena cosecha, si se te rompe un tractor, no hay forma de arreglarlo. Los contratistas, en su mayoría cordobeses y del norte del país, no pueden entrar a trabajar". Este es el reclamo de un productor de Buena Esperanza, San Luis, que se replica en quejas de muchos ruralistas.
En medio de la pandemia, la provincia continúa siendo un territorio blindado. La decisión del gobernador Alberto Rodríguez Saa de limitar la entrada a quienes llegan desde fuera de la provincia se mantiene a rajatabla más allá de la implementación de declaraciones juradas para el ingreso.
Aapresid se hizo eco de la protesta y solicitó al gobierno puntano el cumplimiento de lo dispuesto por el decreto presidencial que exceptúa al campo de la cuarentena y "así asegurar el desenvolvimiento de la actividad agropecuaria".
"Las producciones de San Luis, próximas a cosecharse, están en peligro. Los productores que trabajan en San Luis contratan la mayoría de su maquinaria fuera de la provincia. Si bien dejan ingresar las máquinas, no dejan entrar a los operarios", dijeron en la entidad.
"Solo se permite el ingreso por causas de fuerza mayor y si no se los obliga a cumplir la cuarentena en los lugares dispuestos por el gobierno provincial", agregó Aapresid en un comunicado.
Para Javier Rotondo, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez) y de la Sociedad Rural de Río Cuarto, la situación es alarmante: "No hay contratistas en San Luis para levantar la cosecha, lo que es peor aún es que han tapiado todos los caminos rurales".
Rubén Paolletti vive en el campo en el departamento de General Pedernera, a unos 40 kilómetros de Villa Mercedes. Un gran inconveniente que tienen los ruralistas es cuando necesitan insumos y productos provenientes de otras provincias. "Podés salir de la provincia pero cuando volvés a entrar vas a cuarentena directo a residencias en La Punta", explicó a LA NACION.
Según informó la entidad ruralista, los productores cordobeses que tienen campos en San Luis -por lo que tributan Ingresos Brutos en esa provincia- solo poseen permiso para circular dentro de la provincia pero no para ingresar.
Paolletti dijo que no está prohibido el paso pero sí detenerse. "En la ruta 7, por ejemplo, que atraviesa la provincia de punta a punta y que une Córdoba con Mendoza, la patrulla detiene a todos los vehículos y cuando tiene un lote de 10 autos y camiones, los custodia los 212 kilómetros de frontera a frontera, controlando que los vehículos no se detengan ni tengan contacto con la gente de aquí", añadió.
Una luz a cuenta gotas
Rotondo se refirió a un acuerdo con el gobierno de San Luis a través del Ministerio de Agricultura cordobés: "Para aquellos productores que necesiten pasar para hacer control de cosecha o atender animales, se armó un padrón de ruralistas que previamente deben hacerse los hisopados en el hospital de Río Cuarto. Si en 48 horas les da negativo, pueden pasar. Hoy la lista es de 20 productores pero seremos cerca de 60 en total".
No obstante, siguen los problemas. "Algunos productores quieren judicializar la situación, pero nosotros apelamos a la buena voluntad del gobernador", remarcó.
En San Luis más del 60% de la producción la hacen productores que no son de esa provincia; la mayoría son cordobeses. No hay una oferta suficiente de contratistas locales para hacer la cosecha.
Rotondo dijo que Rodríguez Saá es "un señor feudal" que "tiene en vilo" a una gran superficie productiva."Se vive una situación de mucha incertidumbre", indicó Rotondo en una charla virtual organizada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Cartez y la Rural de Río Cuarto.
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