El propósito de esta nota es resumir qué pasó en el último tiempo a nivel del agro y establecer los cinco puntos principales que puedan ocurrir de aquí en adelante. Debido a la grave crisis global que estamos experimentando por el coronavirus, que está generando uno de los mayores impactos jamás vistos en los sistemas de producción, es importante tratar de llevar la lectura de los hechos y los posibles impactos para contribuir a la toma de decisiones.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) trae un escenario catastrófico. El comercio mundial en 2020 caería en el rango de 5% a 30%, extendiendo la destrucción de valor entre productores, compradores, transportistas, prestadores de servicios, entre otros. Estiman que el PIB mundial, desde una expectativa previa de crecimiento de alrededor del 3%, caería del 5% al 6%, es decir, 9 puntos de diferencia. Sería una caída mayor que la observada en la última crisis mundial, en 2009.
El mundo se arrodilla ante el virus, generando muchos cambios en poco tiempo, y muchos cambios seguiremos teniendo. Los agronegocios en general serán uno de los sectores menos afectados, pero esto no se aplica a todos los sistemas.
Una de las actividades que siguió adelante con los beneficios de la crisis fue la de los supermercados. Los grandes perdedores, al menos hasta ahora, fueron los restaurantes, bares, y espacios de comida rápida.
En Inglaterra, el consumo en los supermercados aumentó en £361 millones por semana, alrededor de £13 por hogar por semana, un aumento del 21% (Blacktower). Los minoristas ingleses están contratando a miles de personas, debido a la mayor demanda, que ofrecen casi 45.000 vacantes.
En los Estados Unidos, la firma de investigación Chicory aumentó las ventas de supermercados en línea en un 123% en comparación con el mismo período del año pasado. En la Argentina se habla de aumentos de facturación de 150% durante los últimos días del mes de marzo en el sector minorista de supermercados, farmacias, kioscos, etc.
Varias pequeñas y medianas empresas de alimentos y comidas para llevar, empresas de provisión de hortalizas y verduras, y almacenes de barrio aumentaron su facturación en venta online y delivery un 300% en estos días.
La incertidumbre en la demanda será protagonista del presente y futuro cercano. La prioridad para el gobierno chino ahora, tras controlar el coronavirus, es restaurar la logística del transporte de productos puertas adentro. Es posible un segundo semestre con compras firmes en carne vacuna, lo cual es un factor positivo para nosotros, ya que podría elevar los precios duramente castigados en los últimos meses. El 95% de los Mc Donald’s ya están abiertos. La buena noticia es que China está volviendo al mercado con volúmenes crecientes y precios atractivos, aunque menores a los picos de 2019, explican empresarios del sector.
El mercado doméstico mantiene la demanda en volumen a pesar de haber aumentado el precio desde principios de año, pero cambiando los cortes: más tipo milanesa, olla y horno, menos asado y achuras.
Donde sí se observan dificultades es en el rubro cuero, porque las curtiembres han bajado tremendamente la demanda, incluso llevando a situaciones de retiro de cuero de los frigoríficos sin pago por el valor de este.
El USDA confirmó compras chinas de maíz de los Estados Unidos por un total de 567.000 toneladas, pero solo 63.000 toneladas de ese volumen correspondieron al ciclo comercial 2019/2020.
En la Argentina, el maíz y la soja sufrieron falta de humedad al principio y, sobre todo, al final del ciclo, lo que afectó la productividad. Mientras tanto, los precios disponibles no alientan las ventas porque generan resultados económicos desfavorables. Así se podría resumir el balance preliminar de la cosecha de granos gruesos de la campaña agrícola 2019/20. La producción de los cuatro granos más importantes será para la campaña 2019/20 cercana a 127 millones de toneladas, y teniendo en cuenta estos precios, el valor de la producción estaría cercano a 22.000 millones de dólares.
La caída en el consumo de combustibles ha puesto en alerta al Centro Azucarero Argentino. De la caña de azúcar se obtiene el etanol que, mezclado en las naftas, posibilita un uso de automóviles con más combustible "verde".
La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) anunció el retorno de las actividades entre las que mencionan el cumplimiento de las entregas de la maquinaria que ya estaba comprometida antes de iniciarse la cuarentena. Una gran cantidad de operaciones fueron acordadas, por ejemplo, en la última edición de Expoagro 2020.
La FAO plantea que habrá perturbaciones en el sistema alimentario mundial, ya que los aislamientos pueden obstaculizar las actividades productivas, restringir los flujos de trabajadores migrantes, las exportaciones, los problemas de cosecha debido a los problemas de logística, entre otros.
Oportunidad
Es una oportunidad para consolidar cada vez más a la Argentina como un proveedor confiable de alimentos para la humanidad, contribuyendo a conquistar un espacio soberano en el mundo, como un noble productor de alimentos. Debería ganar fuerza el aspecto de salud de los alimentos, aún más después de esta crisis de salud, y la Argentina debe invertir fuertemente en mecanismos de control, ya sean públicos o privados para garantizar la seguridad alimentaria para los mercados nacionales y extranjeros.
Desde lo tecnológico, la trazabilidad, el blockchain, las TICs, Internet, la Internet de las Cosas, los protocolos de producción, etc, serán claves para garantizar seguridad alimentaria a los consumidores globales.
Para finalizar, puntualizamos los cinco hechos fundamentales que estamos vislumbrando hoy en abril 2020 para seguir de cerca:
- Los impactos del coronavirus en la economía mundial, y particularmente en la muy golpeada economía argentina (restructuración de deuda, emisión monetaria, déficit fiscal, inflación, aumento de impuestos, tasas de interés, etc).
- Los graves impactos del coronavirus en la economía argentina y de otros países del globo, sobre todo en los que demandan alimentos, y el progreso de los problemas, las operaciones logísticas, la gobernanza política y la gestión de la crisis instalada.
- La producción agrícola de otros países, ahora en el hemisferio norte, y las posibles dificultades para la Argentina a la hora de abastecer commodities agrícolas y alimentos.
- China y Asia. Hay que seguir de cerca las noticias de los impactos de la peste porcina africana en la producción asiática, en los precios y las cantidades de carne importada.
- Los cambios en los hábitos de consumo, la demanda de productos alimenticios con origen, calidad y seguridad alimentaria certificados, el uso de e-commerce y delivery, la mayor proximidad al consumidor, y la retracción de ciertos consumos de productos y servicios. A esto se le suma la necesidad de establecer transacciones más coordinadas entre distintos actores que abastecen y dan servicio en las cadenas globales agroalimentarias.
El autor es director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Fauba
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