CÓRDOBA. Hay maní industrializado cordobés en góndolas de supermercados del mundo. Los paquetes y frascos salen de la fábrica Prodeman, en General Cabrera, donde trabajan 550 personas y se exportan unas 80.000 toneladas anuales. De ese total, 25% es producto elaborado y de esa cifra, el 10% es marca privada. De la planta salen maní frito, tostado y pastas de maní para una cadena líder de Austria; para un sello pajaritero (alimentos para pájaros) del Reino Unido; mantecas de maní "Pampa" para Estados Unidos y pastas y mantea para marcas de Irlanda y de Chile.
"Fue la idea de mi padre desde el primer día", apunta Ivana Cavigliasso, gerente de Calidad e Inocuidad de Prodeman e integrante de la dirección. Oscar Cavigliasso comenzó con el negocio en los años 80 y fundó la firma con el actual nombre en 1994. El objetivo siempre fue llegar a góndola y, de hecho, la empresa es una de las que más desarrollaron ese segmento en la Argentina.
En el 2004 la compañía comenzó a blanchear el maní que exporta ya que al inicio los envíos eran de crudo. "Fuimos cambiando y evolucionando; empezando a preguntarnos por qué no llevar el crudo a blancheado y después a hacer frito y tostado y pasta de maní. Se invirtió en equipos para ir elaborando y agregando valor", apunta Ivana Cavigliasso.
Para las empresas producir marcas privadas genera, al comienzo, una duda. Es que en un punto significa competir con sus propios clientes que demandan maní argentino de primera calidad para después procesarlo. Ivana Cavigliasso indica que en "mercados maduros" las empresas "se animan a llevar productos porque están seguras de sus consumidores" y, a la vez, porque hay "certezas" de que los envíos argentinos cumplen los estándares exigidos.
Puertas adentro de la firma, indica que no se trata de "pruebas". Empezar a elaborar para marcas privadas implica "diseño, desarrollo de packaging, inclusión de nuevos ingredientes. Se hace un traje a medida con la receta que ellos quieren. Para avanzar en todo eso se requiere un determinado volumen y continuidad que lo justifiquen". Por ejemplo, hay productos que llevan insumos que no son usuales en la Argentina, como aceites de algodón y de palta.
Hay clientes que ya trabajan con la empresa y piden determinados productos, pero también otros que se acercan directamente para que le fabriquen una marca. "A algunos les ofrecemos en función de su historial, pero hay quienes piden y eso es fruto de muchos años de trabajo y de que somos flexibles; nos adaptamos a lo que el cliente pide. Eso es clave para ganar participación", cuenta.
Hace unos cinco años que la producción para marcas privada fue ganando participación en el global; la ejecutiva apunta que se requirieron "muchos pasos previos" para definir el negocio y también, en algunos casos, de lograr certificaciones extras como la de kosher "más ortodoxo" o para emplear algunos aceites particulares.
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