En el Congreso Maizar, Ramiro Costa, de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó el “apoyo negativo” frente a los estímulos que hay en otras naciones competidoras; alerta por un estancamiento en la cadena del maíz
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“La producción maicera se encuentra estancada desde hace cinco años, por lo que las cantidades exportadas tampoco crecen y pierden participación en el mercado mundial”. Esta fue la advertencia que realizó hoy Ramiro Costa, jefe de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el Congreso Maizar 2024 en el Complejo Goldencenter. Agregó que la cadena, la segunda mayor generadora de dólares para el país, está retrocediendo y dejó de mejorar sus indicadores ambientales. Según manifestó, diversos factores explican este resultado, pero un indicador clave es el bajo nivel de apoyo estatal que reciben los productores.
Costa participó de una charla sobre “El Impacto del maíz en la economía argentina y el desarrollo local”, que contó también con la participación de Emilce Terré, jefa del Departamento de Información y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), y Gonzalo Agusto, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Las tres entidades resaltaron la necesidad de que el Estado incentive la producción y mejore las condiciones para el desarrollo económico.
El especialista señaló que, a diferencia de lo que ocurre en los principales países productores y muchos exportadores, donde los productores reciben algún nivel de apoyo estatal basado en el porcentaje de ingresos brutos, en la Argentina “lejos de tener algún tipo de subsidios tenemos un ‘desapoyo o apoyo negativo’, y eso es fundamentalmente por la existencia de los derechos de exportación”.
“En este contexto, el productor argentino y toda la cadena de valor de maíz en la Argentina tienen que hacer mayores esfuerzos para ganar competitividad en un contexto de políticas públicas que no son las mejores localmente y no son las mejores relativamente cuando nos comparamos con el resto de los países productores y exportadores”, afirmó Costa.
Mostró que mientras en Brasil y Australia el productor recibe un 3% de apoyo en relación con los ingresos brutos, en Canadá es un 12%, en la Unión Europea un 18%, en Estados Unidos un 11%, entre otros países. En cambio, a los productores argentinos se les quita un 19%.
Para revertir esta situación, Costa indicó que, si el apoyo al productor dejara de ser negativo, la Argentina podría dar un salto significativo y volver al sendero del crecimiento. “La Argentina se encuentra ante el desafío de retomar el sendero de su industrialización moderna, potenciando el vínculo biomasa, conocimiento e innovación”, dijo. “La cadena produce energía, bienes y servicios y es virtuosa con buenas performances ambientales”, agregó.
En este contexto, planteó diferentes escenarios para los próximos 10 años. Según dijo, con las actuales políticas económicas agropecuarias, la Argentina podría crecer menos del 30% en producción de maíz en dicho periodo.
Si el esquema empeorara con más restricciones, con políticas similares a las de 2008-2012, donde había un “marco más distorsivo”, la tasa de crecimiento caería a solo un 12%.
En cambio, sostuvo que si el país empieza a adoptar “políticas menos distorsivas, con menos derechos de exportación, mejores condiciones para la inversión, estabilización macroeconómica y una disminución de los impuestos distorsivos”, el país podría aumentar un 45% su producción de maíz y otros productos elaborados de la cadena para el mercado mundial.
Cambios
Terré sumó a estos cambios necesarios para que la cadena de maíz pueda “explotar su potencialidad” la necesidad de algunas obras claves. Estas tienen que ver con la transformación en autopistas de rutas esenciales como la ruta 33, la 34 y la A012, por donde pasa la mayor parte de la producción que va a los puertos del Gran Rosario. “Actualmente, estas rutas tienen condiciones que no contribuyen a la seguridad y la fluidez del transporte”, apuntó.
También se refirió a la necesidad de la construcción de un tercer carril en la autopista Buenos Aires-Rosario, entre Rosario y San Nicolás, y un tercer carril en la autopista Rosario-Córdoba, entre Rosario y la ruta nacional A012. Además, la optimización de los accesos ferroviarios a los puertos del sur de Rosario y el acceso ferroviario de trocha ancha a estas infraestructuras. “Todas estas obras viales, sumadas a la licitación para el dragado y balizamiento necesarios para el despacho de granos, son necesarias”, remarcó.
Por su parte, Agusto también compartió la necesidad que tienen las provincias de mejorar las condiciones macroeconómicas para que puedan desarrollarse e incrementar sus exportaciones.
Las granjas porcinas de la provincia de Córdoba, indicó, que tuvieron un gran crecimiento, actualmente se encuentran “en una situación bastante compleja con un gran incremento en los costos”. Teniendo en cuenta ello, destacó la necesidad de revertir “la presión impositiva para que puedan competir con otros países”.
También señaló la necesidad de “generar incentivos”, por ejemplo, en lo que respecta a los biocombustibles y dio el ejemplo de lo que significó la mejora del corte de etanol, que incentivó el aumento de la producción.
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