Si bien el fin de semana están pronosticados chaparrones, en las localidades de Quimilí, Guardia Escolta, Campo Gallo y Bandera los cultivos tienen que superar estos cuatro días de temperaturas extremas
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La falta de precipitaciones comenzó a poner en jaque la “cosecha récord” que se esperaba para esta campaña agrícola en el país. En varias regiones de la zona agrícola las lluvias de los últimos días han sido dispares, por lo que el nivel de estrés hídrico de los cultivos comenzó a preocupar a los productores. En Santiago del Estero, por ejemplo, una región donde los productores viven en un constante déjà vu, por lo que sucedió en los últimos tres años en toda la Argentina, no hubo una recuperación total de los suelos tras la intensa sequía que causó el fenómeno de La Niña. Si bien el fin de semana están pronosticados chaparrones, tienen que atravesar estos cuatro días de temperaturas que superan los 40°. Las pérdidas en soja se estiman en un 30%.
Los agricultores de la zona de Quimilí, Guardia Escolta, Campo Gallo, Bandera, coinciden en que las siembras tempranas comenzaron a impactar en los rindes esperados para los cultivos. Las siembras que se realizaron desde mediados de diciembre en adelante debilitan las estimaciones de los expertos, aunque las lluvias programadas para el fin de semana podrían poner un paño frío a la situación. No obstante, la situación de escasez hídrica va más allá del Norte Grande Argentino, por lo que en la región pampeana hay lugares donde también se vienen reportando escenarios similares.
En la zona de Bandera, los lotes de maíz, si bien todavía están chicos, no se refleja el estrés hídrico. “Los sembrados primero son los que están peor. Terrible sequía; se está meta perder rinde. Está re sufrido de seca y calor. Hace un mes que no llueve. La cosecha récord que esperan…”, coinciden los productores. La situación de Bandera, explican, es “un poco mejor” a la de Guardia Escolta y alrededores, donde los cultivos comenzaron a reflejar la crudeza de la sequía. “Aún faltan cuatro días de 40° y noches cálidas; eso va a pegar. Para muchos lotes ya es tarde. Es irreversible en muchas hectáreas. Ahora es todo recorte y recorte [de estimaciones]”, contaron los productores.
Entre Quimilí y Fernández, Santiago del Estero, está Pablo Karnatz, un productor de la región y dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), donde apenas llovieron solo 7 mm, seguidos de un tornado. “La seca es general, si bien ha llovido un poco más en algunos lados, está muy raro el clima. Por ejemplo, hoy hubo un tornado en Santiago, te llueve 7mm que es un chaparroncito, pero necesitás 100 mm, porque venimos con temperaturas arriba de 40°, venimos de más de 10 días donde los pronósticos son malos”, dijo.
A pesar de esas lluvias cortas, las temperaturas siempre están en los 37° como mínima y como máxima 45°, a la sombra. “El año pasado fue terrible, parecía que se recuperaba un poco, anduvo más o menos bien, se alcanzó a sembrar algodón, maíz, soja, pero si esto sigue así no sé en qué va a quedar. No están recuperadas las napas”, agregó Karnatz. Los pozos de esa zona proveen agua buena hasta los 30 metros, sin embargo, mencionó, a los 60 metros en este sale como si fuera “salmuera”, no apta. En ese sentido, recordó que la situación es generalizada en todo el país. “La situación se está complicando, por lo menos en rendimiento. No va a ser ni parecida a lo que se esperaba. Si no se recibe agua del cielo se va a perder mucho”, completó.
En esa provincia, dijo el dirigente, se prevé una pérdida o bajo rendimiento del 30% de las hectáreas implantadas de soja: por año se siembra un millón de hectáreas. Sobre los maíces todavía no tienen estimaciones de pérdidas.
El productor hace ganadería, por lo que las pasturas son las más complicadas. Si bien, los cultivos en general están complicados, hay algunos que pueden resistir más o menos el estrés, como el algodón. La otra complicación que ven los productores es la amenaza por la llegada de una ola de langosta, tal como pasó en 2016, 2017 y 2018, años en los que el maíz sufrió estragos: “Las siete plagas de Egipto están presentes”, se lamentó.
En la zona de Roversi, cuenta el productor Abelardo Salvucci, también está complicado el panorama: “Las siembras tempranas están sufriendo mucho, y las de fines de diciembre y enero sufren, pero pueden llegar a las lluvias programadas del fin de semana”. Salvucci coincide en que si bien llueve, es muy desparejo. “Ninguna zona superó los 15 mm. En 2 km de distancia hay cambios bruscos de milimetrajes”, completó. Lo mismo sucede en Córdoba, donde el departamento Río Segundo, y parte del departamento Río Primero y San Justo, sufren el mismo escenario. La situación se extiende a Villa Ángela, Chaco, donde los productores cuentan que también están en escenarios disímiles de lluvias.
Estimaciones
Las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) daban cuenta de que el campo podría tener la cosecha más importante de la historia, con 142,3 millones de toneladas, por las lluvias registradas antes de diciembre. “La soja de primera está en el momento más sensible de definición de rinde con máximas de 38°C. Si en 15 días la situación no cambia, lo que hoy pasa en suelos malos, pasará en los buenos y la cosecha se desplomará. En siete días, el área bajo condiciones muy buenas a excelentes pasó de 90% a 65%. El 10% de los lotes está entre regulares y malos”, explicaron en el último informe de la entidad. Además, mencionaron que hay alerta por falta de agua y calor en el momento más sensible de la soja de primera y temor por pronósticos y márgenes estrechos.
Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, explicó que el sudeste de Santiago del Estero venía con precipitaciones leves, además, las estimaciones de diciembre se cumplieron con un contenido de agua útil que superó el 40% en enero, pero recordó que no fueron suficientes para recuperar las napas. Las lluvias estuvieron por debajo de los 5 mm y hubo hasta tres días de lluvias. “Cuando se analizan las estimaciones de agua útil disponible para los cultivos, esa zona tiene menos del 20%. Esto pone a los productores en una situación crítica de agua disponible”, explicó.
La experta mencionó que si bien el pronóstico puede reflejar precipitaciones, después puede pasar de que no se vean. “Todavía los pronósticos siguen manteniendo la probabilidad de precipitaciones para los días de febrero, y están coincidiendo hacia el sábado con la llegada de un sistema frontal que va a generar precipitaciones y alguna tormenta que pueda ser localmente intensa. Pero esto va a traer un poco de alivio en la temperatura para el sábado y domingo”, extendió.
Las lluvias de variada intensidad del fin de semana en esa región alcanzarán a todo este núcleo provincial y tendrá un mejor margen de recuperación durante la semana. “La probabilidad de lluvia va a estar presente abarcando todas estas áreas y con cierta variabilidad. Hay otro sistema hacia el martes y miércoles, con áreas más extensas y generalizadas, con acumulados más destacados. Hay que estar atentos a ver qué va a suceder con este sistema”, extendió. A un metro de profundidad el agua está justa, lo que hace que el productor esté expectante de los pronósticos.
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