En los próximos días, el gobierno provincial empezará a analizar la determinación de la “emergencia agropecuaria”
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CORDOBA.- Después de 12 días de temperaturas de entre 38 y 42 grados -y 40 arriba de los 35 grados- y de una fuerte sequía, las entidades rurales de Córdoba estiman que alrededor de la mitad de la siembra de primera de maíz y soja está afectada. Aunque anoche llovió en algunos puntos de la provincia -también con caída de granizo-, el agua no es suficiente para resolver los problemas generados.
En los próximos días, los productores y el Gobierno provincial comenzarán a analizar la declaración de “emergencia agropecuaria” que, en este distrito, es geolocalizada. Gabriel de Raedemaeker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), explica a LA NACION que ya la campaña pasada en Córdoba se terminó “al límite” y que ahora, después de un noviembre “bueno” en términos de lluvias, diciembre y enero son “desastrosos”.
“El clima ha hecho estragos en todo lo que es maíz de primera -que representa alrededor del 30% del total- y en la soja de primera, que ronda entre 40% y 50% del total. Para los cálculos definitivos hay que esperar a ver cuándo y cuánto llueve”, agrega.
Desde la Sociedad Rural de Jesús María indican que los efectos de la sequía se ven reflejados en lotes de maíz y soja que se perderán: “Estos son los riesgos de los que nadie habla y menos aun por fuera de nuestra actividad. Así y todo, los productores siguen apostando al futuro, sembrando en seco como nunca antes”, plantearon en un posteo en las redes sociales.
Carlos Arnold, consultor técnico de esa entidad, apunta que en el norte provincial hay varios segmentos: el centro-norte donde se siembra más temprano y donde la “pérdida se nota ya”, mientras que más al norte (departamentos Tulumba y Villa de María de Río Seco) la “pérdida es por no poder sembrar; los que lo hicieron con poca humedad y las plantas no vienen bien”.
Estima que lo que falta sembrar en esa región del norte es alrededor del 20%: “No tenemos registros de siembra tan tardía; en aquellos que avanzaron con poca humedad hay chances de recuperación si hay lluvias en febrero y marzo”.
En el sur cordobés la situación es mejor ya que hubo más lluvias y los niveles de agua en los suelos son los adecuados. En cambio, en el resto del territorio, hay una condición generalizada de estrés que se complica más por las altas temperaturas.
Según datos de la agencia INTA de Justiniano Posse, el maíz que se sembró temprano en los departamentos de Marcos Juárez y Unión, con influencia de napas, están en condiciones aceptables. Ya no es lo mismo para lo sembrado en octubre. En los maíces tardíos, que es la mayor parte de la provincia, los de diciembre, están en etapa vegetativa, con cuadros de estrés, pero con chances de revertir si hay lluvias.
De Raedemaeker señala que los lotes de soja de primera se ven “muy afectados, con manchones” mientras que en el caso del maíz hay productores que “ya están pensando en mandarlo a picar”.
“Los últimos diez días fueron un incendio: viento norte, temperaturas de 40 grados y sequía”, sintetiza y enfatiza que no queda “mucho más margen” para que lleguen lluvias “salvadoras”. Deberían ser unos 70 u 80 milímetros esta semana “para empezar a revertir el daño”.
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