Como primer paso para el recupero de envases de agroquímicos, los productores y aplicadores deben trasladar los mismos vacíos, como lo dice la Ley 27.279, a los Centros de Almacenamiento Transitorios (CAT). Para eso, las empresas de agroquímicos tienen que determinar los procedimientos específicos que garanticen la devolución de los recipientes.
Los CAT tendrán que estar alejados de los cursos de aguas superficiales y de los depósitos utilizados para el abastecimiento de agua potable. Además hay que respetar el distanciamiento que las autoridades jurisdiccionales establezcan respecto de áreas o de puntos sensibles, como establecimientos educativos, centros de salud y de recreación.
El primer paso, antes de llevarlos a los CAT, consiste en separar a los recipientes entre los aptos para el reciclaje, luego de realizar el procedimiento del triple lavado, y los que deben ser destruidos por tener "sustancias no dispersables en agua".
El triple lavado, un punto fundamental dentro de este proceso, tiene que llevarse a cabo en el campo y es necesario instalar tanques de agua, que pueden ser arrastrados por un camión o una camioneta. También se utilizarán reactivos testigos para verificar el lavado correcto y se harán bolsas para el traslado afín de ese uso.
Para su realización, hay que agregar agua hasta un cuarto del recipiente, cerrarlo y agitarlo durante 30 segundos. Por último, debe escurrirse el envase vacío colocándolo 30 segundos sobre el tanque de fumigación. Asimismo, el bidón tiene que perforarse para que no pueda ser usado nuevamente y, una vez secado, es trasladado al centro de acopio más cercano.
Para realizar estas tareas se deberá contar con un equipo de protección compuesto por mameluco, delantal impermeable, gorro impermeable o capucha, guantes de nitrilo, botas o zapatillas impermeables de suela gruesa, antiparras o capucha con protección y máscaras respiratorias.
La segunda parte consiste en transportar los recipientes plásticos y metálicos hacia el Centro de Acopio Temporal. No tendrán que contener restos de formulación, ni estar manchados o denotar acumulación de productos.
Los bidones, antes de llevarse al centro, tienen que estar perforados (inutilizados) sin tapas, precintos ni elementos metálicos. Ya que las tapas se recibirán aparte, en una bolsa, y no tendrán que tener restos de elementos metálicos.
El traslado al CAT tiene que realizarse con unidades que vuelvan a sus zonas, a través de choferes habilitados. Asimismo, tienen que ser acordes al número de envases a retirar y movilizarse fuera de cualquier época crítica de cosecha o de distribución. Ya en el CAT, se procederá al fin de este proceso: el triturado de los bidones.
Como vemos, la recuperación de los envases requiere por ley de ciertos pasos a realizarse por medio de organizaciones especialmente preparadas para esto. En este sentido, es fundamental que las mismas brinden una trazabilidad total de los recipientes, para garantizar que el destino final se ajuste a las exigencias de la norma y no queden dispersos en los campos. Para ello, es recomendable contar con una identificación de cada uno de los bidones, que pueda realizarse a través de chips seguidos por radiofrecuencia, o también a través de un código QR o de código de barras.
El autor es gerente de Logiseed, del Sistema Integral para el Recupero de Envases de Fitosanitarios
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