Información y una buena caracterización del lote son claves para definir qué materiales sembrar.
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Frente a una nueva campaña de soja, llega el momento de ir tomando definiciones respecto de qué variedades sembrar. Para eso, la primera tarea es entonces analizar cuáles son las distintas limitantes y factores que van a influir en el rendimiento del cultivo.
“La principal limitante ambiental para la producción de soja en la Región Pampeana es la oferta hídrica. Si no se cuenta con riego, arrancar con un contenido apropiado de agua y continuar con un régimen proporcionado y suficiente de precipitaciones permite apuntar a los máximos potenciales de rendimiento”, comenta Santiago Ferro, responsable de Desarrollo de Producto de Soja y Trigo de Nidera Semillas. Sembrar la soja en una fecha libre de heladas tardías es una alternativa para que el cultivo aproveche la máxima intercepción de la radiación y cuente con una temperatura adecuada en el llenado.
Por su parte, los lotes en los que la napa freática está más cercana a la superficie cuentan con ventaja en aquellos años en los que las precipitaciones son insuficientes, pero suelen tener inconvenientes cuando hay exceso de lluvias. “La realidad es que la mayoría de los productores debe lidiar con la falta o con el exceso de agua de cada campaña y ajustar la elección de variedades y estrategias de manejo para maximizar el rinde alcanzable y minimizar riesgos”, sintetiza Ferro.
Para todo lo que es previsión climática, es importante saber que el pronóstico del fenómeno ENSO, esto es la medición de la temperatura de la corriente del Niño en el Océano Pacífico, permite saber con anticipación si una estación va a ser lluviosa, neutra o seca, permitiendo así encarar una campaña de manera normal, defensiva o buscando altos potenciales. “Hoy se pronostica un año Niña, que en la Región Pampeana se caracteriza por lluvias inferiores a lo normal durante el período de siembra, en octubre y noviembre, y de llenado de granos, es decir marzo y abril. Por eso, una buena estrategia defensiva es elegir variedades y fechas de siembra que escapen o puedan tolerar mejor estos períodos de menor disponibilidad de agua”, recomienda el especialista de Nidera.
Con una amplia red de ensayos que explore varias regiones, fechas de siembra y campañas, combinada con herramientas digitales como Cronosoja o el módulo de fenología de A.D.N., hoy es posible predecir con exactitud la ocurrencia de las distintas etapas del cultivo, por lo que es una información clave para poder adoptar estrategias de escape. “En Nidera Semillas caracterizamos la respuesta de nuestras variedades a la temperatura y a la longitud del día o fotoperíodo, que varía con la latitud y la fecha de siembra, para dar recomendaciones teniendo en cuenta el momento en que cae el periodo crítico para la generación de rendimiento, las heladas tardías y tempranas y los momentos de mayor probabilidad de estrés hídrico”, detalla Santiago Ferro.
Problemáticas bióticas
Además de las condiciones ambientales, la otra gran limitante actual para la producción de soja, y que además va aumentando en su magnitud y distribución, son las problemáticas bióticas, es decir enfermedades, plagas y malezas. En este sentido, Ferro destaca que “podemos optar por variedades con resistencia y/o tolerancia a enfermedades como Phytophthora, Cancro, Mancha Ojo de Rana y Fusarium, en tanto otras enfermedades como Sclerotinia pueden ser atenuadas con variedades menos proclives al vuelco”.
Por su parte, en lo que respecta a plagas, la estrategia es utilizar variedades con tecnología para el control de lepidópteros, semilla curada en la siembra para controlar insectos de suelo y picudo en el Norte, y/o la aplicación de insecticidas durante el cultivo.
Como se sabe, en muchas regiones del país, la problemática de malezas es cada vez más importante, aumentando la complejidad y los costos para su manejo. En este sentido, dice Santiago Ferro, “un aliado clave para manejar las malezas resistentes son las variedades con tecnología para la aplicación de herbicidas con distintos modos de acción como el Glifosato, Glufosinato de Amonio, 2,4-D Sal Colina y Sulfonilureas”.
Tener en cuenta todos estos factores ayudará al productor a sembrar la mejor variedad en cada latitud, ya se trate de un año con probabilidad de estación seca, neutra o lluviosa, con presencia o no de napa freática cercana a la superficie, con alta presión de alguna maleza, alguna enfermedad o alguna plaga.
“Redes de ensayos tan completas como la de Nidera, con mas de 140 ensayos en todas las latitudes, permiten recrear muchas de las combinaciones de estos factores, y tener la mejor recomendación de siembra”, concluye Santiago Ferro.
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