Expertos de la Asociación Civil Fertilizar explicaron que si bien la baja del tributo podría provocar una baja de precios, un aumento de la demanda de nutrientes en poco tiempo pone en riesgo la logística de abastecimiento
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Luego de que el ministro de Economía Luis Caputo dijera el viernes pasado que entre agosto y septiembre podría producirse una baja del impuesto PAIS, esa incidencia en el mercado de fertilizantes para la próxima campaña gruesa es incierta. En la industria creen que, si se cumple, llegará “con lo justo” para la siembra de maíz.
En este escenario, la dinámica de negocios está ralentizada, aseguran. Y, esta especulación del productor de esperar hasta último momento para comprar sus insumos, esperando ese descenso, “puede jugarle una mala pasada y no tener el fertilizante al momento que tenga que aplicarlo”, explican. Si bien hoy no hay un riesgo cierto en el abastecimiento, en un pico de demanda podría haber en alguna zona faltante de un producto en particular, como ocurrió dos semanas atrás con el trigo.
Así lo explicó Roberto Rotondaro, presidente de la Asociación Civil Fertilizar, durante la presentación del primer mapeo de nutrición de suelos del NOA y NEA. Reconoció que en todo inicio de campaña, el productor siempre es optimista aunque ahora se le presenta esta disyuntiva.
“Es entendible la actitud del productor que está esperando que el fertilizante pueda bajar un poco. Igualmente estas bajas son chicas, moderadas. Si el impuesto PAIS baja un 10%, puede trasladarse gran parte de ese porcentaje a la baja de precio pero eso también conlleva algún riesgo si uno deja para último momento las decisiones de compra. Porque puede que para una zona puntual donde esté el productor haya alguna faltante de fertilizantes que precisa”, dijo.
Si bien trató de llevar tranquilidad al sector de que no existe peligro por el momento, contó que dos semanas atrás hubo en una zona faltante de fosfatados, “porque a veces la demanda hace un pico, supera y a veces la oferta no llega a abastecer”.
“El fertilizante es un negocio de mucha logística. Parte lo producimos acá, pero una buena parte se importa [un 65%] que debe llegar a puerto, descargarse, ir al distribuidor y del distribuidor al campo. Todo eso requiere una logística que, si la demanda puntualmente en una zona se despierta y si la oferta no está prevista, a veces no puede abastecerla”, describió.
“Por lo que dependemos de la importación y de que las empresas distribuidoras y comercializadoras vayan tomando decisiones de compra en función de la demanda que van previendo mes a mes. Y está muy relacionado con las hectáreas que se van a hacer y la decisión de los productores de ir comprando y anticipando la adquisición de fertilizantes. Si esa baja en impuesto PAIS se hace realidad, inmediatamente se traslada después a la baja del precio del fertilizante. Pero hoy el productor, está tomando decisiones más sobre la marcha, más sobre la pata y no está anticipando compras”, agregó.
En esa línea, Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar AC, aclaró que el impuesto se paga cuando llega al barco, por lo que va a calzar “un poco justo con los límites” si se pretende comprar el fertilizante muy sobre la fecha.
“Esta es una campaña que el productor está comprando un poco más sobre la fecha y eso ha llevado a zozobra porque el fertilizante se atrasa. Para fosfatados parecen ser muy justas las fechas para que el productor pueda aprovechar esa potencial caída y habría que comprarlos tarde. Quizás para los nitrogenados para maíz se pueda llegar un poco más a tiempo. El día que suceda (la baja del impuesto) los fertilizantes van a replicar esa baja de valor. Ojalá se dé, pero ya nos pasó con el trigo donde especular demasiado lleva a que después pueda haber problemas”, detalló.
“Obviamente, apenas suceda, en ese momento que los barcos llegan van a tener esa baja. Pero, al no haber una fecha cierta ni tampoco un descuento cierto (si va a ser más escalonado o no) la verdad que es que no se debería poner en el escenario de compra por lo menos el nitrogenado para trigo o el fosfatado para maíz temprano. Si hay que tomar la lectura que es un impuesto que como se paga se suma al precio y, cuando haya una baja se van a poder ir llevando a precio pero ni un día antes”, agregó.
Recordó que, tras la quita de aranceles para la importación de insumos estratégicos del campo por parte del Gobierno (de urea y sus mezclas con nitrato de amonio, que se ubicaban en 5,4 y 3,6%), esa medida logró que se traslade a precios.
“Es proporcional: se paga, se cargan los costos y después el mercado lo ajusta. Se dio una mayor demanda cuando subió el trigo, arriba de los US$230. Pero el productor está en una campaña que compra muy cerca de la ventana de uso. Y eso tiene un riesgo de abastecimiento, porque a la larga lo que tira el sistema comercial es la compra del productor”, remarcó.
Tiempos
Según describieron en la entidad, las compras de fertilizantes para estar disponibles en la Argentina el tiempo es de entre 60 y 70 días y si bien la aplicación de los fertilizantes en trigo es un poquito más largo, en el cultivo de maíz tienen un periodo de tiempo bastante estricto.
Otros expertos de la industria entienden las expectativas del productor para no pagar por un impuesto que finalmente en algún momento se irá a caer, pero las fechas no son muy claras en qué momento va a ocurrir. Queda julio y agosto para refertilizar los trigos y ven a un productor que está siendo cuidadoso con las compras, que va al día con las aplicaciones pero está empezando a comprar muy sobre el momento de aplicación.
En detalle, contaron que en algunas zonas como Entre Ríos se está a 50 días del comienzo de la fecha de siembra y en otras regiones a 70 días. Por lo que el mensaje es: “Se entiende la situación del productor, pero ojo que en algún momento, la compra muy sobre la fecha de la necesidad empieza a ser riesgosa si toda la población de productores posterga esa decisión”. La anticipación es importante para que después las cosas lleguen en tiempo y forma. “Entendemos la dificultad del productor y de las empresas que también tienen que tomar decisiones en un nivel importante de incertidumbre, pero si queremos aportar nutrientes y fertilizantes, hay que tener en cuenta algún tiempo de previsión en las compras. Después cada productor irá definiendo”, explicaron las fuentes de la industria.
Por último, dijeron que si bien las compras vienen más atrasadas, el uso de fertilizantes está siendo similar al del año pasado pero tienen expectativas de que el consumo de fertilizantes crezca entre un 5 y 10%, muy empujado por mejoras en los precios y en la humedad del suelo.
“Antes quizá era una forma de ir asegurándose porque iba a haber dificultades de importación y ahora toda esta incertidumbre llevan al productor a entender que la mejor decisión, la que más le conviene puede llegar a ser la de último momento, con las ventas para mañana y ese es el riesgo”, cerraron.
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